Capitulo 65
Over and out
Viernes 18 de Diciembre
Mañana.
Yaku estaba recostado a los pies de la cama, mientras Hai y Benkei
se contaban lo sucedido respectivamente, aunque él más
bien estaba tomando notas, seguro de que luego se iban a olvidar
de la mitad.
–Era espantoso, ¿no? Cuando vi toda esa sangre...
Y sabes que no soy un cobarde, pero es que no quiero verla saliendo
de mí –se rio Hai, casi saltando en la cama, remeciéndola,
a pesar de que Kawa estaba acostado en ella también, intentando
descansar.
–Pues si llegas a verlo ahí de pequeño...
a mí no me extraña que se haya vuelto un tarado...
–Benkei atrajo a Kawa un poco más hacia su pecho, acariciándole
los labios con dos dedos mientras tanto –. Pero bueno, ahora
ya podemos pirarnos.
–¿Estás seguro de eso? Yaku... –le preguntó
el pelirrojo, que había sonreído un poco ante las
caricias de Benkei.
–Claro que está seguro. No queremos quedarnos aquí...
–intervino Hai como si pudiera responder por su novio –Además...
no te lo he dicho, pero voy a aprender a hacer tatuajes.
–¿Ah sí? –Benkei lo miró extrañado,
pero eso sí que le parecía bien, y no esas cosas raras
que se le metían en la cabeza a veces, de ir a la universidad
–Entonces iré a que me hagas uno a mí.
Yaku se quedó callado, pensando que de todas maneras él
iba a ser el primero, lo había dicho antes.
–Supongo que debemos esperar un poco más, y asegurarnos
de que esto realmente ha terminado.
–Pero todo terminó... –se quejó Hai,
mirando a Benkei de nuevo –Lo haré, pero Yaku será
el primero. Y además... cuando tenga suficiente dinero, os
alquilaré un piso. Oh, y te puedo hacer un tatuaje también,
Kawa... –añadió para que no se sintiese excluido.
–No, gracias... De todas maneras no podría verlo –se
rio el pelirrojo, enseriándose luego por si lo había
ofendido –, pero gracias...
Benkei se rio, apoyando la mano sobre el pecho de Kawa.
–Pero podrías notar el dibujo aun así, aunque
yo prefiero que no te hagas nada.
–Suponemos que todo ha terminado, pero... bueno, sería
mejor asegurarse –les dijo Yaku –. Un día más,
no le hará daño a nadie.
–Yo me quedo un día si compráis comida y alcohol...
–se rio Benkei –. Aunque por otro lado, no me apetece
volver a casa sin Kawa.
–Este lugar está alquilado por toda la semana, podemos
quedarnos... hasta el domingo –le propuso Yaku, más
que nada por ellos dos y Hai.
–¡Hagamos eso! –Hai volvió a sacudir la
cama, riéndose –Quedémonos despiertos esta noche...
bebiendo.
Kawa se llevó una mano a la cabeza, preguntándose
qué opinaría Yaku de eso.
–Estaba pensando... en dejar el dormitorio de todas maneras.
Me gustaría tener un perro... –comentó de manera
indirecta.
–¿Y a dónde irás? –le preguntó
Benkei –Puedes venir con nosotros, pero no te va a gustar
–se rio después, pensando en eso de no tener agua ni
corriente.
–Alquilaré un piso supongo. ¿No quieres...?
–empezó, preocupándose por si había tomado
una decisión demasiado apresurada. A pesar de todo no llevaban
mucho tiempo juntos, aunque a él le pareciesen años.
–¡Yaku! ¿No hay una vacante en tu edificio?
Puedes averiguar si hay algo, así podrían mudarse
con nosotros –Hai prácticamente se tiró de barriga
en la cama, para llegar hasta él.
–No pueden alquilar un piso en mi edificio, son muy caros
–le recordó Yaku, que además empezaba a tener
los pelos de punta, aquello era demasiado súbito –,
pero tú puedes quedarte conmigo.
Benkei estaba callado, se sentía extraño, la verdad,
¿tan pronto cambiaba todo? Aunque suponía que era
lo mejor, si realmente querían respetar lo que habían
prometido, sobre dejar de comportarse de ese modo.
–Encontraremos algo cerca. Sí que quiero –le
aclaró a Kawa después.
–Gra... cias –sonrió el chico, sintiéndose
un poco tonto por agradecérselo, pero estaba emocional.
Hai desvió la mirada, asustado a decir verdad. ¿Y
si dejaban de verse poco a poco?
–Que sea cerca –sentenció, de manera que sonaba
como una orden, aunque en realidad lo estaba pidiendo.
–Será cerca... –repitió Benkei, que
de todos modos no pensaba distanciarse así como así.
–Sobre lo de beber esta noche y quedarse despiertos... no
creo que nadie tenga pilas para eso luego de esto –les dijo
Yaku por fin –. A saber a qué hora nos despertamos
además, son las diez de la mañana y no dormimos nada
desde ayer.
–Estoy de acuerdo, no dejo de dormirme y... me gustaría
que Benkei se quedase a mi lado –Kawa sonrió, de acuerdo
con el moreno, añadiendo –Además, Hai, creo
que Yaku querrá lo mismo, contigo claro.
–Bien..., sólo porque Yaku lo quiere, pero vamos a
necesitar una celebración luego. Y vosotros también
tenéis que participar –decidió Hai, bajándose
de la cama para subirse a Yaku y besándolo profundamente.
–Hum... –al moreno por poco se le caen las gafas,
pero lo sujetó contra su cuerpo, devolviéndole el
beso y levantándose de la cama, llevándoselo en brazos
porque sí –Vámonos a nuestro cuarto, lo celebraremos
el sábado si quieres.
–Pero nosotros celebramos ahora... –lo besó
de nuevo mientras salían, pegándose a él.
Kawa se rio en bajito, comentando
–Aunque no pueda verlos, me doy cuenta, ¿sabes?
–¿De qué? –Benkei sonrió, acostándose
por completo y llevándoselo con él, empezando a sacarle
los jeans para que estuviese cómodo, a saber cuántas
horas se iba a pasar durmiendo.
–De lo que haces también –se rio el chico, tocando
su rostro y alborotándole el cabello luego. No le importaba
lo que sucediese de ahora en adelante, lo amaba tal y como era.
–Oh... –Benkei se sacó los pantalones también,
metiéndose en la cama con el pelirrojo y colándose
bajo las sábanas –. Sh... Esto no cansa, relaja...
–se rio.
–Nos verán... –protestó el chico, aunque
estaba seguro de que todos estaban en lo suyo y se estremeció
al sentir la mano de Benkei en su entrepierna. Siempre tan directo.
–No, ya no hay nadie vigilando, esto se ha terminado –le
recordó, lamiendo su sexo antes de llevárselo a la
boca.
Kawa gimió, entrecerrando los ojos y repitiendo, mientras
tocaba su cabello con suavidad
–Se ha terminado...
Continua leyendo!
|