Capitulo 64
Got smokes?
Viernes 18 de Diciembre
Mañana.
Shio se levantó del suelo, pasándose una mano por
el pelo. Se sentía desorientado, seguramente había
perdido el conocimiento por algunos segundos, pero el dolor había
desaparecido. Miró hacia abajo, sorprendiéndose de
ver que no tenía ninguna herida, y se puso de pie inmediatamente
al recordar lo que había sucedido.
–¡Serkan! –lo abrazó contra su cuerpo,
mirando a Senzo luego –. ¿Sabes qué ha sucedido?
–No, que le arranqué esos tubos de la espalda, y
de pronto todo se detuvo... –le dijo el moreno, que estaba
sentado en el suelo desde hacía un buen rato, pensando que
no regresaba con Hiroki, y eso era lo único que a él
le importaba –. Supongo que le robaba la sangre para tener
energía o algo así... no lo sé.
Serkan estaba casi caído sobre Shio, bastante agotado a
decir verdad.
–Pensaba que esta vez sí que me moría... –torció
la sonrisa, recordando cómo Senzo trataba de voltearlo sin
conseguirlo.
–No puedes morirte, aún eres un chiquillo –sonrió
Shio, aunque a decir verdad, no se sentía nada compuesto.
Había pensado lo mismo que él. Le acarició
el cabello sin decidirse a soltarlo –. ¿Por qué
no hemos regresado? –pensó en voz alta. Intentó
concentrarse de nuevo, pero no lograba escuchar a Kawa tampoco.
–Eso es lo que yo quisiera saber, porque si es por estar
con Serkan, yo me voy dando un paseo... –murmuró Senzo,
aunque sin hacer ademán de levantarse. No quería estar
solo en ese sitio infernal de nuevo.
–Regresaremos de un momento a otro... –quiso pensar
Serkan –, o Kawa nos ayudará a salir como la otra vez
a mí.
–Sí, pues que no nos ayude metiéndonos espíritus
dentro... –se quejó Senzo de todas formas.
Shio se rio sin poder evitarlo, de manera un poco escandalosa incluso,
en realidad liberaba algo de tensión. Se separó ligeramente
de Serkan para poder verle la cara, aunque sin soltarlo.
–Este lugar se abrió al formarse una conexión
entre Serkan y Kawa, ¿no es así? Tal vez sea eso lo
que se necesita, aunque no estoy seguro de si Kawa siquiera... No
sé qué ha sucedido, pero siento que estamos solos.
–Yo sólo sé que tenía razón,
si vosotros veníais conmigo, podía entrar y salir
de aquí con vida –murmuró Serkan, que se sentaba
sobre aquella camilla, a pesar de que le creaba algo de repulsión.
–Lo de salir aún está por ver... –murmuró
Senzo mientras cogía un cigarro de su bolsillo, falta que
le hacía, y un trago también.
–Dame uno... –le pidió Serkan.
–Ven tú a buscarlo... –encendió otro
y estiró el brazo, mientras Serkan se levantaba para cogerlo.
–Saldremos...
–Saldremos... –asintió Shio, pensando que todo
se veía borroso de repente, y cerrando los ojos –¡Serkan!
–exclamó, sentándose en la cama y observando
al chico a su lado, por un momento sintiéndose confundido.
Serkan se despertó a su lado, y se recostó de nuevo,
estaba más cansado aun, ahora que estaba afuera.
Yaku estaba en la silla, frente a ellos, y los observaba preocupado.
–¿Estáis bien? –se había quedado
vigilándolos, y entre los demás los habían
llevado a la cama. Hai estaba con Benkei y Kawa, pero él
se había puesto muy nervioso al ver que no despertaban también.
Shio asintió, sonriendo un poco y volviendo a mirar a Serkan,
tocándolo como si temiera que fuese a desaparecer de nuevo.
–Senzo estaba con nosotros... ¿Ha regresado? ¿Cómo
están los demás?
–Todos están bien, y no lo sé, yo estaba aquí
con vosotros dos... –se levantó, saliendo para comprobarlo,
ya que Hiroki se había quedado con él en el sofá
del salón –. Está bien... –les aclaró,
saliendo del cuarto –. Voy con Hai –recordó despedirse.
Senzo estaba abrazado a Hiroki, sentado sobre sus piernas y quejándose
porque de nuevo lo hubiese dejado solo allí, aunque no tenía
ningún sentido, pero necesitaba desahogarse.
–Lo siento, lo siento –contestó Hiroki con la
voz algo temblorosa, a pesar de que intentaba no mostrarlo –.
Lo siento, no pude hacer nada. No sé qué hubiera hecho
si algo llega a pasarte.
–Convertirte en monje para que no matase a todos tus amantes...
–Senzo frunció el ceño, riéndose después
y rodeándolo con más fuerza, cerrando los ojos contra
su cuello.
–¿Mis amantes? –le preguntó confundido,
sonriendo luego y apretándolo un poco más contra sí
–Quería ir contigo. No lo soportaba.
–Y yo... –Senzo le sujetó la nuca para besarlo
profundamente, cerrando los ojos y abrazándose contra él
–. Prométeme que nos vamos de aquí, pero ya...
–No, déjame descansar –se rio, besándolo
ahora él y sonriendo contra sus labios –. Primero quiero
asegurarme de que todo va a estar bien, no voy a correr riesgos
contigo.
–Hum... –Senzo se quejó, mirándolo a
los ojos y luego sentándose a su lado, cogiendo un cigarro
de nuevo, aunque ya sentía que aquello era un déjà
vu.
–No quiero que te suceda nada, no te pongas así –Hiroki
le sujetó el brazo, pensando que era un caprichoso y que
no tenía idea de lo aliviado que estaba de poder verlo así
de nuevo.
–No me he puesto de ninguna manera, me quiero fumar un cigarro,
sólo eso... –le sonrió un poco, apoyándose
en su pecho para convencerlo de que así era –. No voy
a ver a Keita más, yuhuuu.
–¿No me das un cigarro? –le preguntó
Hiroki, riéndose luego y sonrojándose un poco –Lo
siento, es broma. Era... irresistible. No te enfades. Realmente
espero que tengas razón, ya sé lo que quería
hacer...
–¿Qué? –le preguntó, después
de pellizcarle una pierna en venganza.
–Quería que yo muriese allí para poder quedarse
con mi cuerpo. No sé si eso habría funcionado, la
verdad. No creo que ese hombre la hubiese dejado ir –contestó
pensativo, abrazando a Senzo por la cintura nuevamente –.
No te alejes de mí. Cuando regresemos, pediré un tiempo
más de vacaciones, quiero estar contigo... Y ya se acercan
las fiestas.
–Van a pensar que soy una mala influencia. El señor
Hiroki, tan trabajador, falta mucho desde que está con su
novio... –sonrió, acariciándole el pecho y girando
la cara para besárselo –. Y su novio no se queja...
aunque habría preferido no pasarse una semana de vacaciones
en el infierno.
–Luego iremos a visitar a Sazae e Ikemoto... ¿Cómo
le llamarás a eso? ¿Unos días en el purgatorio?
–se rio observándolo –Pero ahora sólo
quiero estar contigo. Influénciame, Senzo.
Senzo se rio, acariciándole el cuello y poniéndose
derecho para poder besarlo profundamente, acariciándole el
cabello sin poder evitarlo.
–Supongo que no estará tan mal... siempre y cuando
podamos dormir en nuestro cuarto de antes y recordar viejos tiempos.
–Y hacer nuevos recuerdos... –sonrió Hiroki
mirándolo a los ojos –No quiero pensar más en
cosas malas, ¿sabes? Y definitivamente voy a tener que fijarme
en las personas a mi alrededor. Como vuelva a ver a alguien con
una caja extraña...
–Pensaré que es un terrorista... –dijo Senzo,
aunque le había entrado la risa, le sujetó una mano
y se la besó, cerrando los ojos un poco y levantándose
después –. Vamos a nuestro cuarto, estoy cansado, y
quiero estar a solas.
Hiroki asintió, poniéndose de pie también
y sonriendo un poco. Incluso se sentía más ligero.
Continua leyendo!
|