.Cerberus Proyect- Novela yaoi / homoerótica para mayores de edad.
 

Capitulo 50
It’s all about control

Martes 15 de Diciembre
Tarde.

El chico miró la puerta, sonriendo un poco y llamando, alzando la voz

–¡Es la pizza! –se rio en bajito, esperando a que le abriesen.

Shio lo miró un poco divertido, a decir verdad.

–Decidido, pediremos pizza luego. Yaku está al fondo... ¿Vienes solo?

Hai exhaló con cara de cansancio, mirando a su alrededor como examinando el lugar. Era enorme a su parecer.

–Benkei vendrá luego con Kawa. Tiene que cuidarlo supongo. ¡Yaku! –gritó, echando a correr de pronto y buscándolo.

–Has tardado –se quejó, levantándose para sujetarlo contra él y besarlo profundamente. Su hermano silbó, haciéndole enrojecer las orejas, y se llevó a Hai hacia su cuarto, cargando con su bolsa por él.

–Lo bueno se hace esperar –se rio Hai recordando una frase que había escuchado antes, a pesar de que en realidad, se había quedado dormido –. Tu amigo dijo que luego pedíamos pizza, que cumpla.

–Lo hará –empezó a guardar y colgar su ropa. Sabía que Hai no lo haría por sí mismo –. Hay cámaras y micrófonos. Los micrófonos no están encendidos ahora, para poder mantener cierta discreción, pero las cámaras sí, a todas horas –le explicó, continuando con eso de guardar sus cosas –. Eso no nos da mucha intimidad.

–Pero a mí no me importa. Si quieren ver, que vean –le aseguró, tocándole las nalgas y pegándose a él –. Deja de guardar ropa...

–No puedo... porque tú no vas a hacerlo. Antes de que llegases, volvió a ocurrirme –le explicó, sentándose por fin, sólo para que dejase sus nalgas. Se sentía observado.

–¿El qué? ¿Lo de los pasteles? –se sentó a su lado, con un gesto preocupado en el rostro, algo nada usual en él.

–Bueno... –se rio un poco –. No con pasteles, pero sí, parece ser que volvió a adueñarse de mí... lo que pensamos puede ser un ente. Al parecer es engreído.

–No es gracioso, pero sí, lo es –frunció el ceño, aún recordando cómo le había dicho que hablaba tonterías –. ¿Qué vas a hacer?

–Me he reído por lo de los pasteles. Lo demás no es gracioso, no –murmuró, subiéndose las gafas –. Estamos investigando, de momento no puedo hacer nada, pero si notas que me mareo, que me comporto extrañamente, o tienes cualquier duda... Sal y avisa a Shio o a mi hermano.

–Está bien –asintió Hai, mirándolo completamente serio y preguntando de pronto –. ¿A mí me va a pasar algo así? Porque yo no he notado nada.

–Esperemos que no, pero si te pasa algo así, te ayudaré a superarlo y te protegeré –le rodeó la cintura, besándole una mejilla.

–Yaku... –sonrió, abrazándose a él. Nadie lo había tratado con tanta ternura en su vida, se sentía bien –. Te quiero.

–Yo a ti... –lo abrazó, besándole una mejilla y acariciándolo con la suya, a pesar de que raspaba, porque llevaba dos días sin afeitarse –. Hai, me siento más fuerte ahora...

–¿Has estado haciendo pesas? –le preguntó, apretándolo como sintiendo sus músculos.

Yaku se rio, enrojeciendo por tener que explicarse.

–Siempre las hago, y no me refiero a eso. Quiero decir que personalmente, me siento más fuerte desde que estás a mi lado –lo miró a los ojos, apartándole un poco el cabello de delante y quitándole las gafas, siempre se las sacaba.

Hai sonrió, tocándole el rostro como reflejando su gesto.

–Yo también, pero no se lo digas a Benkei, se pondría celoso. Tú me ves de otra manera, me haces sentir importante.

–Para mí eres lo más importante –lo besó, sujetándole la nuca y cerrando los ojos, estrujándolo después contra su pecho –. Estás muy guapo.

–Tú también y hueles fresco... –se rio, preguntándose si se había bañado hacía poco –Quisiera...

–¿Qué? ¿Quieres ducharte? Yo lo hice antes, ese tío me había llenado de colonia, y gomina para el cabello...

–No... ¿En serio? –se rio Hai, imaginando aquello y alborotándole el cabello –Te ves mejor así, al natural, muy al natural... mejor sin nada.

Yaku se pasó la mano por el cabello, pensando que llevaba un poco de gomina, pero ahora mejor no se lo decía.

–¿Tienes hambre?

–Sí, no he comido nada desde esta mañana y eso estaba viejo, creo... –hizo un gesto recordando lo duro que estaba el pan, pero tampoco podía ser exigente.

–Toma... –abrió un mueble donde había guardado unos dulces y galletas. A él no le gustaban, a veces se sentía como si alimentase a algún animalito de la calle –. No tienes que comer cosas estropeadas, puedes venir a mi casa cuando quieras.

–Gracias, eres el mejor, Yaku, siempre – se rio, abriendo el envoltorio de las galletas y empezando a comer. Quería pagarle de alguna manera, nunca le había pasado eso, sólo se había dedicado a robar y aprovecharse, pero con Yaku era distinto.

El moreno se recostó de medio lado en la cama, acariciándole una pierna mientras comía. Mientras tanto, Senzo llamaba a la puerta, con una maleta en cada mano, y Hiroki detrás con otras dos. Bueno, no eran muy grandes, pero sí para ser una semana.

–Yo abro... –murmuró Serkan, que estaba frente a la puerta. Los miró, sonriendo un poco con el cigarro sujeto entre los labios –. Señores... –se apartó, pensando que debían ser pijos perdidos.

–Buenas tardes, no estaba seguro de si tenía bien la dirección –se disculpó Hiroki por la tardanza, en realidad, él no llevaba mucho, pero sabía lo importante que era para Senzo el verse bien, pasase lo que pasase.

–No, llegáis a tiempo, sólo faltan dos, y creo que Kawa vendrá cuando terminen sus clases –les aseguró Shio al verlos entrar, prefiriendo no hacer comentarios –. Vuestra habitación es esa.

–Gracias... –Senzo suspiró, entrando de mala gana y sacando las sábanas enseguida, cambiándolas por unas que habían llevado ellos. No era por nada especial, simplemente era muy escrupuloso en ese sentido –. Qué cuchitril –se quejó una vez adentro, mientras Serkan activaba los micrófonos por maldad.

–No lo es, y es por poco tiempo... –lo consoló Hiroki, acariciándole los hombros –Míralo como unas vacaciones juntos.

–No hagas eso... –Shio riñó a Serkan, aunque acercándose a ver por un momento.

–Deja... –Serkan le sujetó las manos para que se estuviese quieto.

–Vacaciones en el infierno... –miró de soslayo a la cámara, pensando que aquella falta de intimidad era demasiado –. Supongo que tenemos que contarles lo que sucedió esta mañana, pero prefiero ahorrarme los detalles.

–Sí, de todas maneras no es algo relevante. Lo que importa es la información que conseguiste –exhaló Hiroki, sentándose en la cama y alzando la mirada hacia su rostro. También se sentía incómodo con esas cámaras.

–Bueno... sí –encamisó las sábanas, colocando el edredón que ya había estado sobre el colchón –. Vamos a hablar con ellos.

Serkan apagó enseguida el micrófono, confiando en que Shio le leyese la mente para que no les ocultase nada.

–Voy a llamar a mi hermano.

–Sí, será lo mejor –asintió serio el moreno, pensando definitivamente en leerles la mente. No se lo diría, por supuesto.

Pocos segundos después, Hiroki salía de la habitación junto con Senzo, dirigiéndose a la sala de controles. Hai se había quedado en la habitación, y Yaku estaba sentándose en ese momento.

Senzo se sentó, tratando de ser un poco conciliador, ya que iba a tener que soportarlos por una semana.

–Esta mañana volvió a suceder... –comenzó –. Hiroki se despertó de nuevo como ese chico... se llama Keita.

–¿Te dijo algo más? –le preguntó Serkan.

–Que fumaba, bebía, se drogaba y le gustaba ir a bares, donde se acostaba con muchos hombres, y no sé si con algo más. Que le gusta sentirse poderoso... hum... En resumen, que es odioso y un niñato. Ah, y que tenía dos tatuajes, uno en el pecho y el otro en el muslo.

–Bien, eso podría ayudarnos a verificar si es alguien que existió realmente, por lo menos tenemos un nombre y es el único. ¿Sucedió algo más? –les preguntó Shio, observándolos, y de paso, viendo aquellas imágenes del chico sobre Senzo, besándolo.

–Volví a llevar a Senzo conmigo, si es eso lo que sucede. No recuerdo nada de lo que sucedió, sólo sé que fumé nuevamente porque las sábanas estaban quemadas. Apagó el cigarro en las mismas –contestó Hiroki, negando con la cabeza.

–Sí, no sabe lo que son los ceniceros, ni la delicadeza tampoco –Senzo movió un poco un pie, mirando a Shio fijamente, pensando de nuevo que era atractivo, y que seguramente le estaba leyendo la mente en ese momento. Eso le dio la risa –. Bueno... si vas a seguir con eso, mejor no te lo cuento y te sirves tú mismo.

–Pone esa cara, ¿cierto? –le preguntó Serkan.

–Sí, la pone... –corroboró el mayor de los hermanos.

–¿Qué cara? No pongo ninguna cara –negó Shio, tocándose la frente por ver si tenía el ceño arrugado –. No sé de qué estáis hablando.

–Sólo lo ocultamos por intimidad, no es importante –intervino Hiroki, pasando de meterse con ese hombre. No quería ponerse a discutir, a pesar de todo.

–Oh... claro que la pones. Se puede leer en tu rostro lo que haces –Senzo frunció un poco el ceño, cruzándose de brazos y pensando que su cabello era un desastre sin estilo.


–Claro que no... –sonrió, girándose de espaldas. Eso nunca le había sucedido. Podías habérmelo dicho, dijo mentalmente a Serkan.


No, si no, no puedo controlarte, le contestó del mismo modo.

–Bueno... ¿Estás mirando eso o no? Ya dije que no me apetece contar lo que pasó allí dentro, pensaré en ello, y... no mucho rato –le advirtió.

–Sí, bueno... –se giró nuevamente, aunque ahora era consciente de su rostro, pero tenía que ser profesional. De todas maneras, su ceño se empezó a fruncir cada vez más. Aquel chico estaba relacionado con lo que le sucedía a Serkan, no había duda de ello.

Senzo bajó un poco la mirada, girándose un anillo en el dedo, casi de forma compulsiva, mientras Serkan lo observaba fijamente. Nunca había sido de fijarse en las manos, pero desde que aquel cambio se obrara en él, había comenzado a hacerlo.

Shio movió la cabeza por fin, pasándose una mano por el rostro como para sacudirse aquellas imágenes.

–Bien, creo que podemos empezar a investigar con lo que tenemos. Por ahora sabemos que hay un chico llamado Keita con dos tatuajes, a quien le gustaba la vida nocturna y que probablemente desapareció...

–Si sabéis algo más de ese psicópata... decidlo ya. Él y yo no somos unos inocentes o algo así. Por desgracia, hemos pasado por algo parecido... en cierto sentido. Además, Hiro es muy inteligente y puede ayudaros. Es importante que quede una cosa clara. Estoy aquí, porque tenéis que solucionar lo que nos está ocurriendo, pero no vais manejar el cotarro.

–Nadie ha dicho que seáis unos inocentes. Pero así como queréis conservar algo de intimidad, los demás también tienen sus propios problemas –le respondió Shio, aunque fue interrumpido de manera poco ceremoniosa por Hiroki

–Sin embargo, tú has leído nuestras mentes. Creo que es justo que nos tengáis la misma consideración. Además, me rehúso a permanecer de brazos cruzados, sentado en un cuarto vigilado...

–Y no tenemos por qué. Podéis decirnos lo que sabéis e incluirnos en esto, o podéis mirarme mientras me voy.

–En realidad...–Shio miró a Serkan suspirando, pero le parecía imposible continuar ocultando aquello –Ese hombre que habéis visto, el asesino... creo que es la misma persona que se manifiesta a través de Serkan.

–¿Cómo? ¿Y se supone que nos quedemos encerrados con él? ¿No es eso peligroso? –preguntó Hiroki, de pronto sintiéndose tan histérico como si fuera Kogane, pero por lo que le había contado Senzo, aquello no era para estar jugando.

–No, no es peligroso... –Yaku suspiró un poco, observando a Serkan, que estaba fumando y haciéndose un poco el loco.

–Porque es tu hermano y lo quieres... –le contestó Senzo, haciendo que le enrojeciesen las orejas.

–No, no es por eso. Estaré controlado –se subió las mangas de la camisa y les mostró sus muñecas vendadas –. La noche pasada usamos unas esposas y eso sirvió para dominarlo aquí. Ya que sólo me sucede por las noches, no hay problema. Cada una de las puertas tiene llave, y todas se cerrarán por la noche, por Shio.

–Eso... ya dije que... –iba a protestar Senzo, pero Yaku lo interrumpió.

–Es mejor no andarlas repartiendo o haciendo copias, y de momento es el único que estamos seguros no sufrirá cambios, ya que no estaba en el ascensor.

–Sí... Bueno, está bien –admitió el chico.

–¿Qué sucederá si alguno de nosotros se pone peligroso? Estando encerrados... ––sugirió Hiroki, ya que lo que le preocupaba era hacerle daño a Senzo, aunque ese chico no parecía peligroso más que para la fidelidad.

–Iré enseguida, estaré monitoreando toda la noche. No tenéis que preocuparos por eso –le aseguró Shio, pasando a explicarles –. Hay unos pulsadores en vuestras habitaciones, en caso de sentiros mareados, por favor avisad.

–Bien... Una cosa –Senzo se rio un poco –. Si nos ponemos peligrosos tú vendrás al rescate y detendrás eso porque... debajo del aspecto medio geek, medio hombre de negocios... ¿eres de la WWF?

Serkan se rio, pasándose una mano por el cabello, pensando que tenía razón con eso. Miró a Hiroki, preguntándose si podría detenerlos si montaba en “rampage”.

–Puede avisarnos a los demás.

–Que están encerrados con llave y tardarán demasiado en sacarlos si la situación es crítica –Senzo alzó una ceja, exigiendo otro sistema y cruzándose de brazos.

–Puedo dispararte si eso te hace sentir mejor –soltó, sonriendo, claramente en tono de broma –. Tengo tranquilizantes, y hasta ahora ninguno de vosotros ha demostrado tener una fuerza sobrehumana cuando eso sucede, ¿o sí?

–No, pero sigo pensando que no será tan fácil –comentó Hiroki, a quien no le hacían gracia esas bromitas.

–Tendrán que confiar en mí, soy mejor que nada de todas maneras. La otra solución es encerraros por separado, pero no alquilamos un lugar lo suficientemente grande y no creo que queráis eso...

–Yaku, me aburro... –interrumpió Hai, asomándose a la puerta y preguntándose por qué todos tenían esas caras de funeral.

–Ven –le pidió, extendiendo la mano para que fuese a sus piernas –. Estamos hablando de lo que vamos a hacer.

–No vas a usar tranquilizantes –le advirtió Senzo –. No sabes si entran en trance cuando duermen y están sufriendo lo indecible sin poder despertar. Lo podéis probar en vosotros mismos y cuando lo hayáis comprobado os atrevéis a hacérselo a Hiroki, que aunque no tenga fuerza sobre humana, seguro que sí puede tumbarte de un puñetazo –se giró un poco, con una mirada altiva –. Mucho más si lo domina un tipo como ese, que seguramente estará acostumbrado a pelearse. Piensa otra cosa –movió el pie de nuevo a la expectativa –. No sois muy profesionales.

–No hemos tenido tiempo para planificar las cosas tanto como hubiéramos querido. Podríamos haber esperado a que ocurriese algo peor, pero decidimos que era mejor esto que nada. ¿O no? –le dijo Shio, ya harto, frunciendo el ceño.

–Puede ser, pero aquí estoy yo para iluminaros... –espetó Senzo de todos modos.

–Ya lo advertí –murmuró Yaku, viéndose apoyado por aquel chico.

–Ya te lo he dicho, no estamos precisamente en un campo comprobado de la ciencia, es un poco más difícil...

–Aun así se puede proceder de manera científica, si se analizan bien las cosas –interrumpió Hiroki, pensando que Senzo tenía razón.

–Y lo intentamos, hasta donde se puede. En primer lugar, no quiero dormir a nadie, pero tampoco voy a permitir que mate a los demás, o que se haga daño a sí mismo.

–Lo que tienes que hacer es pensar en un modo de solucionar eso sin tomar medidas extremas como meterle fármacos a mi novio. Por lo que a mí respecta, no pienso dejar que toque ese botón, seguiré controlándolo yo hasta que hayáis encontrado un buen método para controlarlos. Eso no es un buen método –señaló las muñecas de Serkan –. Aunque yo prefiero que lo uses con él.

–Gracias... –murmuró el otro, que tenía ganas de estrangularlo, a pesar de que sabía que lo que decía era cierto.

–No, pensaremos algo... A mí tampoco me gusta como estamos haciendo las cosas –Yaku se veía un poco angustiado. Sabía que el otro tenía razón, y que aquello era poco menos que una chapuza –. Tal vez lo mejor sea dejar que ocurran esos cambios hasta que los hayamos estudiado para saber cómo actuar. Cuando tú entras en trance –le dijo a Hiroki –, Senzo va contigo a ese otro lugar. ¿Es así?

Hiroki asintió, un tanto pensativo.

–No desde el principio, por lo que tengo entendido, pero sí, las dos veces ha sucedido.

–Entonces no sabéis ninguno de los dos, lo que ocurre con vuestros cuerpos cuando eso sucede... –alzó un poco una mano pidiendo paciencia –. Debemos empezar por ahí, no podemos hacer el edificio por el tejado.

Senzo lo miró, pensando que al menos, pese a estar callado casi todo el rato, y parecer un hombrecillo tímido, parecía ser el único con una pizca de sensatez allí.

–Eso sí que me parece sensato.

–Por lo que he observado, ellos tampoco controlan la cantidad de tiempo que permanecen aquí, ni cuándo regresan –comentó Shio, pensando en lo de Serkan. Tal vez aquello tenía que ver con que sólo le sucediera cuando dormía. No le gustaba pensarlo, pero tal vez ese hombre sí que tenía algo de control.

–Creo que si lo hicieran, yo no estaría aquí –contestó Hiroki, alzando la vista de pronto ya que Hai se había puesto de pie.

–¿Cómo es ese lugar? Parece interesante...

–Sólo si te gusta ser descuartizado –le contestó Shio, aunque de manera amable.

–No lo es –Yaku lo sujetó, sentándolo de nuevo en sus piernas. La verdad es que él tenía una insana curiosidad también.

–Bien... –Senzo se levantó entonces. No veía por qué darle más vueltas al asunto. Se cruzó de brazos, apoyándose contra la pared –. Ahora viene cuando nos contáis vosotros todo lo que sabéis al respecto y habéis averiguado.

–Como ya sabéis algunos... estábamos intentando abrir una puerta hacia otro mundo. Hacia el otro mundo para ser más específicos. Anoche, cuando Serkan fue poseído, yo también estuve allí. Estoy bastante seguro de que ese asesino es la misma figura que Senzo vio. Sería demasiada casualidad que no fuera así –procedió a relatar Shio.


Continua leyendo!

 
 

Tambien puedes dejar tus comentarios y opiniones en la sección de este fic en el foro foro yaoi

yaoi shop, yaoi t-shirts, uke t-shirts, wings on  the back