.Cerberus Proyect- Novela yaoi / homoerótica para mayores de edad.
 

Capitulo 46
Yes

Martes 15 de Diciembre.
Madrugada.

Benkei se sentó con Kawa en una explanada de hierba, mirando hacia un campo donde los chicos solían jugar. Era tarde, y hacía bastante frío, pero él estaba acostumbrado.

–¿Irás? –le preguntó, ya que lo habían llamado por teléfono para informarle.

Kawa asintió, sintiendo la brisa en su rostro y metiendo las manos por debajo de su jersey para cubrirlas.

–Dije que cooperaría con ellos. Además, todavía recuerdo lo que sentí en ese momento, no me extrañaría que hubiese algo más... –suspiró, bajando la cabeza –Benkei, ¿te ha sucedido algo a ti?

–A mí no, yo estoy normal, pero quiero ir para pasar una semana contigo en un piso y esas cosas. Luego no voy a querer regresar –se rio, moviéndose un poco y sentándose tras él, ya que se le acababa de ocurrir que eso le ampararía del frío. Lo rodeó con los brazos, colocando las piernas a los lados de las suyas y besándole una mejilla –. Seguro que Hai va, con su novio.

Kawa sonrió, no por lo que acababa de decirle sino por su manera de cuidarlo. Eran aquellos detalles los que le hacían enamorarse de Benkei.

–No es una excursión de parejas... ¿No sientes miedo?

–No, no tengo miedo. Pienso que puede ser divertido, yo no creo que vaya a empezar a comportarme de otro modo o algo así. Además, qué podría ser peor que mi modo de ahora... –se rio, bajando la cabeza y besándole el cuello antes de quedarse allí apoyado.

–No eres tan terrible como crees... –contestó, recostándose contra él. Podía sentir su aliento cálido contra el cuello, lo reconfortaba –Yo sí tengo miedo, pero me sentiré mejor contigo allí.

–Pues no tengas miedo, si te pones a actuar extraño, a mí me vas a gustar de todas formas, y si no, siempre puedo atarte –se reía, aunque no bromeaba.
–No es por eso... –se rio también, pensando que era un inconsciente –No me gustó lo que sentí, era... era algo terrible.

–No va a pasar nada. Estaremos dentro de un piso normal y corriente... –trató de calmarlo, no sabía por qué tanto miedo.

–Pero ese tipo de cosas no necesita una llave. Yo no tengo ningún tipo de poderes, ¿comprendes? Sólo puedo sentirlas, así que... –se encogió de hombros intentando explicarle, aunque suponía que con esos científicos estarían protegidos de alguna manera.

–No entiendo nada, no... –se rio otra vez, tocándole el abdomen con una mano, tras meterla por dentro de su cazadora –. Es igual, lo que importa es que vamos a estar juntos todos los días.

El pelirrojo volvió a reírse, sujetándole la mano por si acaso. Así no iba a poder estar serio por mucho tiempo.

–Por lo menos sabré si te sucede algo.

–No va a sucederme nada de nada, como mucho a ti, que te vas a cansar de quitarme de encima... –le hizo cosquillas en el cuello con los labios, mordisqueándoselo para jugar –. Eh... ¿No me puedo quedar contigo esta noche otra vez? En el dormitorio.

–No lo sé, es algo arriesgado. Kano es capaz de quejarse y... de todas maneras, vamos a pasar varias noches juntos. ¿No te llega?

–Quiero hoy también. No quiero... separarme, coño. Si dice algo le saco los dientes. Se lo diré por la mañana, aunque yo no creo que se atreva –protestó, frunciendo el ceño.

–Es que es un... Bueno, no vale la pena hablar de eso –negó el chico, que lo había tolerado todo ese tiempo, pero desde aquella noche no había sido capaz de perdonarlo. Incluso con lo bien que habían salido las cosas –. ¿Te portarás bien?

Benkei se rio entre dientes.

–Tan bien como siempre...

–¿Alguna vez haces algo normal? Como ver una película o... algo así –se rio, sin apartarse de donde estaba acomodado.

–No tengo tele... –le resolvió las dudas –¿Tú tampoco haces eso, no?

–Es un poco difícil... –bromeó, tocándose con un dedo al lado de los ojos y sonriendo –, aunque a veces me pongo a escucharlas cuando los demás las ven. Puedes crear tu propia historia incluso.

–Así no te enteras de si son feos y tienes esa ventaja –se rio Benkei, a quien le daba igual la televisión, eso para empezar –. Cuando tenía televisión en la casa de mis padres, me gustaba ver los dibujos, y el porno por las noches –se reía al acordarse.

–Debí imaginarlo –se rio, preguntándose a qué edad habría comenzado con eso –. ¿Te mantienes en contacto con tus padres?

–No –sentenció, cambiando de tema –. ¿A ti no te gusta escucharlas?

–¿El porno? No... No se puede hacer historias con eso –sonrió, enrojeciendo y prefiriendo no especificar que sí se podía, pero le daban vergüenza. De todos modos, había escuchado ese timbre prohibitivo en su voz.

–Claro que sí se puede... ¿Quieres que te cuente una? –se rio de nuevo, bajando la mano a su entrepierna.

–No ahora –casi exclamó, deteniéndole la mano y riéndose. Ni siquiera le permitía pensar con tranquilidad.

–Vale, ahora no... ¿Luego en la camita? Y mañana me vendo los ojos... –le hizo un plan y todo.

–¿Realmente vas a hacer eso? No tienes que hacerlo –sonrió, pensando que lo hacía por amabilidad y negando con la cabeza –. ¿No quieres hablarme de ti?

–Pero si no tengo nada que contarte... –ni siquiera comprendió por qué se lo preguntaba, y le tocó el pecho con una mano, jugueteando –Y ya sé que no tengo por qué, pero parece divertido, ¿no? Creí que te apetecía también.

–Bueno... me parece dulce, pero es que no quiero que te sientas obligado –le explicó, sonriendo y dejándole jugar esta vez, era agradable –. No lo sé, sólo quiero conocerte mejor, saber más de ti.

–Ya sabes todo... No sé qué más. Y no me siento obligado, quiero saber como me ves tú a mí, creo que es una buena forma, aunque seguro que soy muy torpe –se rio, sujetándole el lóbulo de la oreja con los dientes.

–No lo creo, eso no es lo que importa –sonrió, dejándose hacer, aunque aquello lo estaba excitando un poco. Prefería no decirle que cerrar los ojos era distinto a estar ciego... no tenía relevancia para el gesto cariñoso de Benkei.

–A mí no me importa al menos... –sonrió, estrujándolo entre sus brazos de pronto y oliéndole el cuello, moviendo la nariz por su piel para hacerle cosquillas. Se sentía un poco extraño cuando estaba con Kawa, sólo quería estar tocándolo todo el tiempo, pero a la vez era consciente de que no se trataba de estar excitado o no.

Kawa se rio, bajando la cabeza para protegerse, era la primera vez que se sentía normal en una relación.

–Te quiero, Benkei.

–Yo también te quiero –le besó la mejilla, no le apetecía nada levantarse, ni siquiera si iba a pasar la noche con él –. Esta semana vas a conocer mejor a Hai.

–Espero que no me odie –contestó, en realidad nervioso y sin siquiera pensar en que debía regresar a su cuarto –. ¿Ya no te molesta que tenga novio?

–Ya no, porque he visto que no me deja de lado aunque lo tenga. Aunque supongo que si no te tuviera a ti, sí que me sentiría solo y hecho mierda... Me cabrearía, le gritaría, y nos enfadaríamos... –aventuró.

–¿Crees que él haría lo mismo si el caso fuese el contrario? –le preguntó, intentando comprenderlo. Era fácil tacharlo de egoísta, pero aún recordaba cómo Benkei le había dicho que Hai era todo lo que tenía.

–Supongo que sí. Porque estaríamos solos, y eso no hace puta gracia... –murmuró pensativo –. Seguro que sí, pero es igual. A Hai le gusta en serio ese tío, y no creo que sea de la clase que deja a su novio de pronto. El tío digo... si es un poco pringado...

–Eso no es ser pringado. No vayas a dejarme de pronto –lo amenazó en broma el pelirrojo, a él no le había parecido un pringado ese hombre, pero no quería ponerlo celoso –. ¿Quieres subir? Compraré un café de la máquina expendedora, tengo frío...

–Yo también, pero no me gusta el café, es para pijos... –se rio, levantándose y ayudándolo –No voy a dejarte. Digo que es un poco capullo... ya sabes, de esos con gafas y tal...

–Eso no tiene nada de malo... –se sujetó de su brazo como ya tenía por costumbre, no podría dejar de reírse por mucho tiempo –¿Quieres alguna otra cosa? Yo te invito...

–Chocolate o algo así... A veces si les pegas muchas patadas a esos chismes, sale solo. Lo malo es que luego no deja de salir...

–No hagas eso, necesito que siga funcionando –sonrió por si acaso, era capaz de hacerlo después de todo –. ¿Te desagrada el novio de Hai?

–No, me la suda..., pero no creo que sea su tipo, o yo no lo entiendo... No sé por qué le gusta.

–Algo debe ver en él. Tal vez Hai tampoco comprenda por qué te gusto yo, no somos muy parecidos. Y el estar conmigo seguramente te obliga a comportarte de otra manera... ¿verdad? –le preguntó, sintiéndose un poco consciente por su propia situación de pronto.

–¿Por qué? No, me comporto igual, un poco encoñado... –se rio, apretándole una nalga.

–Pero no puedes salir corriendo por ahí, a lo loco... por ejemplo –soltó, decidiendo no ahondar mucho en eso, él también era algo egoísta después de todo.

–Claro que puedo, lo hicimos el otro día –lo miró, sin comprender de qué iba aquello.

–Pero tienes que sujetarme... –le recordó, maldiciéndose a sí mismo por estar insistiendo en ello. Para una persona que no se daba cuenta de esas cosas...

–Te sujetaría de todas formas –se detuvo, mirándolo –. ¿Qué pasa?

–Nada –negó con la cabeza, girándose hacia él y sonriendo un poco –. No me hagas caso, sólo estoy pensando demasiado.

–Vale, pues no pienses demasiado, o saldré corriendo y te llevaré a rastras hasta tu cuarto –se aproximó y le besó los labios, sin comprender muy bien qué había ocurrido allí –. ¿Estás enfadado?

–No, claro que no –negó con la cabeza, tocándole los labios con dos dedos, dibujando su forma. Si seguía así, lo iba a echar a perder él mismo –. Vamos... quiero café.

–Vamos, pero yo no quiero café... –le recordó, sujetándolo por la cintura otra vez, y apretándole las nalgas cada vez que daba un paso –. ¿Te la como luego?

–Sí –accedió, ya que además sentía ganas de contestar algo inusual. Se rio luego, con un leve rubor en las mejillas, moviendo su bastón para guiarse un poco. Seguramente Benkei no sabría en dónde estaba la máquina.

–¡¿Sí?! –Benkei lo levantó en brazos, besándolo profundamente –Pues vamos deprisa, el café luego –le dijo antes de dejarlo bajar otra vez, riéndose.

–Luego no tendremos ganas de bajar –se rio, no había esperado que se pusiera así. Lo cierto era que lo había hecho feliz escuchar aquello en su voz.

–Sí, yo bajaré a por él... Vamos, que ya yo te hago entrar en calor, pero gime bajito, o tendré que dejar inconsciente a tu amigo oloroso –se rio.

Kawa se rio de nuevo, tocándole el cuello para poder centrarse y besarlo, asintiendo luego.

–Arriba entonces.


Continua leyendo!

 
 

Tambien puedes dejar tus comentarios y opiniones en la sección de este fic en el foro foro yaoi

yaoi shop, yaoi t-shirts, uke t-shirts, wings on  the back