Capitulo 13
Preparations
Viernes 11 de Diciembre.
Tarde.
–Así estarás bien... No te estreses tanto.
Hasta un dios griego caería a tus pies –se rio Kogane,
acomodando las bolsas en su sofá, ya que ambos habían
salido de compras porque Senzo quería verse bien para su
Adonis, y él.... él sólo quería cosas
nuevas.
–Sí, mejor me pongo esa cazadora –Senzo sacó
una cazadora negra de la bolsa, aunque igualmente tenía pelo
en los bordes, le gustaba eso –. No quiero ponerme el abrigo
y que piense que soy de esos que creen que tienen que llevar la
misma ropa que cuando le pidieron la cita –se rio –.
Además, mejor si se me ven las nalgas, que para eso me ejercito.
–Y son estupendas. Que sepa que se lleva otro dios, que para
mí lo eres –le aseguró, cruzando un poco las
piernas y mirando a su alrededor, Ken todavía no llegaba.
Se preguntaba si estaría practicando –. Por cierto,
tómale una foto, quiero verlo.
–Lo intentaré..., pero no quiero que piense que soy
un freak –le sujetó la mano, llevándoselo con
él al baño –. Vente, que me voy a duchar. Deja
de mirar la hora, que seguro que Ken fue al gimnasio.
–Sí, seguro que es eso... Es que lleva poco tiempo
de estar aquí, por lo menos podría avisarme –se
quejó, aunque dejándose llevar y apoyándose
luego contra la pared.
–No le pidas tanto. Tú buscaste un macho, ahora atente
a las consecuencias. No pretendas que deduzca que puedes estar preocupado,
o que pueda hacer dos cosas a la vez. Nosotros podemos, porque somos
maricones... –se rio, desnudándose para meterse en
la ducha –. Y yo me voy a morir como no venga. Como sea una
broma de Ken, lo capo.
–Claro que no, Ken no haría algo así. Ya no
estamos en la escuela –se rio, asomándose un poco –.
Para nada...
–Pero es que es un poco increíble, que lo haya encontrado
así como así... no sé. Aunque mira que se me
ha llegado a ocurrir una cosa –lo miró a los ojos,
tratando de no mojarse el cabello –. Tal vez sea un compañero
de Hiroki o algo así... ¿No te parece? Es que es extraño...
–se rio un poco, con maldad –. Si lo es, seguro que
le jodió.
–Sí, seguro que sí, aunque sería gracioso,
no lo niego –se rio el pelirrojo también, sentándose
en un banquillo que había allí, pensativo luego –.
No lo sé, tal vez es alguien que conoce, hay muchas casualidades
en el mundo.
–Sí... –salió de la ducha, secándose
de forma apresurada, aunque no era como que se le hiciese tarde,
simplemente quería estar preparado desde antes. Se miró
al espejo, aunque estaba un poco empañado, y pasó
la mano por encima –. Tiene que ser demasiado estúpido
para que no me guste, me tiene que gustar... ¿Y si no le
gusto yo? –se volteó para mirar a Kogane, apoyándose
con las manos en el lavabo.
–Eso es imposible, mírate –le sonrió,
poniéndose de pie para acercarse –. Y no sólo
eso, eres inteligente, cariñoso, gracioso, tienes estilo...
Si no le gustas, será que es miope e ignorante.
–Pero a lo mejor es un miope que me gusta a mí...
–suspiró, abrazándolo aunque todavía
estaba húmedo y en toalla –. Matarías a Ken
si se abrazase en toalla a Hiroki, ¿cierto?
–Sí, pero eso es distinto porque... lo es –sonrió
abrazándolo de vuelta –. No será miope. Quiere
verte de nuevo, ¿no es así? Eso es que le has interesado.
–Lo sé... –suspiró, soltándolo
y tocándose la cara para asegurarse de que estaba suave.
Se quitó el delineador, y se lo puso de nuevo, mirándose
al espejo y riéndose –. Dios, no sé por qué
me pongo así. En realidad sí lo sé –torció
un poco la boca con una sonrisa maldita –. Por culpa de hombres
que te buscan, y luego te dejan con excusitas de mierda.
–Este no lo hará, lo presiento –le aseguró
Kogane, sonriendo y observando cómo se arreglaba, era todo
un artista con esas cosas. Realmente deseaba que funcionase esta
vez. No quería verlo desanimado nuevamente.
–Eso espero, o me voy a deprimir mucho, te lo advierto...
–lo amenazó de broma, sonriendo un poco, aunque no
se sentía muy bien de pronto. Se habría tomado unos
tragos para relajarse, de no ser porque aquella cita era importante.
...
Ken le pasó las manos a Hiroki con el pelo, se había
echado cera en ellas y se lo estaba acomodando para que no fuese
de cualquiera manera como siempre.
–Así mejor... –se las lavó con jabón,
mirándolo en el reflejo del espejo –¿Qué
te vas a poner?
–¿A poner? Sólo pensaba cambiarme de jersey...
¿No es suficiente? –le preguntó un poco cohibido
por no saber mucho de esas cosas, a pesar de que procuraba comprar
ropa de calidad ahora.
–Hiroki... –Ken se rio, abriendo el armario del otro
para revisar su ropa –. ¿Sabes que Senzo salió
a comprarse ropa con Kogane para esta cita? Es más... seguro
que la tarjeta de crédito está sudando ahora mismo...
La de Kogane digo –alzó una ceja, seguro de que se
habría gastado un montón de dinero también
–. Ponte esto, y esto... y esto –le extendió
en la cama un pantalón, una camisa, y un abrigo, seguro de
que Senzo iría arreglado. Seguro que vas a tener que disculparte
en un sitio caro –se rio –. Eso si tienes suerte.
–Por dios, no ha cambiado en nada, ¿verdad? –sonrió,
observando el conjunto y suspirando. Así estaba bien, no
quería que cambiara de todas maneras.
–No, sólo para peor creo yo –Ken se sentó
en la cama, mirando al otro vestirse, y pensando que tenía
muy buen cuerpo –. Oye... recuerda demostrarle que... estás
bueno, ¿vale? Es importante... aunque tú creas que
no.
–No sé cómo hacer eso, Ken –sonrió,
mirándose al espejo y alisándose la camisa con las
manos –. No soy esa clase de hombre. No puedo colgarme de
su brazo o pegarme a él, así como así.
–Se me hace horrible imaginar algo así, pero sí
puedes hacer esto, ¿no? –lo sujetó por la espalda
para abrazarlo de pronto, provocando que el otro apoyase las manos
en su pecho por lo inesperado –Digo yo.
Hiroki enrojeció un poco porque lo había tomado desprevenido,
y se rio luego, negando con la cabeza.
–No hagas eso, Kogane me matará. No sé si Senzo
no es capaz de empujarme. No lo conoces cuando se pone hostil.
–Pues que lo intente... ¿crees que puede empujarte
si no le dejas? Venga ya... ¿pero tú te has visto?
–le dio en la frente con la mano, soltándolo y riéndose
–Mira que ponerte rojo porque te abrace...
–Mira que abrazarme así de la nada –protestó,
mirándose al espejo de nuevo –. Puedo sujetarlo, pero
siempre he sido débil a sus rechazos.
–Pues no seas débil, que se trata de corregir los
errores, no de repetirlos. Para eso no hacemos nada y punto –Ken
resopló, guardándose las manos en el bolsillo –.
¿Cómo te sientes?
–Nervioso –se giró, acomodándose la chaqueta,
como esperando un veredicto –No cometeré el mismo error,
es un sistema de ensayo y error, ¿no es así?
–Eh... ¿sí? –Ken se rio, ni si quiera
sabía de qué estaba hablando –Tú ve a
por todas –le pegó un manotazo en la espalda, distrayéndolo.
Hiroki se rio, pensando que nunca comprendía esas cosas,
pero asintiendo.
–Eso haré. No voy a permitir que se vaya sin que me
escuche, así tenga que lanzarlo al suelo –negó
con la cabeza, ya que no era una persona violenta en lo más
mínimo.
–Tampoco lo mates de infarto –se rio, sabía
que bromeaba, claro, pero sólo de imaginarlo le causaba gracia.
Le pasó el brazo por encima de los hombros, parándose
a su lado frente al espejo y pegándole unas palmaditas en
el abdomen –. ¿Listo?
–Sí... –asintió el moreno, inmediatamente
sintiendo el estómago revuelto. Senzo era lo único
que no podía simplemente razonar.
–Bien, pues... –cogió el abrigo y se lo mostró
para que se lo pusiera, sonriendo un poco, en parte por los nervios
también –. Recuerda mandarme un mensaje si sobrevives,
y cuando lo sepa se lo digo a Kogane para calmar su ira antes de
que Senzo lo excite.
–Sí, y si no, ya sabes en dónde estaré
enterrado –se rio, asintiendo y guardando sus llaves, agradecido
porque lo hubiese acompañado hasta entonces.
–Irá bien, irá bien... –lo confortó,
cogiendo su cazadora y abrochándose el cuello hasta la nariz
–. Yo voy a salir con Kogane para que esté de buen
humor –se rio, bajando con él hasta el coche y pegándole
una palmadita en la espalda –. Suerte.
–Gracias –le sonrió, subiéndose al coche
y mirándolo una vez más –. Dale mis saludos
a Kogane, así no se despegará de ti en toda la noche.
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