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Capítulo 19
A night to let go

7 de Abril, viernes.
Noche.

Shinya se dirigía con su hermano hasta donde habían quedado, finalmente convencido entre lo que le había dicho Takashi, y después su hermano, para no ponerse las gafas ni el parche. Incluso había logrado que sólo llevase unos jeans y la camiseta sin abrigarse, pero a pesar de todo se había puesto una palestina.

—¿Estabas con Takashi antes? —le preguntó Mamoru.

—Sí… —murmuró mirándolo de soslayo y a cada rato tapándose un poco la cara porque se sentía extraño.

—¡Para, coño! —se rio Mamoru, sujetándole la mano y bajándosela.

—Vale, no me la arranques… —protestó exagerando.

—¿Y qué hacíais?

—Follar, estaba enseñándome —le contestó para que lo dejase, saludando a Daiki con un ligero gesto.

Takashi se rio saludando también y notando la mirada de desconfianza en la cara del chico.

—¿De qué habláis?

—De follar…

—Qué sorpresa —miró a Shinya sorprendido de que no llevase el parche, pero decidiendo no decir nada, no quería hacerlo sentir consciente.

—¿Y Masaki? —preguntó Mamoru mirando a su alrededor —Creo que debí ir a buscarlo a casa.

—No se lo van a comer por el camino, ¿sabes? —le preguntó su hermano —Tiene la misma edad que tú.

Mamoru enrojeció un poco y miró a otro lado con las manos en los bolsillos.

—No es lo mismo.

—No es lo mismo porque Masaki es cute y dulce, e inocente… Es casi una carnada de salidos —Takashi rodeó a Mamoru por los hombros para ver si lo apartaba justo cuando llegaba el chico.

—Te va a escuchar —le advirtió Daiki haciéndose el que no tenía nada que ver.

—¡Hola! Ya llegué —se anunció Masaki frunciendo un poco el ceño y colocándose al otro lado de Mamoru.

—Hola —lo sujetó por la cintura, sonriendo y besándolo antes de nada.

—Vale, ¿vamos ya? Tengo frío —se quejó Shinya sin poder evitarlo, pensando que su hermano le había dicho que pasarían casi todo el tiempo dentro de un local achicharrante.

—¿Qué hay de Hideo? ¿Nos va a encontrar allá? —preguntó Takashi soltando a Mamoru antes de que Masaki decidiera vengarse.

—No deberías llamarlo así, es un poco…

—Pero él dice que lo llamemos así —interrumpió Masaki, aunque también le daba un poco de vergüenza. De todos modos estaba más interesado en sujetarse de la mano de Mamoru en ese momento.

—Claro, ¿cómo quieres llamarlo? —se rio Mamoru, que ni siquiera era capaz de considerarlo un profesor realmente.

—Me dijo que iría allí… no hemos quedado a ninguna hora ni nada —les explicó Shinya encogiéndose de hombros —. Supongo que quiere hacer una buena entrada —se burló luego, pensando de nuevo que estaba realmente incómodo con la cara tan descubierta.

—A ver, Takashi, dirige la expedición… —Mamoru le dio con la mano en las nalgas, mirando luego a Masaki —. Uy, yo no fui. Es la costumbre.

El chico lo miró con el ceño un poco fruncido, aunque sonriendo después.

—Yo mejor me adelanto, es por aquí… Mamoru y Masaki van juntos, Shinya será atacado por el profesor pervertido… Eso sólo te deja libre a ti, Daiki. ¿Qué estás buscando? —le preguntó como si le fuese a recomendar a alguien.

—Nada, te dije que sólo venía a ver y tú también estás libre, ¿no?

—Libre, sí… —se rio desviando la cara —, pero sólo en presencia que ya estoy comprometido…

Shinya los siguió algo más atrás, caminando hacia aquel pub, que ya desde fuera estaba casi sólo poblado por hombres, aunque también había alguna que otra mujer.

Lo cierto es que nunca había visto a tantos hombres sin camiseta en directo, y mucho menos con buen cuerpo.

Mamoru iba tras él, y sujetó a Masaki un poco de más, como si pudiera cubrirlo de la visión de otros por toda la noche.

—Eh… —un chico extranjero apoyó una mano en el hombro de Shinya mientras entraba, incomodándolo en realidad.

—Eh… nada. Vete a tomar por el culo por ahí —lo largó su hermano, sujetando a Shinya de la mano y apartándoselo de la vista.

—Eso no era necesario, y de todas formas creo que a eso iba —protestó el moreno, aunque sí se había sentido salvado.

—Pues que lo haga con otro.

—No se los espantes que los harás pensar que eres su novio y mira…—le señaló Takashi a un chico que estaba mirando a Masaki.

—Por Dios, parecen muertos de hambre. ¿Cómo lo soportas? —Daiki se cubrió un poco la cara, frunciendo el ceño. Tal como lo había pensado, odiaba ese tipo de sitios.

—¡Eh! ¡Por acá! —los llamó Hideo alzando una mano para que lo viesen.

—Eso, ve para allá… —le pidió Mamoru a Shinya, se veía casi tan estresado como Daiki.

—No sé, a mí me parece divertido… —murmuró Shinya, aunque se había puesto ligeramente nervioso al ver a Hideo —Tiene unos pulmones… —le dijo a Takashi, haciendo que su hermano se riese también.

Takashi los acompañó dándole una nalgada a Shinya luego y susurrando en su oído, tanto como le era posible susurrar en un lugar así

—A por él.

—Comportaos… —los riñó Daiki carraspeando luego y mirando para otro lado —Agh, no debí venir.

—No seas gruñón —se rio Takashi sintiendo un flash y mirando en la dirección de Masaki.

—Necesitaba una foto. Además, Shinya no lleva el parche, eso es nuevo.

—¡¿Cuántos siglos os va a tomar?! —volvió a gritar Hideo como si se tratase de la clase de gimnasia, aunque se estaba riendo.

—Que no vaya a descubrir luego que tienes un montón de fotos de tíos de estos por ahí, ¿eh? —le advirtió Mamoru, que era más celoso imposible. Le sujetó los hombros y se fue hacia donde estaba el profesor, señalando la cerveza en su mano —¿Eso es para mí? Qué amable —le preguntó quitándosela y bebiendo sin dejarle nada.

Shinya lo saludó con la mano, mirándolo y pensando que estaba guapo con jeans.

—Supongo que esto significa que tengo que hacer gimnasia la semana que viene.

—Por supuesto, ya veo que estás perfectamente sano y… más expuesto —lo saludó acercándose y de pronto dándole una nalgada a Mamoru —. Ya sé que quieres besarme, pero aunque te la bebas toda, sigue siendo indirecto.

—No gracias, prefiero besar a mi padre —se rio, mintiendo y dejando el vaso sobre la mesa, girándose un poco y sonriendo con algo de maldad —. Eh, Daiki… ¿quieres una cerveza?

—Sí, será lo mejor —la aceptó siguiéndolo.

—Yo también quiero una —se rio Masaki que estaba un poco rojo, volviendo a sujetarse de la mano de Mamoru —. Y sólo quiero fotos tuyas.

—Y yo… voy a lo mismo y ya sabes. No sea muy duro, profesor —se despidió Takashi alejándose.

—Si no soy duro, decepciono…

—Un tío trató de ligar conmigo cuando estaba entrando —le contó Shinya como dato simplemente, sentándose en el sillón que había en aquella esquina del local.

—No me sorprende, no te has visto el trasero… —Hideo se sentó a su lado mirándolo y sonriendo un poco —Es la primera vez que veo tus dos ojos.

—Eso no es nada, todavía tengo otro en el trasero —le dijo muy serio, aunque estaba de broma, y apoyó los codos sobre sus propias piernas, mirando a la gente que había por allí, montándoselo como si nada —. Yo nunca he bebido alcohol.

—¿Quieres un poco? Porque yo no me opongo —lo miró aun sonriendo ligeramente por esa broma. Era precisamente lo que más le gustaba de él —. Maldito Mamoru…

—Me daría igual si te opusieras, aquí no eres mi profesor. Sólo un hunk… —lo miró, inclinando un poco la cabeza hacia él —¿Me acompañas?

—A donde quieras si me vas a llamar hunk… —le sonrió acercándose demasiado en realidad antes de ponerse de pie.

Shinya se sujetó a su mano para levantarse, aunque luego se la soltó, dirigiéndose hacia la barra, pero al lado contrario donde estaban los demás. No quería a su hermano preocupándose y exagerando.

—¿Y qué debería tomar? —le preguntó —No sé si me gusta la cerveza. Me gusta el camarero.

—Estás en peligro de ser atacado —comentó el profesor muy serio mirando al camarero —. Y lo demás depende de si quieres algo dulce o algo distinto… ¿Vodka, vino, tequila, licor de café, daiquiri de fresa? —le preguntó, aunque él era un hombre de gustos simples tal y como le había dicho antes a Osamu.

—No, me tomaré una cerveza, pero me la pides tú. No quiero levantar la voz y tú con esos pulmones no tienes problema —lo miró, pensando que se veía sexy tan serio.

—¡Dos cervezas! —pidió Hideo de aquella manera escandalosa sólo por lo que había dicho y riéndose luego —No sabes la cantidad de cosas que puedo hacer con mis pulmones.

—¿Aguantar mucho rato la respiración… bajo el agua? —le preguntó, sonriendo ligeramente por lo que insinuaba —¿Cuántas te has bebido?

—A ver… Empecé con Osamu y me bebí tres… Y luego vine acá… Van cuatro... O tres y media gracias a Mamoru —se rio sujetando las cervezas que le entregaba el camarero y dándole una a Shinya.

—Seguro que aguantas mucho con ese cuerpo —murmuró pensativo, seguro también de que él no. Olió la cerveza antes de probarla. Estaba algo amarga, aunque ya se lo esperaba —. ¿Ligas mucho, verdad?

—No salgo tanto como pensarías. Solía hacerlo, pero… no lo sé —se rio rodeándole la cintura con un brazo y bebiendo un poco —. ¿Te sorprende?

—Sí, supongo que imaginaba que eras un poco como Takashi. Pero no me sorprende nada que ligues —bebió un poco más de nuevo, en realidad porque se sentía algo intimidado por la proximidad, pero no era como que le desagradase, y le dedicó una sonrisa que parecía decir “qué penita” al chico que había estado mirando a Hideo hasta ese momento —. ¿Te cansaste de esto? Se ve agobiante e… impersonal.

—Lo es, pero necesario. Aunque puede ser divertido —sonrió mirando a su alrededor como examinando el ambiente —. ¿Te gusta alguno?

—Tú —le dijo como si nada, bebiendo otro poco y mirándolo luego —. La comparación con el camarero no resultó bien para él, creo que se depila las cejas —no tenía ni idea a decir verdad.

—Sigue diciendo eso y voy a pensar que Osamu es un experto… —sonrió sin aclararle a qué se refería, pero se estaba sintiendo un poco débil —Dime, ¿te estás divirtiendo o te sientes en peligro con toda esta gente aquí?

—Estoy bien, pero si te vas me sentiré… así —miró a su alrededor, sintiéndose extraño porque lo comprendiese de esa manera.

—No tengo ganas de irme, era por saber… —bebió un poco más, mirándolo serio —. Me alegra que hayas venido.

—A mí también —le tiró un poco de la camiseta hacia abajo, mirándolo y sonriendo un poco ante esa cara de seriedad —. ¿Tú no te sacas la camiseta?

—Si me saco la camiseta… algo va a suceder. Te lo advierto… —lo miró a los ojos bebiendo un poco más y sonriendo luego.

—Sí, es lo más probable —sonrió, apartando ligeramente la mirada —. ¿Quién es ese Osamu del que tanto me hablas, y a la vez me dices que no es importante?

—Mi mejor amigo —sonrió inclinando la cabeza para mirarlo más de cerca y sujetando su quijada luego para que no le huyese —. ¿Celoso?

—No, curioso… Si es tu mejor amigo y no ha ocurrido nada hasta ahora… por algo será —había enrojecido ligeramente, y ya que seguía sujetando su camiseta, pegó la mano a la misma para tocarle las abdominales —. Seguramente es demasiado mayor para un pervertido como tú.

—Me aseguraré de decírselo la próxima vez que lo vea, le hará gracia —se rio a sabiendas de que le gruñiría y se acercó un poco más —. ¿Te gustan los pervertidos?

—Creo que sí… ¿Qué es lo que pasará si te quitas la camiseta? —le preguntó sin retroceder un milímetro, aunque estaba muy serio.

—¿Quieres averiguarlo? —se apartó un poco alzando los brazos.

—Sí, y como te metas conmigo… —se apretó un poco el brazo, sintiéndose sumamente nervioso y riéndose un poco después.

—¿Qué harás? Ojalá sea algún castigo sexual —sonrió mirándolo a los ojos y sujetando el borde inferior de la camiseta como jugando con él.

Shinya se alejó de él un poco, sujetándose la camiseta desde atrás, aunque sólo Dios sabía que odiaba mostrar su cuerpo más que nada en este mundo, pero también odiaba no poder darle guerra.

Se quitó la camiseta y se la lanzó al pecho.

Hideo se le quedó mirando sorprendido, pero recorriendo luego su torso con la mirada y a continuación con dos dedos. Lo dejó en paz por fin, sacándose la suya y sonriendo.

—¿Contento? Ahora no sé si debo cobrármela.

—Aún no, ahora tienes que bailar conmigo… —se pegó a él, mirándolo a los ojos y sujetándole la espalda con ambas manos, dibujando sus lumbares.

—¿Estoy siendo atacado por ti? —le preguntó sonriendo y acariciando su quijada —Bailemos…

—Vamos… —le sujetó las manos y se volteó, cubriéndose la espalda con su cuerpo y rodeándose con sus brazos, metiéndose entre la gente aunque le daba incluso miedo. La verdad es que no quería ni que lo tocasen, pero se sentía protegido así.

...

—Eh… ¿qué coño? —preguntó Mamoru que desde que Takashi le avisase de que mirara para su hermano, aún no había cerrado la boca.

—Dirás qué polla… —se rio el albino pensando que no había perdido nada de tiempo —¿Por qué no bailas también? Masaki quiere bailar.

—Yo no he dicho nada… —se quejó el chico enrojeciendo y bebiendo un poco, riéndose después —, pero si quieres, no me opongo.

—Ven, vamos, que sí que quieres —se rio Mamoru, acabándose su cerveza y quitándole el vaso a Masaki para llevárselo con él —. Vamos a sobarnos… o a bailar como dicen aquí.

—Sí, sí, todos bailando. Mira eso… Te apuesto a que ni se conocen ni se van a acordar mañana —se empezó a quejar Daiki frunciendo el ceño y apoyándose un poco hacia atrás.

—Takashi… —un chico lo sujetó por encima de los hombros, en realidad era uno de tercero de su mismo instituto, pero tenía el mismo aspecto que un host de lo más profesional. Le sonrió a Daiki aunque de forma un poco infantil por contrapunto —, ¿quién es tu amigo?

—Oh, ¿Daiki? —se rio pensando que la tenía clara—Es su primera vez aquí. ¿Recuerdas que te dije que tenía un amigo que nunca quería acompañarme?

—¿Podrías dejar de hablar como si no estuviera aquí? —el moreno miró al otro chico con cara de que no se le acercase —Yo sólo vine a mirar…

—¿Y te gusta lo que estás viendo? La verdad es que tienes cara de que no… —se rio el chico, bebiendo un ron con lima que llevaba en la mano.

—Todos se soban, ni se conocen, te apuesto a que ni saben sus nombres. Yo no sé tu nombre… —se quejó el chico exhalando y mirando a Takashi cuando el albino le puso otra cerveza en la mano, riéndose un poco.

Seguro que le estaba haciendo una maldad, pero era gracioso y además tampoco estaba en peligro.

—Pero yo aún no te he sobado, por desgracia… —se rio el chico, mirando a Takashi después —. Deberías respetar a tu sempai. Y me llamo Shinobu. ¿Ahora ya podemos sobarnos?

—¡No! Que sólo vine a mirar… —se quejó Daiki frunciendo el ceño y exhalando ruidosamente —Ya tengo mis propios problemas…

—¿Cuáles son? —preguntó Takashi sonriendo para ver si podía sacarle algo.

—No te lo voy a decir a ti…

—¿Y a mí? Mira que soy muy bueno escuchando problemas… no me digas que estás despechado… —se movió un poco y le rodeó los hombros, dándole un toquecito en la cabeza —. A mí me gustas, ¿no quieres bailar conmigo?

—No, ya te lo dije. No bailan, se soban y no vine a sobarme…

—Lastimosamente.

—Lastimo… ¡no! Agh, cállate, Takashi —le dio un empujón al chico que se estaba riendo de nuevo —No estoy despechado… Shinobu. Apuesto que sólo vienes a follar.

—A eso venimos todos… —comentó el albino mirando su reloj luego por ver si aún tenía tiempo.

—Básicamente… —se rio el rubio como si nada —Bueno, tampoco estarás tratando de que te beatifiquen, ¿no? —tiró de él un poco, tratando de llevárselo con él —Vamos, ven, deja a Takashi que está ocupado.

—Que no… —se quejó el chico exhalando y mirando a su amigo, quien sin embargo, lo empujó hacia la pista de baile.

—Que sí. Diviértete por una vez en lugar de quejarte tanto… Shinobu, me lo cuidas, ¿eh? No te pases —se rio apartándose un poco y esperando a que se alejasen para poder “perderse”.

—¡Takashi! ¡Eh, Takashi! ¡Te voy a matar…!


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