.Blinking Room- Novela yaoi / homoerótica para mayores de edad.
 

Capítulo 10
Hideo and Shinya make a deal

5 de Abril, miércoles.
Medio día.

—Vamos a ver a tu amor —se rio Mamoru, metiéndose con su hermano mientras se cambiaba. El mayor no lo hacía, pero por algún motivo los esperaba.

—No hagas eso… —le dijo casi en tono de advertencia.

—Claro que lo haré… —se rio el chico.

—¿Seguro que quieres? —preguntó mirando a un lado específico.

—Eh… vamos —lo empujó hacia fuera Mamoru.

Hideo estaba apoyado contra la pared del gimnasio, esperando a que salieran. Tenía una pequeña raqueta de madera en una mano, de esas que tienen una pelota atada con un elástico y la estaba haciendo saltar distraídamente.

—¿Vamos a jugar al tenis? —le preguntó Mamoru al verlo —Yo no pienso hacerlo, es de mariquitas —se rio.

—Pero tú eres marica —murmuró Shinya con tranquilidad.

—Claro que no —Mamoru iba a pegarle un puñetazo en el brazo pero se contuvo y le dio un toquecito que ni lo movió.

—Yo lo soy y no, no vamos a jugar al tenis. Esto es para Shinya, coordinación mano ojo —le explicó golpeando la pelota para mostrarle —. Y puedes hacerlo sentado.

—Me hará parecer gilipollas, y ya tenía suficientes problemas de adaptación —le dijo el moreno, pese a todo haciéndole caso porque no le quedaba más remedio.

Mamoru se rio abiertamente, orgulloso de su hermano por decir eso.

—Eso es como decir que él parecía gilipollas.

—Él no parecía gilipollas… —murmuró el chico pensativo, haciendo que su hermano se tapase la boca para no decir lo que quería.

—El verdadero gilipollas es el que diga que pareces gilipollas. Yo creí que te aburrías en la clase pasada —se acercó mirándolo a los ojos —Me preguntaba si te ibas a cambiar el parche de ojo —sonrió mirando a Mamoru luego —. ¿Tus padres son personas razonables?

—¿Y para qué se lo preguntas a él?, también son mis padres… —Shinya se puso a jugar con la pelota aquella, pasando de largo luego y sentándose sobre la colchoneta con las piernas cruzadas.

—Son padres normales. Yo qué sé, no son unos histéricos si es lo que preguntas. ¿Es para hablar de mi hermano?

—Sí, iré a verlos mañana —asintió mirando luego a Shinya y alzando un poco la voz —. Se lo pregunto a él porque si es algo molesto... a Mamoru no le molesta. Hum... tienes razón —comentó de pronto como dándose cuenta del gran agujero en su lógica —. ¿Cómo son tus padres, Shinya?

—Agobiantes, pero no vivimos con ellos. Se fueron por trabajo, y nosotros nos quedamos aquí —le explicó, mirándolo de soslayo —. Pero no tienes que hablar con mis papis sobre mí, si quieres decir algo, me lo puedes decir sin intermediarios, tampoco es como que puedan obligarme a nada, ¿sabes?

—Pero se supone que es lo responsable... hablar con tus padres o con tu hermano —sonrió sentándose a su lado y pensando que Shinya se veía más maduro que Mamoru.

—Es mi hermano pequeño… —le indicó mirándolo a los ojos —A pesar de que sea enorme, le llevo dos años —se rio, mirando a otro lado y negando con la cabeza —. Si hablas con ellos, en el caso de que los convenzas de lo que quieres, sea lo que sea, o de que te digan lo que quieres saber. Por más que me lo digan ellos me va a dar igual. Dime a mí qué quieres.

—Quiero que dejes de tener miedo —le soltó directamente sonriendo luego —. Yo sé que quieres participar de la clase... Ah, Dios, pensaba hacer esto paso a paso.

—No sabes —lo expuso —. Y no, realmente no quiero tirarme en el suelo a hacer ejercicio en un sitio infecto, ni correr detrás de una pelota, que me peguen una patada… o quién sabe qué. Me gustaría si fuera como Mamoru —miró a su hermano, que estaba jugando al baloncesto con Daiki.

—Y no se ha muerto hasta el momento. Claro que la hierba mala nunca muere —sonrió pensando que ni siquiera tenía que dirigirlos. Así era mejor —. Seguramente hay algo que quieres hacer...

—No, pero él no estuvo en el hospital entubado nunca, y yo sí —frunció un poco el ceño, levantándose la camiseta por un lado y mostrándole su cuerpo, que estaba marcado por los músculos a pesar de estar demasiado delgado —. De todas formas eso es todo lo que consigo.

—¿Eso es todo? —Hideo deslizó dos dedos por su torso —Yo diría que está bastante bien... Además el que hayas estado enfermo sólo es otro incentivo para que te ejercites.

El moreno se tapó, tocándose donde le había pasado los dedos y mirándolo de soslayo.

—¿Cuántos años tienes?

—Dieciocho y tendré dieciocho hasta el día en que me muera, pero aún así puedo conducir, beber licor y votar. Lo último no me emociona tanto.

Shinya sonrió un poco, haciendo botar la pelota de nuevo y mirándola.

—Pues qué bien te ves para los dieciocho. Debías beber mucha leche.

—Más de la que imaginas —le contestó riéndose un poco y mirando a los estudiantes, de pronto alzando la voz —. ¡Todo el mundo a practicar los tiros de canasta! ¡Y sin protestas!

—Voy a salir este fin de semana… Es la primera vez que salgo —le comentó, pensando que tenía unos pulmones terribles, un día lo iba a matar de un infarto.

—Es un comienzo —lo miró pensando que probablemente se había aburrido mucho antes, aunque él tampoco salía a menudo —. ¿A dónde irás?

—No lo sé, según Mamoru… a unos sitios de gays que va Takashi —lo miró de soslayo, y luego a Takashi —. Tengo curiosidad.

—Yo también... —sonrió el profesor echándose hacia atrás para apoyarse en las manos —. Yo mismo estaba pensando en salir, quizás nos encontremos.

—¿A dónde vas a ir? —le preguntó girándose hacia él y mirándolo, preguntándose si a él también le gustaban mayores. Tampoco lo iba a detener eso.

—A uno de esos sitios también, aún no lo había decidido —se rio pensando que era una conversación muy poco apropiada para estar teniendo con su estudiante, pero no le importaba realmente.

—¿Por qué zona? —insistió sin dejar de mirarlo.

—Bueno, hay un lugar exclusivo al que sólo vamos los gays experimentados...

—Qué pena, entonces los demás tenemos que coger experiencia con principiantes —se levantó, aproximándose a Takashi, que estaba en una fila para lanzar la pelota a canasta —. Takashi, ¿dónde vamos a ir?

—Al Blue Light, ¿Por qué? —le preguntó mirando al profesor luego —¿Lo vas a invitar? —se rio rodeando al chico con un brazo por si acaso.

—Se lo voy a dejar caer… —lo miró a los ojos, preguntándose si era raro eso. Bueno, lo iba a hacer igualmente.

—A mí no me molesta. Hideo no es como otros profesores —le dio una nalgada como alentándolo.

—Vale, no me metas mano —le dijo de todas formas devolviéndosela.

Se acercó a Hideo de nuevo, y se sentó a su lado.

—Vamos ir al Blue Light. Aunque no sé si nos dejarán entrar sin enseñarles nuestro currículo gay.

—Estoy seguro de que Takashi tiene varios puntos ya —comentó sin malas intenciones, preguntándose por qué sentía la necesidad de decirle a dónde iban —. Tal vez... yo os ayude...

—¿Irás? —le preguntó esperanzado, aunque deseando que no lo hiciese porque le daba pena o algo así.

—Bueno, quería salir y Osamu no quiso acompañarme así que os honraré con mi presencia —se le acercó un poco casi susurrando —. Y vigilaré tu progreso.

—No sé quién es —lo miró, alzando una ceja y preguntándose de pronto si tendría novio. Después de todo Takashi lo tenía, y de todas formas le había tocado las nalgas.

—No es relevante —le aseguró más que nada porque no era gay —. ¿Te gusta bailar?

—No lo sé, nunca lo he hecho. Pero supongo que veré tíos buenos, por eso voy —le aclaró, jugando con la pelota de nuevo —. ¿Te gustan los hombres mayores?

—No, soy un pervertido —le contestó de manera seria y sin quitarle la mirada de encima —. ¿Te gustan a ti?

—No me importa especialmente. Me gusta que tengan buen cuerpo, y que sean morenos… Pero sobre todo me fijo en el cuerpo… por ejemplo Takashi no me gusta nada… —dijo mirándolo pensativo.

—Eres devastador, ¿eh? —se rio mirando al albino que “inocentemente” le lanzaba una pelota a Daiki cuando este no estaba mirando —¿Qué harás si encuentras a alguien guapo en ese lugar?

—No quieres saber eso realmente… —se rio.

—Sí quiero saberlo. El sexo... es algo terriblemente contaminante —sonrió un poco aún vigilando a los demás chicos.

—Bueno, pues probablemente lo compare contigo y no creo que gane —lo miró fijamente, observando la línea de su mandíbula —. Y sí, es un poco asqueroso supongo.

Hideo se quedó mirándolo sorprendido ante la brutal honestidad del chico.

—No voy a decir que es fácil ganarme... —le aseguró sonriendo de nuevo —Eres un chico muy interesante.

—Tú también eres un chico interesante, porque como además tienes dieciocho, puedo llamarte chico —murmuró, sonriendo un poco y mirándolo a los ojos ahora —. Si vienes, la semana que viene haré gimnasia.

Hideo dejó escapar una leve risa extendiendo la mano hacia él.

—Es un trato y si no lo cumples, te daré diez nalgadas.

—Pues no sé entonces… —murmuró, dudando un momento y apretándole la mano.

—¡Hideo! —lo llamó Mamoru, que se celaba ligeramente —¿para qué te pagan?

—Para asegurarme de que os mováis —contestó echando a correr hacia él de pronto y quitándole la pelota —. ¡Dejad de dormir en clase! —los riñó como si él no hubiese estado distraído.

—Sólo si el profe deja de romancear —se rio Takashi corriendo a esconderse tras Daiki, aunque este sólo se apartó sutilmente.


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