Capítulo 1
On sale
Tsuru se llevó la lata de café a los labios, haciendo
un ligero gesto de desagrado, y mirando al moreno a su lado. –
No me gustan las cosas de máquina.... siempre les falta algo,
¿no? – sonrió, sacudiendo un poco la cabeza.
-No lo sé… no venden helado en máquina ¿verdad?-
el moreno sonrió levemente revolviendo su helado de limón
y chocolate con una cucharilla, echándose un chorretón
enorme de nata por encima. Lamió la nata de la cuchara de
metal plateado mirando a su amigo y aún sonriendo levemente
-…hum… comienzo a necesitar dinero…
- Tú y yo.... – se rió el chico, mirando su
helado y pensando que era un goloso, aunque a él también
le gustaban las cosas dulces hasta cierto punto. - ¿No has
tenido muchos clientes últimamente?
El moreno se echó hacia atrás en el sofá de
cuero violeta de la cafetería, mordiéndose un poco
el labio inferior para no reírse –Hace un tiempo que
no me llaman… al menos para nada que me satisfaga… y
ya sabes… no me gusta coger cualquier cosa… pero a este
paso no me quedará más remedio…- cogió
una cucharada de nata y la vertió sobre el café de
Tsuru, acercándose más a él y susurrándole
al oído –“Sólo me han contactado viejos…
o vanilla… qué horror…”
El chico se rió, golpeándolo en el hombro con un
dedo. – De veras, qué espanto. También he tenido
muchos de esos.... viejos, quiero decir. Me pasa por poner “maduros”
– suspiró, lamiendo un poco de nata del café.
-Yo aclaro muy bien que quiero jóvenes… y aún
así insisten… son unos pesados… Hay chicos que
no les importa… trash… que vayan a esos…- se rió
malditamente, suspirando después y poniéndose serio,
rozando la copa de cristal con la cucharilla-¿Cómo
sería tu amo ideal?
- Eres malo.... – se rió Tsuru, observándolo
y meditando luego. – Alguien que sepa tomar el control sin
necesidad de recurrir a la violencia innecesariamente o a trucos
baratos. ¿sabes? Por más que sepas gritar, eso no
te convierte en un amo. Y que sea guapo, por supuesto. – sonrió
de nuevo.
-Odio que me griten… - frunció un poco el ceño
y apartó la copa vacía, sacándose un cigarro
de los jeans y prendiéndolo mientras su mirada se perdía
unas mesas más allá en un grupo de hombres que echaban
miradas de vez en cuando, todos estaban trajeados.
Sonrió levemente a uno de ellos y apartó la vista
para observar a su amigo –A mí me gustaría…
encontrar a alguien que no me hiciese daño por rencor o para
desahogarse… y que no me insultase… alguien que supiese
cuando ser dulce y cuando no…no estaría mal por una
vez…- se rió con lo último y escondió
los labios bajo la bufanda negra y blanca, girando los anillos plateados
en sus dedos con el pulgar.
Tsuru se inclinó un poco sobre la mesa, atrayéndolo
hacia sí para besarlo, sentándose bien de nuevo. -
¿Crees que seguiremos siendo amigos, si alguien nos comprase?
-Claro que sí…- sonrió levemente y le sujetó
la mano con la suya sobre la mesa mientras le daba otra calada al
cigarro, entrelazando los dedos con los suyos y apoyando los codos
en la mesa –Al menos yo… no dejaría de intentar
verte…pero hay que pensárselo muy bien antes de aceptar
una venta… he escuchado que a veces los compradores pueden
presionar a la agencia y ellos después te hacen aceptar la
venta o bien te despiden y no vuelves a trabajar con ellos…
¿lo sabías?... No quiero acabar en cualquier putiferio
de mala muerte…
- No, nadie. Lo cierto es que prefiero elegir yo a mi amo, pero....
– suspiró un tanto cansado. – Bueno, creí
que podía confiar en la agencia. Ahora me asustaste, baka.
-Era mi intención…- se rió suavemente, fumando
y desviando la mirada afuera -¿Quieres que sea sincero?...
sincero y patético…- sonrió observando sus ojos
–No se puede ser una cosa sin la otra…
- Tú nunca eres patético, Seijuro. – sonrió
suavemente también, terminándose el café por
fin.
-Claro que sí… sólo deberías echar un
vistazo a cuando me deprimo en mi deprimente piso bater, cocina
y cama en el mismo cuarto…- sonrió fumando de nuevo
y lo miró de soslayo –En realidad lo que quiero es
que venga a buscarme don perfecto en su caballo .. negro…
el blanco es cursi…- se rió suavemente y se echó
atrás en el sofá jugando con ambas manos en su bufanda
y tapándose un poco la cara con ella –y que se enamore
de mí… y me consienta en todo…- bajó un
poco la bufanda y se puso un dedo delante de los labios –y
que consienta mi dolor… también…
- Eso no es patético..... ¿o crees que yo soy patético?
– sacudió la cabeza nuevamente. – Estoy igual
que tú, excepto por el dolor, claro.
-Oh… no… Dios mío… los dos somos patéticos…-
hizo una mueca con los labios, raspando levemente el esmalte negro
de una de sus uñas y sonriendo después –Eso
no ocurrirá… en mi caso ni siquiera he tenido intentos
de venta ni una vez… como mucho me llaman durante unos meses…
se cansan pronto… y la mayoría… no merecían
la pena en todo caso…
- Pues si no merecían la pena, que se jodan. – lo
miró entre serio y sonreído, tratando de levantarle
los ánimos. – Ya lo sé, pero es bueno soñar.
De todos modos, me conformo con uno que me sepa tratar.
-Me conformo con uno que me sepa follar… dirás…-
se rió fumando de nuevo aunque ya se le iba consumiendo –Ojalá
fueras rico y sádico… así no tendría
que seguir buscando…- se inclinó sobre la mesa para
besarlo y sonrió contra sus labios después antes de
echarse hacia atrás para sentarse de nuevo –vamos a
dar una vuelta… comienzo a sentirme encerrado… y al
menos eso aún es gratis...
- Por poco... – le guiñó un ojo, poniéndose
de pie, y sujetándose de su brazo para salir. – Ojalá
fueras rico y un amo....
-Soy tan rico… como amo…- se rió con suavidad,
guardándose la mano en el bolsillo –Es mejor así…
del otro modo… no podríamos ser siempre amigos…-
le pasó un dedo por la mano a uno de los hombres que habían
estado mirándolos mientras salía y el moreno le sujetó
la mano firmemente. Sonrió levemente volteándose como
si lo hubiera estado esperando y entregándole dos tarjetas,
una suya y la otra de Tsuru, el chico guiñándoles
un ojos, reído.
- No pierdes una... – le susurró mientras salían.
– Estaba pensando en poner una foto más sugerente en
el perfil.
-Claro que no… eran monos y saltaba a la vista que tenían
dinero…- sonrió levemente respirando hondamente al
salir a la calle, no hacía mucho calor precisamente –Yo
también he estado pensando en eso… algunos salen desnudos…
pero yo creo que es mejor dejarles sacar a ellos mismos el envoltorio…
tal vez debiera tomarme una sonriente… pero no sé para
qué si no voy a sonreírles después… dirán
que es un fraude…
Tsuru se rió, empujándolo un poco. – En realidad
pensaba sólo en algo sugestivo, no iba a salir en pelotas
tampoco. Yo creo que el misterio es importante, sólo....
dejarlos ver algo más de piel.
-No sé… - lo miró de soslayo también
sonriendo –Tal ves debería tomarme una sin camiseta
o algo así… o vestirme de… masoquista…-
se rió por lo que acababa de decir –no… odio
eso… odio que me manden ponerme látex o cuero…
me aplasta las pelotas…- le sujetó el paquete con la
mano y se rió tras aplastárselo –Hazte una foto
desnudo… sobre sábanas de seda… tapando solo
tus partes importantes…- lo miró de soslayo, susurrándole
al oído y como dibujando el cuadro con una mano en el aire
–Se masturbarán de por vida con ello…
- Pero no quiero que se masturben, quiero que me contraten....
– se rió, imaginándose aquello. – No sé,
creo que no es mi estilo ese. Prefiero mostrar por mí mismo.
Me vestiré de látex yo por ti – se rió
de nuevo, aunque tampoco era su estilo.
-Yo si quieres te lo quito…- se rió apoyándose
en su hombro mientras caminaban y rozándose un poco la cara
con él –Debe ser emocionante que un día se presenten
con un collar para ti… que ponga “para siempre”
en lugar del habitual “vale por dos meses”… ah…
deprimente… me siento bono de descuento…
- Y deberías ser artículo de lujo – comentó
en serio, pasándole la mano por la quijada. – No te
preocupes, ya nos llegará. Míranos.... Algunos de
los chicos en ese lugar... pareciera que no quisieran ser contratados.
En cambio nosotros....
-Nosotros… somos artículos de lujo… y esos tipos…
de lujo… prefieren renovar sus artículos al poco…antes
de que se deterioren… ¿sabes lo que creo? Creo que
acabaré “on sale” como siga siendo tan exigente…
pero no puedo evitarlo… es desagradable que alguien feo me
esté haciendo daño… no me da placer… me
dan ganas de matarlo…- se irguió para encender otro
cigarro, completamente serio ahora y contrariado –Espero que
cuando lleguemos a la agencia nos digan “tenéis varios
clientes esperando en el canal…” sería maravilloso…
pero ahora hay demasiados niños memos llenando hojas de “nuevo!”
y nosotros nos quedamos más atrás… y la gente
se cansa de buscar entre la basura para poder llegar hasta mí…-
sonrió de nuevo por fin.
- Yo creo que aún hay gente que sabe distinguir. “Nuevo”
no significa bueno., significa “sin experiencia” –
le aseguró, aún a sabiendas de que muchos se dejaban
llevar por aquello. – Y no creo que debas venderte barato
sólo porque otros aceptan cualquier cosa. Esos.... luego
se enferman, les hacen demasiado daño o yo qué sé
y así mismo pierden el empleo.
-Lo sé… - suspiró con suavidad, dejando salir
el humo entre los labios lentamente –A algunos les gustan
sin experiencia… así pueden amoldarlos a sus gustos
retorcidos… “cómete mi mierda… si no te
la comes, no eres masoquista…”- sonrió con malicia
– Y se la comen… porque son asquerosos… y patéticos…
patético- le dijo a uno de los chicos que se cruzaba mientras
entraban en el edificio.
- Qué asco... – se rió el chico a pesar de
todo, tocándole un brazo como llamándole la atención.
– No olvides que alguna vez fuimos inexpertos. Aunque claro,
yo siempre supe lo que no quería.
-Sí… pero aún entonces yo no comía mierda…-
se rió con malicia de nuevo, mordiéndose un poco el
labio inferior para disimularlo y acercándose a la recepción,
apoyando los brazos sobre la mesita –“Seijuro”…-
le susurró al chico que atendía, esperando a ver si
había alguna buena noticia.
-Ya me acuerdo…- el chico sonrió levemente –Seijuro
y Tsuru… un momentito… voy a mirar…- se giró
para teclear en el ordenador revisando quienes los habían
consultado. –A ver… teníais varios interesados
pero he ido eliminando a algunos porque no cumplían vuestros
requisitos… ya sabéis… - los miró un momento
mientras se imprimían unos cuantos papeles–Aquí
están los tuyos y aquí los tuyos… ya sabéis,
lo de siempre, vais a una cabina libre, introducís los números
en los ordenadores y podéis hablar con ellos…
-Sí… lo de siempre…- el moreno leyó los
números, sólo seis… no le animaba demasiado
aquella cifra -¿Cuántos?- preguntó mirando
el papelito de Tsuru y caminando hacia las cabinas.
- Cinco... a ver quien sale ganador – bromeó el chico,
riendo y caminando a su lado. – Más bien, a ver quien
me sale con la proposición más extraña.
Seijuro se rió suavemente, caminando, abriendo una de las
puertas de una cabina libre –No te vayas sin mí…
espérame… seguro que salimos más deprimidos
que cuando llegamos…
- Te invitaré otro helado – le prometió, aunque
no le quedaba mucho dinero, pero no consideraba que fuese bueno
privarse de ciertos placeres.
-Vale…- sonrió entrando en la salita del ordenador
y suspirando conforme se logeaba e introducía los números
para hablar con ellos –A ver qué horror… - murmuró.
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