.Devils Throat- Novela yaoi / homoerótica para mayores de edad.
 

Capítulo 10
Do you like me? Or do you like like me?

Noviembre 5, Jueves

Roi cogió sus cosas y comenzó a guardarlas en su mochila, aunque de todas formas todavía no se iba, él comía en el internado por un módico precio, ya que hacer la comida no era lo suyo.

–Voy saliendo –le dijo a Zeus, pasando entre las mesas luego para irse.

Jari lo estaba mirando y se levantó de pronto, siguiéndolo.

–¿Comes aquí, verdad? Te acompaño –se invitó, ya que Ash se había ido apenas había sonado el timbre de salida.

–Vale –miró atrás un momento, notando que Zeus todavía no salía y guardándose las manos en los bolsillos tras sacarse los auriculares por si le hablaba.

Jari sonrió asintiendo para sí mismo como felicitándose por haber tomado esa decisión.

–¿Qué te parece el nuevo profesor?

–Está bien, quiero jugar al fútbol.

–¿En serio? Tal vez me apunte también, aunque… –tensó un brazo pensando que no tenía mucha fuerza y luego riéndose al recordar que lo que necesitaba eran las piernas. De todos modos seguía siendo delgado –. Creo que podría correr rápido.

–¿Estás flojo? –movió la mano dentro del bolsillo pero se contuvo antes de comprobarlo, imaginándose la cara de Zeus.

–No, creo que no. Sólo me preguntaba si necesitaba más fuerza –lo miró de soslayo, sujetando su brazo de pronto –. ¿Quieres tocar?

–¿El qué? No… –lo miró de soslayo, alejándose un poco.

–¿No? No tiene nada de malo, sólo toca… Yo no puedo ser parcial –se le acercó de nuevo.

–Prefiero no –se soltó incómodo ya, pensando que era un agobio, y además le iba a provocar una úlcera si lo seguía estresando –, me fío de tu palabra.

–Vale… –se rindió decepcionado y haciendo un gesto con la boca. Estaba bastante seguro de su atractivo físico, no comprendía por qué no funcionaba con Roi.

El moreno lo miró de soslayo, pensando que quedarse solo con él era demasiado tenso, además no sabía de qué hablarle, y tampoco le gustaba hablar para comenzar. Solía conversar sólo con Ash, pero a él no tenía nada que decirle que mereciese la pena el esfuerzo. Sacó la mano y le tocó la barriga con un dedo, simplemente para ver si actuaba otra vez con normalidad, aquello era muy incómodo.

Jari lo miró sorprendido, sonriendo luego y cubriéndose un poco sólo por reflejo.

–¿Y bien? ¿Estoy flojo?

–Estás bien. No soporto a los tíos blandos –lo miró a los ojos, guardándose la mano en el bolsillo de nuevo, sin comprender por qué eso lo ponía de buen humor.

–No, ¿eh? –se rio, sujetándose de su brazo de pronto –Tú estás muy duro, es porque trabajas supongo.

–Es porque cargo cajas con kilos de pescado y hielo, si tú lo hicieras al día siguiente no podrías mover los brazos –le aseguró, pensando que de nuevo se le había enganchado.

–No, no podría… Eres admirable –le sonrió, sintiendo que le latía el corazón de prisa ahora que por fin había conseguido acercarse más a él.

–No, no lo soy, es algo que cualquiera puede hacer si… es una persona normal –se corrigió después, pensando que esa palabra tampoco era la que buscaba –. Si estás sano.

–Pero acabas de decir que yo no podría y no estoy enfermo –se rio soplándole el oído luego, aunque no tenía motivos para eso –. Eres admirable –le repitió.

–No hagas eso –se soltó, frotándose la oreja con el ceño fruncido y la cara algo roja –. A mí también me daban agujetas al principio –comenzó a bajar las escaleras, mirando hacia atrás casi con paranoia para asegurarse de que Zeus no había visto eso.

–¿Qué pasa? –le preguntó el chico pasándose una mano por el cabello negro grisáceo –¿Te pongo nervioso, Roi?

–No… –protestó sin cambiar aquel gesto en su ceño, apurándose para llegar al comedor. Una: ¿por qué no baja de una vez Zeus? Y dos: si bajaba que no viese algo malinterpretable.

–Yo creo que sí, por eso me huyes. No me huyas, Roi –le insistió acelerando también.

–Si no te huyo, es que tengo prisa, quiero dormir luego de comer, y tengo que ir a trabajar –se disculpó, ya que un poco si que le huía en realidad. Entró en la cafetería y cogió una bandeja, colocándose los platos del menú del día encima antes de ir para la mesa en la que acostumbraba esperar a Zeus.

–Sí me huyes… –se quejó Jari preguntándose si es que le caía mal, pero siguiéndolo. Ni siquiera se fijaba en lo que ponía en la bandeja, pero como cogía cosas por impulso, acabó con más postre que comida.

–¿Es que no lo ves? Zeus es mi mejor amigo –le dijo serio, sentándose y mirándolo a los ojos, pensando que este era un tema todavía más incómodo que el silencio meramente.

–¿Y eso qué tiene que ver? También es amigo mío –le contestó confundido mirándolo a los ojos.

–Pues que a él le gustas…, eso –se puso a comer sin levantar la vista, agradeciendo que la gorra le hiciese sombra.

–¿Le gusto? ¿A Zeus? –parpadeó recordando cómo le había pedido que saliera con él, y luego a Skylar, y luego a Ash. Le dio un puñetazo en el brazo a Roi, sonriendo –Nah… eso es broma.

–Nah… –lo imitó fingiendo su voz y entonación –, eso es cierto, o mientras piense que puede serlo, pues… ya sabes –se encogió de hombros, mirándolo un momento.

–¿Es cierto? –miró hacia delante preguntándoselo en serio –Pero tú me gustas, ¿lo sabes?

–Sí, ya lo sé –murmuró enrojeciendo con el ceño fruncido otra vez, pensando que tendría que ser imbécil para no saberlo –, pero ya te he dicho lo que opino de eso.

–Eres un buen amigo, eso me gusta más todavía –sonrió tocándole una mejilla –. Sabes que voy a tener que hablar con Zeus ahora…

–No me cuentes eso, no quiero saberlo –se quejó, apartando la cara y continuando con su comida, pensando que ahora iba a estar nervioso toda la tarde hasta que se le olvidase –. ¿A ti no te gusta Zeus? –lo miró de soslayo, mordiendo un trozo de pan, aunque todavía tenía carne en la boca.

–Zeus es guapo y divertido, pero no va en serio con nada –le contestó mirándolo directamente como si nada –. Además, creo que no es cariñoso, tú si lo eres, lo sé.

Roi suspiró ligeramente, pensando que hasta se le estaba quitando el hambre con los nervios, no le gustaba lo que estaba sucediendo.

–Vamos, que no te gusta.

–Nunca lo había considerado de esa manera –lo miró, suspirando y comiéndose un trozo de pan de pronto –, pero ahora comprendo por qué se enfadó ayer.

–Pues no sé por qué, pero no eres de muchas luces, ¿no?

–Supongo que no –lo miró un poco lastimado, decidiendo ser directo entonces –. ¿Te gusto?

–No lo sé, no puedo pensarlo así –se quejó, moviendo un poco un hombro. Se sentía como un traidor sólo por hablar de eso –. Hay muchos que me parecen guapos.

–¿Soy uno de muchos entonces? Sólo contéstame con sinceridad –buscó su mirada ya que le huía.

–Me pareces guapo, pero hay otros que también me lo parecen –resopló estresado, mirando atrás de nuevo. Zeus no bajaba y seguro que lo hacía adrede, pero lo cierto es que se preguntaba si lo estaba probando.

–Sigues diciendo lo mismo una y otra vez. ¿Qué hay de mi personalidad? ¿Te desagrado? –continuó insistiendo. No podía rendirse así como así.

–Eres un poco estresante… y siempre estás tocando a todo el mundo y haciéndole carantoñas… –bebió un buen trago de agua, pensando que le iba a sentar mal la comida.

–Así que lo has notado… –se rio, pensando que le gustaba más así. Tal vez ese era el problema, en realidad le gustaba ponerlo nervioso –A ti te gusta Ash –comentó de pronto, serio.

–¿Ash? Me siento cómodo con él, me gustaría conocerlo mejor –meditó casi, pensando en lo que le había propuesto sobre mudarse juntos cuando se graduasen –. Skylar es el más guapo de la clase.

–Así que me gana Skylar y luego Ash… Esto no pasaba en mi ciudad –exhaló bajando la cabeza entre las manos.

–Seguro que si le preguntas a otro te dice otra cosa. Sólo es mi opinión, y no hice una escala de puntuaciones para evaluaros. Skylar es guapo pero no lo conozco, nunca he hablado con él más de tres palabras.

–Y si le estuvieras hablando a otra persona, ¿cómo me evaluarías a mí? ¿Voy de tercero o todavía hay alguien más? –le preguntó insistiendo en eso de todos modos.

–Que no tengo una lista… –resopló frunciendo el ceño, evitando responder a lo otro.

–¿Qué pasa si te doy un beso? –le preguntó sonriendo un poco.

–No, ¿eh? Me cabreo –le advirtió mirándolo a los ojos.

–¿Seguroooooooo? –se acercó mirándolo de vuelta y apartándose luego. Realmente no estaba seguro de lo que debía hacer y no había comido nada, pero tampoco tenía mucha hambre.

–Seguro –se levantó, cogiendo su bolsa para irse –. Me voy a trabajar, no me sigas –le advirtió, apresurándose para salir y topándose con Zeus afuera –. ¿Qué haces ahí? Me dejaste solo con él adrede.

–Ya… –el otro lo miraba serio, aunque luego sonrió, pese a que no se le podían creer todas sus sonrisas –¿Qué te ha dicho?

–Muchas chorradas… –enrojeció un poco, poniéndose más nervioso.

–Pero le preguntaste por mí, ¿no? –se tocó el cuello, no pudo mantener la sonrisa.

–Sí… –murmuró, preguntándose si los había dejado a solas con la esperanza de que lo ayudase.

–¿Y qué?

–Me dijo que eras muy guapo y simpático, pero que nunca te tomas las cosas en serio. Me piro, tío, tengo que ir a trabajar, te llamo en el barco, ¿vale?

–Vale… –le contestó, pensando que le ocultaba algo.

Jari se había quedado en la mesa y apartó la bandeja, volviendo a hundir la cabeza entre los brazos. De nuevo estaba seguro de que no le agradaba para nada. Tanto Ash como Skylar eran unos callados, él era lo opuesto.

Zeus se apoyó en el marco de la puerta y se quedó mirándolo, pensando en si ir con él o marcharse. Dio media vuelta y se alejó por el pasillo, de todas maneras ya se imaginaba lo que sucedía y no quería confirmarlo.


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