.Cerberus Proyect- Novela yaoi / homoerótica para mayores de edad.
 

Capitulo 60
The need to take control

Jueves 17 de Diciembre
Mañana.

Hiroki abrió los ojos con cara de no haber dormido muy bien, y miró al moreno a su lado. Suspiró, girándose y rodeándole la cintura.

–¿Estás despierto?

–Ahora sí... –Senzo se giró hacia él, pasándose una mano por el cabello y despeinándose un poco más. Le besó los labios, pasándole la mano por la cara y cerrando los ojos de nuevo –. Después de lo de ayer... tengo más miedo aun.

–Qué tiernooo –se rio, tocándole una mejilla y dejando claro que no era Hiroki quien estaba allí –. ¿Sientes miedo por ti, o por él?

Senzo hizo un esfuerzo por no abrir los ojos sorprendido, bueno... y también por no pegarle un rodillazo en los testículos.

–Tengo miedo de ese tío, eso es todo –bajó la mano de su cara y le rodeó la espalda, pegándose más contra él y entreabriendo los ojos, besándolo de nuevo.

–¿Quién no? Vino anoche, ¿verdad? –le preguntó con cara de curiosidad –Yo no pude. Tu novio estaba demasiado alerta.

–Sí, vino anoche... y se llevó a dos allí dentro –le explicó –. Keita... ¿vivías en América?

Su rostro se puso serio de pronto y bajó la cabeza.

–¿Por qué me preguntas eso?

–Ayer... habló en inglés, y noté en su acento, que era americano. Ni siquiera parecía la voz de ese tío, Serkan –le rozó la espalda con dos dedos, pensando en andarse con cuidado con lo que decía.

–Pues es que él lo era... Y sí, viví en América, pero esa parte es aburrida –le aseguró como cortando ese camino de la conversación –. Ahora vivo aquí, viviré... ¿Cuándo se acaba este encierro? –le preguntó, aunque en los últimos días parecía haber perdido esa necesidad de salir corriendo.

–Este domingo probablemente –lo miró a los ojos, asustado por eso de “viviré”, pero por supuesto, disimulando. Le pasó la mano por el cabello, en realidad pensando en Hiroki –. Tengo... bourbon, ¿quieres? –le preguntó de pronto, preguntándose si así podría quitarle el modo en el que pensaba quedarse en el cuerpo de Hiroki.

–Claro, por fin tienes algo –se rio, sentándose y moviendo los dedos como pidiendo un cigarrillo también –. Ya se te quitó lo puritano. Dime, ¿finges para estar con él? Por lo menos ha de ser bueno en la cama.

–Sí, muy bueno... –alzó una ceja, aunque había fruncido un poco el ceño por eso de que si fingía. Cogió dos cigarros, y encendió el primero, entregándoselo y dejando salir el humo, encendiendo luego el suyo y apoyando un cenicero en la cama. Se agachó para coger la botella de una de las maletas, pensando que beber a esas horas era horrible, pero hasta a él le hacía falta un trago –. Yo no soy ningún puritano, no sé por qué dices eso –abrió la botella y le dio un trago, pasándosela después, pensando con triunfo, que Hiroki tampoco aguantaba mucho sobrio, no era que bebiese sin parar precisamente.

Keita bebió un trago largo antes de responder

–Porque siempre me decías que era muy temprano. Nunca es temprano cuando has estado muerto... –se rio, aunque no se veía precisamente feliz –¿Qué dijo ese bastardo anoche? ¿Qué hizo, más bien...?

–Parece que le gustaba uno de los chicos de aquí o algo así. Se le acercó con esa cara de... loco –negó un poco con la cabeza, recordando la cara de Hai al regresar –. Y después le dijo: Let’s go to hell together, babe, pero gritando como... no sé... fue horrible, yo no podía moverme de la silla –negó con la cabeza, bebiendo otro poco, aunque eso no estaba en sus planes.

El rostro de Hiroki se veía tenso, tenía el ceño fruncido y los labios se apretaban casi hasta perder el color. Sin embargo, volvió a tomar la botella, bebiendo más, se empezaba a sentir mareado, nunca le había sucedido antes.

–¿Y cómo regresó ese chico? Porque regresó, ¿verdad?

–Sí, no lo sé. Su amigo fue... poseído o lo que sea, porque quería ir a buscarlo y... no sé, supongo que le facilitó las cosas a alguien para salir. Luego regresaron los dos, todos histéricos, pero no hablamos. Nos fuimos todos a la cama, estábamos alterados –Senzo se echó contra el respaldo, pasándose la mano por la nuca –. Ese chico, estaba asustado, quería encontrar a su novia. Parecía que no se daba cuenta, no como tú.

–¿A su novia? ¿De quién hablas? –le preguntó de pronto, bajando el cigarro que tenía en los labios y mirándolo, realmente sorprendido –¿Te dijo a quien buscaba?

–Shauna, o algo así, aunque no me lo dijo a mí, simplemente estaba gritando medio histérico –se llevó el cigarro a los labios, casi al contrario que él, mirándolo con atención, por si la conocía.

–Maldición... Maldición, maldición... –repitió Keita, tirando el cigarrillo aún encendido sobre el cenicero –. No puede ser, ese idiota... –se puso de pie, dando vueltas por la habitación, y respirando de manera agitada.

–¿Lo conoces? –le preguntó, tocándose el labio con un dedo, con el cigarro delante de la boca.

Keita alzó la cara, mirándolo por un momento, tenía los ojos aguados. Sin embargo se encogió de hombros, contestando

–Tal vez –y su cuerpo cayó al suelo, inanimado.

–Bueno, pues... ahora ya sé de qué tengo que hablarle cuando quiera que se vaya sin joderme... –murmuró Senzo para sí, con el ceño fruncido, apresurándose a tratar de levantar a Hiroki, aunque no es como que pudiese con él –Hiro... –le dio con la mano en la cara unos toques, por ver si se despertaba.

Sus ojos se abrieron, y sonrió, aunque llevándose una mano a la cabeza.

–¿Qué sucedió? Me siento mareado...

–Eh... sí, has bebido –Senzo sonrió también, sólo por verlo volver en sí –. No te quedes en el suelo...

–¿Por qué dejaste que hiciera eso? –se apoyó en una mano, levantándose y volviendo a la cama. Precisamente por eso no le gustaba beber –¿Estás bien?
–Sí, y lo hice para que hablase... –le explicó, siguiéndolo a la cama y apagando el cigarro del otro y el suyo a la vez. Se sentó y apartó la botella, mirándolo y luego acostándose sobre él.

–¿Y habló? –le preguntó, tocándole las mejillas y apartando un mechón de cabello de su cara. No había descansado bien, había tenido pesadillas toda la noche.

–Sí... más o menos... Creo que miente, no creo que se llame Keita, o todo esto es muy extraño... –meneó un poco la cabeza, en sentido negativo.

–¿Por qué lo dices? –le preguntó sin apartar la mirada. El sólo verlo lo tranquilizaba.

–Porque... se comportó extraño al decirle lo de ayer del chico que entró en Benkei, y estaba como llorando. Creo que lo conocía. Dijo... “Maldición, no puede ser. Ese idiota...”

–Seguramente lo conoce. ¿Por qué mentiría? Pero ese chico estaba buscando a su novia... –meditó, pensativo. ¿Acaso era posible que estuviese relacionado con dos de las víctimas?

–No lo sé... me contestó: tal vez, y se fue. Eso no es normal en él. Y la verdad, tampoco me lo imaginaba lloriqueando. Por otra parte está lo de que no hubiese ningún Keita en la lista.

–¿Crees que es su novia? –le preguntó, a pesar de que por lo que le había contado Senzo, era una mujer terrible. Claro, como hombre tampoco le parecía encantador.

–¿Su novia? No lo sé, pero si lo es... menuda puta... –se rio, alzando una ceja luego y carraspeando un poco.

Hiroki se rio por la ocurrencia de Senzo, contestando

–Por lo menos me pondría menos celoso.

Senzo le pegó en el hombro.

– Qué asco... por Dios... –se tapó la boca después, riéndose –. Es horrible. No puede ser...

–No, ¿verdad? Tú no puedes estar con nadie más... O eso quiero creer –le sujetó la cara, besándolo con suavidad, y enseriándose poco a poco.

–Claro que no..., pero eres tú de todas formas –lo miró a los ojos, acariciándole una mejilla y besándolo de vuelta –. Aun así, ya parece haberse tranquilizado al respecto, y creo que... a partir de ahora será mejor, ya que sabe que su novio o lo que sea, la está buscando. Si es que es ella, pero no sé por qué mentiría.

–Tal vez no quiere que él la encuentre, me refiero al asesino, pero... eso no tiene sentido –negó, mirándolo de aquella manera aún –La próxima vez... di su nombre. No me refiero a que lo menciones, me refiero a que la llames –le aclaró, aunque no estaba seguro de que fuese una buena idea continuar con esas cosas, no era un juego.

–Vale... –Senzo suspiró un poco –. Pero me da un poco de miedo esa zorra del infierno. No me lo daría si no estuviera en tu cuerpo, pero... Aunque quién sabe... a lo mejor era una camionera enorme y gorda. Es yanki después de todo –se burló malvadamente.

–No seas malo... –lo riñó, aunque en realidad se estaba riendo también –Sabes, Senzo... A mí también me da miedo. No sólo esto. Lo que estamos haciendo. Anoche... Creo que es demasiado peligroso jugar con ese hombre.

–Pero no podemos hacer nada más. A veces pienso que no estamos avanzando para nada en lo que se refiere a librarnos de esto. Pienso que sólo él está avanzando, tomando cada vez más control de la situación. A lo mejor recluyéndonos aquí, todos juntos... sólo le está facilitando las cosas... –lo miró preocupado, negando con la cabeza después.

–Sí, eso mismo pensaba. No sé qué tan buena idea sea estar encerrados aquí con el asesino. No quiero sonar cruel, pero tal vez deberíamos irnos aun lugar del que Serkan no sepa nada.

–Sí, tal vez sí –Senzo se sentó, pasándose una mano por la cabeza –. Todo el tiempo estamos lejos de ellos, trato de distanciarme todo lo posible... No es que no me importe lo que les pase, pero... nosotros no tenemos la culpa de esta mierda...

–Lo sé, la verdad... a mí hasta me parece algo interesante, pero claro, es mucho menos objetivo cuando se trata de... No quiero que te suceda nada, no quiero perderte. Ni siquiera quiero verlos sufrir a ellos, estoy harto de este tipo de situaciones –bajó la cabeza, cerrando los ojos y sintiéndose como un chiquillo perdido de nuevo.

–Pero sabes que si nos vamos van a sufrir también. Moralmente, que dos personas se rindan, aunque no las conozcas... No sé, tampoco quiero que ese tío acabe suicidándose o algo así, pero... ¿sabes? No soy un santo... –se mordió una uña, rayándose un poco el barniz negro –. Démosles un día más o algo así...

–No pensaba irme aún, Senzo, pero quisiera encontrar una manera más segura. Ellos son los profesionales, y creo que son los que peor están... Yo no sé qué haría si te poseyese alguien así –le confesó, mirando sus ojos.

–No, a mí no me va a poseer nadie –se negó nervioso –. Escucha, me dijo que ayer no había podido entrar en ti, porque estabas demasiado alerta.

–¿Tengo que beber varias jarras de café ahora? –preguntó, sonriendo un poco. Claro que aquello era una buena revelación, podría esforzarse por lo menos.

–Mejor no. No quiero que se despierte hiperactiva, y menos desde que sé que es una sardina... Me da asco... –se rio, bromeando con él.

Hiroki se rio, acomodándole el cabello.

–No puedo preocuparme si te comportas así. ¿Llamaste a Kogane ayer?

–Sí, bueno, todos los días –se rio entre dientes, mordiéndose la uña otra vez –. Pero no le digo mucho, sólo cotilleo respecto a los que estamos aquí para entretenerlo y que no me pregunte muchas cosas.

–Sí, se preocuparía demasiado, seguramente querría venir a por ti –sonrió, pensando que él sí le había comentado las cosas a Ken, pero era más centrado, lo ayudaba a pensar mejor, por lo menos en cuanto a Senzo.

–Seguramente, sí... –se levantó de pronto, rebuscando en las cosas de Hiroki y cogiéndole el móvil, corriendo a una esquina para mirar sus últimas llamadas.
–¿Qué haces? Senzooo... –lo llamó, sonriendo un poco, aunque se ponía nervioso –No tengo secretos.

–Hum... ya sabía yo que lo habías estado llamando... –protestó, aunque no le molestaba tanto. La verdad es que se sentía completamente seguro de él ya, sólo lo hacía por jugar, aunque por otra parte... –. ¿De qué habéis estado hablando?

–¿De qué crees? De todo esto... –contestó de manera vaga, sonriendo aún y sentándose en la cama –De su vida... De cualquier cosa, incluso yo necesito distraerme banalmente.

–No te creo. Habéis estado hablando de lo que no quieres decirme a mí, porque piensas que voy a ponerme histérico, o que me voy a asustar, ¿verdad? Como aquella vez –dejó el teléfono sobre una silla y cruzándose de brazos.

–¿Aquella vez? No sé de qué hablas –contestó sinceramente, mirándolo –. Le hablo de lo que me preocupa y sí, a veces eso te incluye a ti. Es natural, te amo.

–¡De lo del hospital, Hiroki! ¡¿De qué va a ser?! –resopló, sentándose en la silla, y sacándose el teléfono de debajo, poniéndolo a un lado –Vale, lo siento... estoy un poco desquiciado.

–No estás desquiciado, estás nervioso y eso también es normal –suspiró, saliendo de la cama para ir hasta donde estaba su novio –. No te estoy ocultando nada, si eso es lo que piensas. Además, creo que en esta situación, eso sería más peligroso. Y en todo caso, dado que nunca recuerdo nada, tú tienes más información que yo.

Senzo extendió los brazos y le rodeó la cintura, apoyando la frente en su abdomen. Le alzó la camiseta y se apoyó contra su piel, suspirando.

–En vez de escapar otra vez... hagámoslo nosotros. Si ellos lo están haciendo mal, seguro que nosotros podemos hacer algo.

–Pero no sé el qué, ese es el problema. Si vamos allí, por ejemplo... sólo jugará con nosotros de nuevo. Aunque... –comentó, recordando que el reemplazo de Hai había parecido aliviado al notar que no estaba allí.

–Si tú estuvieras conmigo, no tendría tanto miedo. No ahora... sólo... es un tío loco, ¿no? –alzó un poco la cabeza, mirándolo a los ojos pero sin soltarlo –He... visto cosas peores, ¿verdad?

Hiroki asintió, respondiendo luego en voz alta

–Sí, hemos visto cosas peores –aunque no estaba seguro de si aquello se podía comparar. Tampoco le apetecía ser víctima de un asesino, a pesar de que no recordase nada –. Yo te protegeré, Senzo. Pase lo que pase.

–Pero no quiero entrar con esa loca desquiciada de nuevo –se levantó, rodeándole el cuello y besándolo con suavidad, abrazándolo después y bajando la cabeza sobre su hombro.

–Aún no sabemos si lo es –sonrió, apretándolo ligeramente –Cuando estamos allá... soy yo, ¿verdad? Ella preferirá quedarse en mi cuerpo.

–La otra vez entré con ella, y luego... eras tú –le explicó –. Así que, no lo sé, ya te dije que me empujó ahí dentro... –le saltó encima para sujetarse con las piernas a sus caderas –. Sería mejor si nosotros controlásemos el modo de entrar, y mucho mejor si controlásemos el de salir. Tal vez Kawa... él ayudó a entrar a Benkei ayer, ¿cierto? Es lo que a mí me pareció.

–Sí, tal vez haya sido él. Después de todo, la teoría es que fue el médium para abrir las puertas –asintió, sujetándolo, aunque con esa expresión de estar pensando –, pero no sé si los demás accederán. Tal vez tengamos que hacerlo por nuestra cuenta.

–Bueno... no es como que necesite su fantástica ayuda... –le dijo con expresión orgullosa, alzando un poco la cabeza y dejándose bajar, mirándolo a los ojos –. ¿Qué van a hacer si no? ¿Quedarse de brazos cruzados esperando a que nos joda vivos? –le apoyó una mano en el pecho, pinchándoselo con un dedo –No es mi estilo. Salgamos a hablar con Shio.


Continua leyendo!

 
 

Tambien puedes dejar tus comentarios y opiniones en la sección de este fic en el foro foro yaoi

yaoi shop, yaoi t-shirts, uke t-shirts, wings on  the back