.Novela homoerótica para mayores de edad.
 
Epílogo 5- Saltar Edificios no es un Delito

Slave se sentó en una de las mesas del salón donde los presos recibían las visitas de sus familiares y se recostó un poco en la mesa. Habían pasado tres meses y aún no tenía noticias de que fuera a poder salir.

Se mordió un dedo mirando a la puerta a ver si llegaba Ren como si no existiese nada más, pero de todos modos no le gustaban mucho esas visitas, porque no podía tocarlo y además le resultaba extraño ver a Dragon vestido normal y sin treparse en nadie.

El rubio se dirigió directamente a la mesa, sentándose frente a él, sonriendo. Ya Ryo le había informado de la situación y casi no había podido esperar para ver al moreno. – Slave....

- ...ya estamos aquí – anunció Dragon, sentándose a su lado, y con ganas de abrazarlo como siempre.

Slave le sujetó la mano a Ren acariciándose con ella y besándosela, soltándolo después porque no tenía más remedio, aunque dejando la suya cerca en la mesa, como si pudiera sentirlo aún y cuando no lo tocaba –Pues llevadme cuando os vayáis…- se rió bajando un poco la cara, lo cierto aunque no había motivo, le hacía gracia Dragon.

- ¿Crees que quepas bajo mi camiseta? – se rió el chico, halándola un poco como midiendo.

Ren se rió con suavidad, al notar lo feliz que hacía a Slave aquello. – Pero lo sabes ¿cierto? Saldrás pronto, Ryo me lo dijo.

-No me lo dijo a mí…- lo miró sorprendido, aguantándose las ganas de abrazarlos a los dos, porque sabía qué pasaba cuando lo intentaba, que los volvían a meter en la celda y se acababa la visita -¿Pronto cuando? ¿Mañana?

- Una semana! Es nuestra última visita.... – le anunció Dragon apoyándose con ambas manos en la mesa como si fuese a saltarle encima, cosa que deseaba.

- Así es.... la última. – lo apoyó el rubio casi tembloroso por la emoción. – No volveremos a vernos así. La próxima vez que nos veamos... podrás abrazarme cuanto quieras.

-…¿una semana?...- se quedó serio mirándolos como si no pudiese creérselo y después se rió, bajando un poco la cara y apoyándose con los codos en la mesa cubriéndose el rostro con las manos. Estaba nervioso, seguramente estaría nervioso todo lo que restaba de la semana, eso seguro.

- Una semana... – repitió el rubio observándolo contento. Por fin se terminaba.

- Te voy a llevar a celebrar cuando salgas, podemos...

- Nada de actividades ilegales, no para Slave – le advirtió Ren enseguida por si acaso.

- Qué mala fe... – se rió el chico, aunque lo cierto es que no estaba ni planteándose eso.

-No… - el moreno se rió mirando a Dragon y sentándose bien porque veía que iban a ir a molestarlo y estaba tan nervioso, que era capaz de pegarle a alguien si se lo llevaba en esos momentos -Pero sí podemos beber… y comer cosas… normales…

- Podemos, ¿verdad, Ren? Di que sí...... le pidió Dragon poniendo cara de inocencia como si realmente necesitara su permiso, haciendo que el rubio riera.

- Sí, sí pueden, vale... – sacudió la cabeza, moviendo las manos en la mesa, por la proximidad que tenían a las de Slave. – Pero esta vez no me van a convencer de ninguna locura.

-No… no haré nada… no quiero volver…- le rozó los dedos bajando un poco la cara –pero saltar edificios no es delito ¿no?- preguntó de pronto pensando en ello y recordando aquel día que habían saltado Dragon y él.

- No! No lo es! – le aseguró el chico de cabello rosa, aunque ni idea tenía, simplemente, no quería que lo fuera.

Ren se rió de nuevo, observándolo. – No lo es, pero sí es peligroso... Aunque de todos modos, no me opondré si realmente quieres hacerlo...

- Sí quiere... quieres ¿Slave? – Dragon le preguntó emocionado, añadiendo. – Axl también quiere aprender, y yo aún no sé aterrizar.

-Sí quiero…- se rió pensando que por algo lo había preguntado –Pero con él otro día, porque quiero estar solo contigo… lo miró hablando con toda la sinceridad del mundo. Lo cierto es que había recordado muchas veces cómo se divertían cuando estaba afuera -¿No quieres? Cuando Ren esté trabajando… y Axl en clase…

Dragon asintió enérgico, porque se ponía sentimental de sólo pensar en volver a estar juntos así, y más en que quisiera estar solo con él. No quería que se le notase si hablaba.

-Ya me quiero ir… y quitarme esta camiseta que no la soporto…- se rió mirando la cara que tenía el chico de pelo rosa -¿Y qué pasa? ¿Me venís a buscar? ¿Ya no vuelvo más ni nada?

- Ya no vuelves más, te devolverán la ropa que usabas cuando te apresaron, excepto las botas claro, te traeré unas... – le comunicó Ren sonriendo - .... y todo lo que traías contigo. Y luego, estaremos esperándote en la entrada. Eso es todo.

-Y los pendientes…- se tocó la oreja pensando en lo raro que era estar sin ellos, aunque al final se hubiera acostumbrado a no usarlos –El día que vino el policía ese… fue muy agradable...- le apretó la mano a Ren un poco antes de soltársela de nuevo, realmente no podía evitar tocarlo cada dos por tres –Cuando os vayáis te voy a besar…- se rió mirándolo a los ojos –A ti también Dragon… ahora ya... me da igual…

- Eso! – lo apoyó el chico como si estuviera en una pelea, sonriendo. – Y el policía es el novio de Ryo, así que....

- Deja el cotilleo, Dragon – se rió el rubio como si no lo supieran todos, igual. – La fecha ya está fijada, y no la cambiarán, así que.... te ordeno que me beses de despedida. Así no podrás cambiar de idea.

-No iba a hacerlo…- se rió tentado a besarlo en ese mismo momento sólo por haber escuchado la orden y conteniéndose sin levantarse –Él me dijo que Ryo le había dicho que hablase conmigo. Pero él no lo sabe ¿cierto? Porque él me encerró…

- No, Ryo no le ha dicho nada, es nuestro secreto.

- Lo que significa que te ayudó por tu encanto natural – se rió Dragon, recordando sus conversaciones con Ryo. – Y no le piensa decir tampoco.

-Pues hace bien… porque no me parece que sea la clase de persona que perdona algo así… una mentira tan grande… Además de que lo traicionó a él… también le hizo perder tiempo… y seguramente también le dañó su orgullo… - se quedó callado pensando que si no fuera por eso, estarían todos en la cárcel probablemente no para salir de allí, ni en años ni nunca –… yo nunca hubiera hecho eso a Ren… por nadie… pero yo sé que él lo hizo más que nada por ti…- miró a Dragon.

- Lo sé, por eso les dije que confiaba en él, y aún confío... – sonrió con ternura el chico, ya que le seguía teniendo mucho cariño, en realidad, más ahora.

- Yo también... le estoy muy agradecido. Y por todo lo que ha hecho por Slave. – Ren lo miró a los ojos, moviendo los dedos de nuevo. – Yo sé que nunca me mentirías, pero yo te perdonaría cualquier cosa.

-Pero yo no quiero ponerte triste nunca más…- el moreno recordó las palabras de Hattori y lo ciertas que eran –Así que no haré nada que pueda ponerte triste…- escuchó cómo sonaba el timbre que siempre había estado odiando tanto, aunque en esta ocasión casi le alegraba escucharlo y abrazó a Dragon besándole los labios y sujetándose después a Ren porque había visto cómo se acercaban para separarlos. Lo besó profundamente sujetándolo contra él con más fuerza aún, hasta que tiraron de él hacia atrás esposándolo. Sin resistirse más porque no quería hacer daño al rubio.

- La próxima vez, nadie te podrá separar de mí. – le sonrió el chico, dándole fuerzas hasta que lo liberaran.

- Ni de mí. Bueno, sólo Axl – se rió, preguntándose si aún se ponía celoso, porque le gustaba ver esa expresión de reclamarlo en su cara.

-Axl tampoco… - el moreno se rió se lo llevasen o no, porque ahora le estaba dando igual. –Te quiero…- miró a Ren hasta que lo giraron a la fuerza para llevarlo al interior imaginando que iban a meterlo en una celda de castigo, pero le traía sin cuidado.

 
 

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