.Novela homoerótica para mayores de edad.
 
Epílogo 4- Good Boy

Slave dejó caer las pesas al suelo y se levantó, pasando entre otros hombres que había en la parte baja de la cárcel. Siempre se acababa sacando la camiseta pese a todo y la llevaba metida por dentro del pantalón, usándola como si fuera una toalla.

Sintió que lo empujaban bruscamente al pasar y se giró sólo para recibir un puñetazo en la boca. Estaba acostumbrado… no es que le tuvieran mucho amor… Se giró pegándole una patada en el estómago y escuchando los gritos, le recordaban al Catkill pero allí no estaban ni Dragon ni Ren. Bajó el talón sobre su cabeza tumbándolo al suelo y le pisó la cara contra el cemento girando la bota a los lados escuchando su nombre vitoreado como un ritual extraño.

Se apartó al escuchar que se acercaban los guardas pero nunca nadie contestaba cuando preguntaban quien había hecho eso, ni siquiera el que había recibido. Por otra parte, tenían las cámaras si no las miraban era porque no querían.

-Koji Amba… ponte la camiseta… y acompáñanos

El moreno los miró asustado ¿Qué iba a pasar ahora?. Se puso la camiseta y le sujetaron las manos adelante con las esposas llevándolo con ellos por los pasillos hasta una sala. Se sentó a un lado de la mesa con la sangre cayéndole por el labio. Esperando.

Hattori entró sentándose frente a él, y observando la sangre en su labio. – Hola.... Slave. – lo saludó, no muy seguro de cómo llamarlo. – Te acuerdas de mí, ¿verdad?

-Sí... - lo miró a los ojos, aunque le había costado al principio como si no tuviera sentido allí su presencia.

- Bien. Quería hablar contigo, ver cómo te ha ido. Pero necesito que seas honesto. Y necesito que me respondas – le sostuvo la mirada, sin decirle aún el por qué. No quería predisponerlo, ya había visto a muchos prisioneros actuando como chicos modelo una vez que se enteraban de la posibilidad de salir.

-Vale- lo miró a los ojos aún esperando a saber qué quería que le respondiese, porque si le iba a preguntar de nuevo por los demás no iba a abrir la boca, eso estaba claro. ¿Tal vez sólo quería saber cómo le iba a la gente que metía en la cárcel? –Mal, quiero ir con Ren.

- Sí, lo suponía. – aún le sostuvo la mirada pensativo. - ¿Qué planeas hacer una vez salgas de prisión?

-Voy a ser luchador profesional-lo miró como si tuviera toda la seguridad o un contrato, aunque lo único que tenía era la promesa de Ren –y vivir con Ren.

- Es una buena meta.... Estuviste en una pelea hace poco ¿cierto? ¿Sucede a menudo? – le señaló con un gesto la sangre, sacándose un pañuelo y deslizándolo por la mesa por si quería limpiarse.

Slave lo cogió, limpiándose, porque suponía que era lo que quería que hiciera y no quería jaleos extraños. Se quedó callado pensando que decir –Me pegan… - mintió a medias.

- Ya veo – respondió, pensando que no creía que fuese tan unilateral, pero tampoco esperaba que no se defendiese. - ¿Comprendes por qué estás en prisión? ¿Por qué está mal lo que hiciste?

-Porque se murió… - estuvo a punto de encogerse de hombros y decirle que la mataba de nuevo si Ren se lo pidiese, pero no iba a cometer ese error. Para empezar ni siquiera se suponía que la hubiera matado –No quiero volver a la cárcel cuando salga- le contestó pensando en si era eso lo que quería saber –No haré algo así nunca más, quiero estar con Ren… -repitió de nuevo bajando la cara y mirando el anillo. Todo se reducía a Ren -¿Por qué no lo puedo tocar?

- Son las leyes aquí. Pierdes privilegios cuando haces algo malo. Cuando haces algo así, lastimas a las personas que te quieren, comprendes eso ¿no es así? – se inclinó un poco sobre la mesa observándolo detenidamente. Ya sabía que era algo inútil decirle esas cosas a un criminal, más bien lo considerarían cursi, pero el chico parecía un niño perdido más que un asesino. Claro que no dejaba de estar alerta.

-Sí… lo comprendo… no lo haré más…- se apretó las manos pensando que de todos modos, seguro que Ren tampoco le permitiría hacer algo así de nuevo, ni había motivos ya, aunque se preguntaba si Dragon seguía haciéndolo… o si le decepcionaría el hecho de que él ya no quisiera –Yo no quiero estar sin Ren… no sé qué hacer sin él… y me escribe todos los días diciéndome… pero yo quiero estar con él…- cerró los ojos llorando de nuevo seguramente porque había necesitado decirle a alguien o quejarse con alguien sin dañar a Ren más de lo que ya hacía cada vez que se derrumbaba.

Hattori permaneció en silencio observándolo. No había esperado que llorase ahora, no podía evitar sentirse conmovido por ver ese chico tan grande y fuerte así. Claro, muchos habían fingido antes, pero el moreno era bastante transparente. No lo creía capaz de dar una actuación así. – Puedo ver que lo amas mucho. Y estoy seguro de que no harás nada que lo haga sufrir más, o que te aleje de él. Slave? – le tocó la mano levemente, sin atreverse demasiado, sólo para que le prestase atención. – Vine a hablar contigo porque Sanada-san me lo pidió. ¿Lo recuerdas a él, verdad? Pienso recomendarte para una reducción de condena por buena conducta. No puedo prometerte nada, pero no veo ningún impedimento para que la acepten.

El moreno lo miró a los ojos, apoyando la frente en la mesa después y llorando igual sin poder evitarlo, aunque igual no era capaz de dar las gracias por orgullo y apoyó la cara en su mano sin pensar que pudiera darle asco o algo así, si no para agradecérselo.

- Está bien. – Hattori no retiró la mano, comprendiendo lo que sucedía. – Sólo... te voy a pedir que no inicies peleas y que demuestres que puedes controlarte. Y por supuesto, que no vuelvas a cometer más crímenes – sonrió un poco, aunque tratando de disimularlo. En parte comprendía por qué Ryo deseaba ayudar tanto a ese chico.

-No haré nada… - accedió retirándose hacia atrás de nuevo preguntándose cuánto tardarían en dejarlo irse y si realmente le dejarían, si Ren lo sabría ya.

 
 

Tambien puedes dejar tus comentarios y opiniones en la sección de este fic en el foro, solo tienes que presionar en Hansa.

foro yaoi

       
   

yaoi shop, yaoi t-shirts, uke t-shirts, wings on  the back