Capítulo 78- The Things I Won't
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El detective se pasó la mano por el cabello, con todos los
informes frente a él, extendidos como un abanico. Sabía
que Slave no era el único, eso era seguro. Pero por más
que buscase no lograba encontrar nada, para implicar ni a Axl Ray
ni a Ren Takagi. El otro par de huellas no era de ninguno de los
dos, eso se notaba con sólo mirarlos. Y con el hermetismo
del moreno, sumado a la interferencia de su abogado, no había
quien pudiese.
-Hola…- el moreno entró en la oficina sin llamar
siquiera ya y le apoyó un vaso de café delante, bebiendo
del propio y mirando los papeles que tenía por todas partes
–Mira esto…- le mostró la foto de una mujer ahogada
en una piscina -¿Imaginas qué?-preguntó sonriendo
levemente.
- ¿Qué...? – alzó la mirada confundido,
y tomando el vaso para que no fuese a haber un accidente. - ¿Qué
es esto? – preguntó alzando la foto y examinando a
la mujer.
-Impresionante… pero no tenía sangre… ¿lo
puedes creer? Se la quitaron toda… luego la tiraron a la piscina…
la encontró la mujer de la limpieza…
- ¿Un vampiro limpio? - le sonrió sin muchas energías.
– Sí es impresionante, pero estoy comenzando a creer
que tampoco podré resolverlo.
El moreno le pegó con las fotos en la cabeza y se echó
atrás en el asiento revisándolas y alzando una ceja
mientras le daba un trago al café -¿Para que dices
memeces?
- No son memeces – se cubrió la cabeza, sorprendido
y mirándolo luego. – Mira todo esto, ya van.... tres
casos que no resuelvo y uno a medias. Tal vez no soy realmente bueno
para esto.
-¿Cuántos años llevas siendo policía?
¿Me quieres hacer el porcentaje de los casos que has resuelto
y los que no? Y ahora… rematando mi teoría de que dices
memeces ¿Cómo has ascendido hasta este puesto? ¿Por
la cara bonita?... Resultado y deducción única…
eres muy bueno… pero cuando te frustras, dices memeces…
- se rió bebiendo café y leyendo un informe.
- Eres imposible, Ryo. Es sólo que pienso que este caso
no debería ser tan difícil. Y ya te lo dije antes,
creo que me estoy volviendo blando. ¿Desde cuando se supone
que sientas pena por la persona que interrogas? Así no podré
interrogar a nadie.
-Bueno… es normal… es como un perrito abandonado…
tiene ojos de cachorrito… pero además está bueno…
y eso hace despertar tu instinto protector…- se rió
y lo miró a los ojos –Tú sabes que el chico
no es malo…sólo es distinto a nosotros…
- Eso sí que lo es. – lo miró a los ojos, preguntándose
si de veras trataba a los sospechosos distinto, por estar buenos
o no. – Pero no es mi tipo, así que deja de pensar
tonterías ahora tú. Aún así, no quiero
que mis sentimientos personales se entrometan con mi trabajo.
-Tampoco es mi tipo… pero tengo ojos…- se rió
dejando las hojas sobre la mesa y mirándolo a los ojos cruzándose
de brazos –Eres una persona, tus sentimientos se entrometen
en todo lo que haces… y ahora dime… ¿soy yo tu
tipo? ¿O simplemente me amas? – sonrió observándolo.
- ¿Es una pregunta capciosa? – se rió, mirándolo,
sin poder evitarlo. – Ya te dije que no eras mi tipo, pero
mi tipo estaba equivocado, así que he decidido.... que tú
serás mi tipo.
-¿Cuál era tu tipo? A ver dime… ¿uno
de esos niños buenecitos… y serios… que te den
un beso al llegar y otro al marcharse… que te hacen llamaditas
al teléfono para decirte “te quiero…”?
- Y ¿eso qué tiene de malo? ¿No piensas llamarme
jamás para eso? – lo molestó, sin responderle
realmente, más que nada porque había dado en el clavo.
- ¿Y el tuyo? ¿Niños que conoces en bares de
ambiente?
-O en la frutería… eso no importa…aunque la
mayoría sí eran en bares de ambiente sí…-
se rió un poco mirándolo y notando que había
acertado. Por un lado, le tocaba la fibra aunque no hubiera motivos
para celarse –Yo no dije que no fuera a hacerlo, aunque seguramente
preferiría ir y decírtelo a la cara… si tantas
ganas tengo de verte no me espero.
- Pero si estoy trabajando, no podrás. – le sonrió
sólo por molestarlo y porque también estaba algo celoso,
aunque no quisiese admitirlo. – Y ¿el niño con
el que tenías problemas aquella vez? ¿Era... algo
así? ¿Aún lo sigues viendo? – le preguntó
sin darse cuenta de que empezaba a sonar a interrogatorio.
-Sí lo veo… y es un niño menor de edad…
bastante hiperactivo por cierto… muy simpático además
de cariñoso…y está esmirriadito…- se rió
mirándolo a los ojos -Aunque no es mi tipo físicamente
hablando… Bueno… lo de que esté esmirriadito
sí tiene su gracia…
Hattori se quedó callado, serio, habiéndose olvidado
de los casos, aunque no fuese muy profesional. - ¿Y? ¿Qué
es para ti?
-Mijito…- se rió mirando al techo –…tiene
novio… y yo nunca te engañaría, es una estupidez.
Si quisiera andar de flor en flor ¿para que hubiera insistido
tanto en conseguirte? ¿Para qué estaría aquí?-
le sujetó una mano besándosela.
- No lo sé, ¿porque eres un crío? –
le sonrió, ya derretido, aunque tratase de ocultarlo, y apretando
su mano. - Aún así.... mejor es que tengas cuidado.
Y, me gustaría conocer todo lo de tu vida. Tengo el presentimiento
de que no confías en mí.
Se subió un poco sobre la mesa, sujetándose la corbata
con la otra mano mientras le besaba los labios sentándose
después de nuevo -No quiero que lo detengas por posesión
de estupefacientes….- se rió levemente –Ya te
lo presentaré… tengo el presentimiento de que varias
cosas de mi vida no te agradaría mucho conocerlas…
- Pero eso es lo que significa tener una relación seria,
confiar. Tú lo sabes todo sobre mí. – le sonrió,
negando con la cabeza. - Pero no te presionaré, ni arrestaré
a tu hijito... Aunque creo que deberías ser responsable y
ayudarlo a dejarlas si realmente te importa.
-Lo ayudo respetando su decisión y respetándolo a
él, así él cuando me necesite, sabrá
que sea cual sea su problema, podrá contármelo…
porque yo jamás lo juzgaré. Claro, que preferiría
que no tomase drogas pero sé que llegará el día
en que piense que ya no las necesita… ya no le harán
falta…-sonrió levemente pensando en contarle algo y
riéndose luego.
- ¿De qué te ríes? – le preguntó
con sospecha, alzando una ceja.
-Estaba pensando en contarte algo que no te iba a gustar sobre
mí…
- Ah, ¿sí? Y ¿qué podría ser
eso? A ver.... – se inclinó hacia él, entre
curioso y sospechoso aún, sin quitarle la mirada de encima.
-Te lo voy a contar… a ver cómo reaccionas…
así sabré si debería confiar en que me seguirás
queriendo igual o no… o sea… en resumen… Si de
veras me quieres…- sonrió jugando un poco con la retórica
–He trabajado como bailarín en lugares de ambiente…
con… muy poquita ropa…- hizo un gesto con las manos
como señalando el tamaño de la ropa.
Hattori dejó escapar un resoplido como de risa, incrédulo.
– Cuando.... ¿cuándo eras más joven?
-Sólo un poco más joven…- sonrió aún
más, pensando que técnicamente era unos días
más joven sí…
- ¿Sólo un poco? ¿Por qué... hiciste
algo así? – le preguntó curioso y enrojeciendo
un poco quisiera que no. – No dejaría de amarte por
una tontería como esa, qué poca fe.
- … para escribir un libro… que no escribiré…
- lo miró a los ojos y se sacó las gafas colgándoselas
del bolsillo de la camisa y sonriendo levemente.
- ¿Por qué no? Ya.... no lo haces ¿o sí?
No, claro que no... – razonó, comprendiendo que si
ya no iba a escribir el libro, no tenía sentido, e igual,
dijo que había trabajado, no que trabajaba.
-Ya no lo hago no… lo siento…perdiste tu oportunidad…
claro que si quieres, te hago un pase privado como el de la entrevista
de trabajo… - se rió mirando sus ojos.
- Claro que no! No necesito eso.... – enrojeció aún
más, poniéndose a arreglar los papeles sobre su escritorio,
sin ningún motivo en realidad para hacerlo. – Pero
no me has dicho por qué desististe de escribir el libro.
-Bueno, pues lo haré igual. Total siempre dices lo contrario
a lo que quieres…- se limpió las gafas distrayéndose
con eso un poco –Quería el puesto de superior que le
entregaron a una compañera poco calificada, pero voy a desistir…obviamente
no la van a destituir para dármelo a mí y tampoco
me iré de la ciudad ahora… que te tengo a ti…
Así que no tiene sentido… y aún si lo hiciera
solo por expresar mis ideas sobre la mente criminal… no puedo…no
puedo violar la confianza de la gente que se apoyó en mí
publicando un libro con sus vidas o sentimientos… eso es algo
que sólo ellos deberían contar.
Hattori alzó la mirada de nuevo, sonriéndole y poniéndose
de pie para besarlo profundamente sin decirle nada.
-Detective…- puso voz de asombro, aunque la sonrisa en sus
labios lo decía todo. Se levantó besándolo
y enredando los dedos en su pelo, dando unos pasos atrás
y apoyando la espalda contra la puerta para que no la fueran a abrir.
Lo abrazó con fuerza sonriendo levemente.
- ¿Qué sucede? ¿No puedo besarte yo para variar?
– sonrió, dejándose abrazar, comprendiendo que
había sido demasiado impulsivo tal vez, pero no lo había
podido evitar.
-¿Qué dices? Me ha encantado…- se rió
besándole los labios varias veces de forma superficial –Te
invito a comer… a mi casa…
- Ya veo... ¿y de veras vamos a comer? – lo miró
de nuevo son sospecha aunque sonriendo un poco.
-Sí… comeremos… pero no vayas a morderme…
- se rió besándolo de nuevo –Sí…
te prepararé algo… y luego…luego ya veremos…
- Ya veremos... - le sonrió, besándolo con suavidad
en los labios de nuevo. – Y ¿qué hay con la
mujer de la piscina? Trabajaremos juntos de nuevo.
-No sé… estaban hablando de que tenías demasiado
en la cabeza, pero yo les dije que prefería trabajar contigo…
para meterte más… - se rió llevándoselo
afuera de los hombros –“Donde sea”- le susurró
luego sonriendo malditamente.
- Shhhh! Calla... – le susurró de vuelta, enrojeciendo,
y carraspeando. – No tienes remedio.
-“A ti te gusta…”
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