Capítulo 76- You Won't Be Alone
Again
Axl acabó de explicarles a los chicos de la mudanza donde
debían colocar las pertenencias de Ren y se sentó
en el sofá del salón cuando salieron, bebiendo un
poco y pasándole la botella al rubio que parecía estático
desde que lo habían llevado a la casa con ellos. El albino
sujetó la mano de Dragon sentándolo a su lado –Ren…
podrás escribirle cuanto quieras… incluso mandarle
cosas… seguro que quiere tener una foto tuya… - trató
de hacerlo reaccionar.
- Sí, varias fotos mejor. Seguro que se pone feliz. –
contribuyó Dragon, conteniéndose de hacer toro tipo
de bromas porque no lo veía para captarlas.
El rubio alzó la vista sonriéndoles a ambos, agradecido.
Lo cierto es que ahora hasta se sentía agradecido con Ryo
por otorgarles aquellos momentos. – Gracias, chicos, pero
no.... no me siento muy bien.
-Ya lo sé… pero él está siendo fuerte
por ti y tú tienes que ser fuerte por él… tú…
sabes cómo es… Dile que entrene mientras este en la
cárcel, que lo haga todo el tiempo, le mantendrá ocupado
y pensará que está cumpliendo tus deseos… cuando
salga, yo me ocuparé de que sea profesional… tal y
como quería…
- Axl, no sé cómo te voy a pagar esto... –
se pasó la mano por la frente observándolo. Realmente
lo habían juzgado mal al principio.
- Como si hubiera algo que pagar, de eso me encargo yo... –
sonrió Dragon, abrazándose al albino. – Slave
estará bien, es fuerte por naturaleza...
-No te preocupes…- abrazó a Dragon besándole
una mejilla y jugando con su cabello un poco –Tal vez debieras
decirle quien te hizo daño allí… pero asegúrate
de decirle que se comporte bien, para que lo dejen salir por buen
comportamiento… Al menos así… creo que se sentiría
aún más útil para ti…
- Eres un genio, Axl – le susurró el chico de cabello
rosa en el oído.
- No lo sé, conozco a Slave, y no quiero que se deje llevar.
Es por eso que está en la cárcel, porque no tuve cuidado...
- No es por eso! Fue un descuido que le pudo pasar a cualquiera.
– lo riñó Dragon. – Y Slave te obedecerá,
sólo tienes que ser específico.
-No debió llevar la tarjeta encima… nunca lo habrían
relacionado… - el albino se lamentó de no habérsele
ocurrido decirles que no llevaran documentación como había
hecho él siempre –En las cárceles pelean sin
cesar… siempre y cuando le especifiques que deje que sea el
otro quien comience la pelea… no habrá problema…
apuesto a que no eran presos modelo de todos modos… Aún
así tras el juicio… seguro que no podrá pensar
en nada que no sea vengarse… cuando te vea hablar de tu sufrimiento…
Lo comprendes ¿verdad? Mejor que nadie… a él…
- Sí, lo comprendo. – sonrió débilmente.
– Sé que querrá hacerlo.
- ¿Entonces..? – preguntó Dragon intrigado
y recordado cómo se había puesto aquella primera vez,
cuando le mencionó la idea.
- Le diré. – asintió, pensando que estaba loco.
Seguro le hacía ilusión, pero a Slave también
le haría sentirse bien. – Sentirá que no está
allí por gusto.
-Cierto…- el albino lo miró sonriendo levemente –Seguro
que nadie más nos comprende… a nosotros cuatro…
no… a Ryo tampoco… Al menos nosotros no tenemos que
ocultar como somos en privado…- se recostó en el asiento
con Dragon, lo cierto es que sin la presencia de Slave, todo era
distinto y más porque sabía que se estaba sacrificando
él por todos ellos –Seguirás trabajando en la
empresa de mi padre… podrás comprarte una casa para
vivir con él después… pero podréis quedaros
aquí para siempre…- suspiró levemente mirándolo
y queriendo hacerle pensar en el futuro.
- No creo que eso sería muy cómodo para ustedes.
– se excusó el rubio, siendo interrumpido por Dragon.
- ¿Cómo que no?! Slave es mi hermano y tú....
mi cuñado – se rió, como siempre anclado en
que todo saldría bien. No podía pensar en otra posibilidad.
Slave regresaría, sería profesional y seguirían
divirtiéndose, eso era todo.
Axl sonrió apretándole las nalgas y besándole
la frente esperando que su padre no fuera a molestarlo de nuevo
con otra tía. Claro, que ya se la sacaría de encima…
ahora incluso podía presionar a su padre, tenía la
información suficiente. Sonrió levemente pensando
que era un cabrón, pero en fin… él le había
enseñado a serlo después de todo –No es una
molestia… De todos modos, Dragon y Slave no quieren estar
uno sin el otro tampoco…
- Lo sé... de veras que lo sé. Le preguntaré
a Slave qué quiere. Además.... quiero asegurarme de
que comprenda que no lo voy a abandonar.
- Y me dejó el entrenamiento a la mitad. – protestó
Dragon, recostado en Axl. – Oye, Ren, ¿le quieres dar
un mensaje? La próxima vez que lo veas... dile que voy a
dejar la droga.
-¿Ah sí?!- Axl lo miró como si viera una vaca
volando -¿Y eso por qué?...
- Porque tú querías verme sin drogas, y dijiste todo
eso acerca de la impotencia y yo qué sé qué
más. – le sonrió, alzando una ceja luego. –
Pero si no quieres, no las dejo...
-No… sí las dejas… ahora ya lo has dicho…-
se rió un poco sin poder evitar sentirse feliz por eso. A
veces sentía que no le escuchaba cuando hablaba, cuando estaba
muy colocado. Además, le preocupaban todos los efectos secundarios
que había leído, lo abrazó apretándole
las nalgas y besándolo –Estoy orgulloso de ti…
a ver si es cierto…-sonrió sin poder evitarlo, mirando
sus ojos y abrazándolo contra él sin demostrar más,
por no hacer sentir peor a Ren o aún más solo.
- Claro que es cierto! – se rió el chico, besándolo
ligeramente de nuevo y conteniéndose por la misma razón
que el albino. – Pero estaré de mal humor por un tiempo.
- Creo... que me voy a recostar un rato, ¿está bien?
Así no tiene que seguir fingiendo – comentó
el rubio, a sabiendas de lo que hacían. Pero realmente no
era necesario, no se podía sentir más solo de lo que
ya lo estaba sin Slave.
Axl le besó la frente a Dragon levantándose y lo
sujetó por los hombros girándolo hacia él y
abrazándolo –No estás solo… y no estamos
fingiendo nada, es sólo que eso me hizo feliz, lo cual no
quiere decir que esté feliz… ven… también
puedes confiar en nosotros, no sólo en él…
- Ya lo sé, creéme. Lo sé- sonrió,
abrazándolo de vuelta, sintiéndose un poco reconfortado.
– Pero no quiero que tengan que reprimirse por mí.
Los comprendo.
- Y yo.... realmente no sé qué hacer. Si fuera por
mí, pondría una bomba en la comisaría y sacaría
a Slave, pero....... – Dragon se rascó la nuca, sonriendo
con cara de confusión.
-No… eso no es buena idea… - Axl se rió con
suavidad llevando a Ren con él y sentándose en el
sillón de nuevo sin dejar de abrazarlo. Al menos si iba a
llorar, que no estuviese solo -¿Quieres un somnífero
Ren? ¿Y descansas un poco?...
- Tal vez... tal vez sería buena idea, sí... –
accedió, aunque pensando que quería seguir pensando
en él. Pero no dormiría nada así. – No
pude... Slave, estaba llorando... – murmuró, sintiendo
que se le escapaban las lágrimas de nuevo.
- Ey, Ren.... Está bien – susurró Dragon, por
alguna razón sin atreverse a alzar la voz ahora. Para él
era un shock pensar en Slave llorando. – Es fuerte, ¿no?
Y tú también... – se recostó contra él,
sintiendo los ojos aguados también, pero mordiéndose
el labio. – Y Ryo se va a ocupar de que esté bien.
-Sí… tranquilo… es sólo… que te
quiere mucho… Es normal que no quiera ni pensar en estar sin
ti… es todo, todo cambiará cuando le des órdenes,
cuando le expliques lo mucho que puede hacer por ti aunque no estéis
juntos… ya lo verás… Tiene miedo de perderte…
es todo… le escribiremos los tres… cada vez que nos
conteste… ¿de acuerdo? Verás… cómo
no es tan malo como se siente ahora… - le tapó la cara
con la mano acariciando por detrás el pelo de Dragon mientras
rodeaba al rubio.
- Sí, eso haremos, a ver si lo hago reír yo... ¿no?
– se rió Dragon aunque no era una risa precisamente
alegre.
. Seguro que sí... seguro que lo pone feliz. – sonrió
Ren aunque no podía controlar muy bien las lágrimas.
-Le mandaremos cosas continuamente… tranquilo, estará
bien… Sabrá que no dejamos de pensar en él ni
un sólo día… - le limpió las lágrimas
–Espera…- se levantó a por un vaso de agua y
un somnífero y se sentó a su lado de nuevo –Tómate
esto… puedes dormirte aquí con nosotros…
- Gracias... – se tomó el somnífero, tragándose
casi toda el agua, antes de que Dragon le quitase el vaso de las
manos para su comodidad, dejándolo sobre la mesa.
– Ninguno de los dos está solo.
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