.Novela homoerótica para mayores de edad.
 
Capítulo 70- Beginning to Unravel

Hattori alzó la mirada de los reportes, poniéndose de pie al ver llegar a Ryo. Ambos habían decidido pasar por sus oficinas antes de cualquier cosa, por si habían descubierto algo nuevo.

-¿Vamos?-el moreno se pasó la mano por la frente. Le había sido imposible encontrar a Slave y la maldita secretaria, le había dicho mil veces que Ren no estaba disponible en ese momento, seguramente pensando que era de la policía, y sí…pero no precisamente lo que ellos temían. No sabía ni qué hacer, claramente iba a ser un shock… sólo esperaba que Slave no hiciera el idiota, no podría ayudarlo si lo hacía ver relacionado con ellos.

- Por supuesto. – caminó a su lado, mirándolo de soslayo y pensando que se veía tenso. - ¿Te sientes bien? No te estarás enfermando ¿o sí?

-No, no… sólo necesito dormir…- sonrió levemente pasándose la mano por el cabello revolviéndose mientras se metía en el coche del detective –De nuevo es un asesino el asesinado… ¿seguro que quieres seguir?

- Es un asesinato, Ryo. No puedo dejarlo ir así... – lo miró de nuevo, echando a andar el coche, y suspirando. - ¿Por qué no comprendes eso?

-Porque no creo que sea un simple asesino… no está asesinando a gente inocente ¿comprendes? ¿No te das cuenta de que está haciendo lo que nosotros no somos capaces de llevar a cabo? Él parece el único que recuerda lo que es la justicia… - pasó la mano por el marco de la puerta. Era imposible convencerlo, eso seguro.

- Y ¿qué esperas que haga? Es mi trabajo, Ryo, hago lo mejor que puedo... – contestó, mirándolo de soslayo de nuevo. – Ya te dije antes que no es la manera.... Es confuso, lo sé, pero... ¿crees que es algún tipo de héroe? Probablemente lo disfrutan.... No creo que sea tan simple.

-Ya lo sé…- se pasó la mano por la cara, pensando que en el maldito error que había cometido el moreno, seguro que se habían quedado haciendo el memo en lugar de marcharse de allí una vez rematado el trabajo -¿Qué mas da si lo disfrutan o no? El caso es que hoy hay un asesino menos del que preocuparse…

- Lo hay, pero no es así de sencillo y lo sabes. ¿Qué sucede cuando empiecen a matar a culpables de delitos menores? ¿De accidentes? ¿Qué tal si matan a un inocente por equivocación? – empezó a plantearse, pensativo. – Me encantaría creer en un grupo de almas bondadosas por decirlo así, que se encargan de los malvados del mundo, pero esto no es la televisión. No sucede así.

-Podría estar sucediendo… no han matado a nadie así… sólo a asesinos… no podemos encarcelar a alguien en base a supuestos actos… tal vez los matan porque les gusta matar ¿Qué mas da? No importa lo bien que ellos se lo pasen… sólo el resultado de sus actos… Sé que no podemos dar esa idea de tomarse la justicia por su mano… pero nadie tiene que saber nada en caso de que los encontremos…

Hattori tomó un desvío, de pronto, saliéndose de la vía principal y aparcando el coche a un lado, girándose para mirar al moreno. - ¿Recuerdas con quien estás hablando? No soy esa clase de persona. ¿El fin justifica los medios? – lo miró a los ojos, más serio. - ¿Qué sucede contigo y este caso?

-No lo sé…- se quedó dentro del coche sin moverse y mirando al frente sin devolverle la mirada –Tú mismo lo dijiste aquella noche en mi casa… que estabas harto de que no sirviese de nada meterlos en la cárcel… que salían al poco tiempo…

- Lo sé, y lo estoy, pero esto es lo que soy, es lo que hago... Me gustaría pensar que en algo contribuyo... – continuó mirándolo, preocupado de que no le devolviese la mirada. – ¿Qué te sucede, Ryo? Sé que te sucede algo...

-Nada… es sólo que no quiero atrapar a alguien por estar haciendo esto…no quiero mandar a la cárcel a alguien por castigar a un asesino ¿entiendes?- lo miró a los ojos entonces, pensando que como fuera, si lo intentaban condenar, pondría todo lo posible de su parte para que tuviera una condena mínima. Salió del coche suspirando –Vamos…

Hattori se bajó también aunque aún quedaba una calle de por medio. – Ryo.... tal vez debería hacerlo solo, si no puedes seguir... No es mi parte favorita del empleo tampoco.

El moreno negó con la cabeza levemente –No, está bien… nadie dice que sea el culpable de todos modos, sólo es una tarjeta que podría haber llegado de cien modos distintos…

Adentro del gimnasio, el moreno se peleaba con otro chico, en realidad era el tercero con el que le hacían pegarse esa mañana. Claro, que bajo las instrucciones de su entrenador no era lo mismo, no se estaban machacando, no le gustaba mucho, se sentía irreal, como un baile o un juego… Pero al menos el hombre le había prometido que cuando fuera un rival de verdad, realmente iba a sentirlo… a sentir que luchaba por su vida. Lo tumbó de una patada al suelo y el hombre lo apartó de él.

-KO… instantáneo… bien Slave… cinco minutos y sigues con las patadas en el saco… yo regreso pronto…- el hombre pasó por detrás hacia la salida trasera para ir al bar y Slave se ató bien el cordón en la mano mientras unos chicos ayudaban a levantarse al otro.

Ryo, que se había quedado observando cómo lo tumbaba de una sola patada miró de soslayo a Hattori pensando que encima lo veía hacer eso y por si fuera poco, en su brazo ya venía anunciando quien era.

- Vamos a hablar con él...- susurró Hattori, habiendo escuchado al entrenador, acercándose al chico con cuidado. - ¿Koji Anba? Slave.... ¿verdad? Soy el detective Nakayama y este es Sanada. Quisiéramos hacerte unas preguntas...

El moreno los miró, y sus ojos negros se quedaron observando los ojos azules de Ryo sin apartar la vista para nada de ellos. Se levantó de donde estaba sentado mirando al detective y de nuevo a Ryo, se giró a su espalda y el criminólogo apartó a Hattori un poco sin pensarlo, sin fiarse. Sabía que Slave haría lo que fuera porque no llegasen a Ren y si tenía que matarlos, lo haría sin dudarlo. Pero el chico óolo se quitó los cordones sin dejar de mirarlo.

-El detective encontró su carné del gimnasio en la escena de un crimen…- el moreno lo miró esperando que confiase en él. Slave se relajó un poco por un lado, alterándose por otro y mirando a Hattori de nuevo –Serán unas preguntas rápidas.

- ¿Podría decirme en donde estuvo ayer por la noche? Y ¿si tiene alguna manera de comprobarlo?- empezó Hattori enseguida.

El moreno lo miró a los ojos sin decir nada y Ryo se pasó la mano por la mandíbula angustiado, imaginando que aquello ocurriría -¿No vas a contestarnos?

-No- sentenció el moreno sin más

-Estás en tu derecho, pero podemos llevarte detenido… - Ryo lo miró comprendiendo lo que ocurriría, jamás abriría la boca sin el permiso de Ren.

Slave extendió los brazos hacia ellos sin más, mirando a un lado entrecerrando los ojos y sintiéndose terriblemente solo sin el rubio de pronto, allí con esos dos.

- Bien... – Hattori sacó las esposas colocándolas alrededor de sus muñecas, y empezando a recitarle sus derechos, maldiciendo el que no pudiera ser más fácil. Lo cierto es que lo intrigaba, la razón por la que no contestaba.

-No tengo dinero…- murmuró cuando escuchó que podía hacer una llamada.

-No te hará falta… - Ryo susurró apenas encendiendo un cigarro y observando cómo Hattori pasaba con el moreno delante de ellos, los brazos esposados a la espalda. No pudo evitar pensar que podría tumbarlos a ambos, brazos a la espalda o no –Yo iré detrás con él…- susurró de nuevo, entrando con el chico en la parte trasera del coche, mirándolo y observando cómo se dejaba caer contra la ventana mirando afuera con los ojos entrecerrados de nuevo.

Hattori encendió el motor, observándolos por el espejo retrovisor, un tanto preocupado por Ryo. Era consciente de la fuerza que había demostrado el chico antes, pero no parecía tener ningunos ánimos de lucha ahora. - ¿Estás seguro de que no quieres hablarnos? Sería mucho mejor...

-No quiero…- el moreno miró de soslayo a su reflejo también, tratando de sujetar la cadena que Ren le había comprado, pero había quedado a un lado de su pierna. Ryo la sujetó pasándola atrás de su espalda y apoyándosela en la mano. Slave la apretó, cerrando lo ojos y pensando en el rubio. Se estaba poniendo nervioso de estar encerrado y sujeto.

…………

Se dirigió al teléfono que le habían mandado con el número de la oficina que Ryo le había facilitado a escondidas y llamó, aunque nunca lo hacía y se sentía extraño pero en ese momento sólo quería escuchar la voz del rubio y dejar de sentirse tan solo y perdido –Quiero hablar con Ren…- susurró, apoyándose con un hombro en la pared casi escondido entre el teléfono y esta.

La chica se quedó extrañada pensando que menos mal sólo había un Ren en la empresa y le pasó la llamada al rubio –Señor, es para usted de un tal… Slave…

- Gracias... – le contestó el rubio, extrañado, y tomando la llamada. - ¿Slave? ¿Sucede algo?

-Estoy detenido…- susurró en bajo aún jugando con el cable del teléfono –Es mi culpa… Se me cayó la tarjeta del gimnasio… - se quedó callado esperando que no se enfadase con él –No he dicho nada…

- ¿Cómo? ... – murmuró el rubio, sintiendo que se le detenía el corazón, y tratando de recuperarse por el bien de Slave. – No, no es tu culpa... eso... no significa nada. Has hecho bien, muy bien, Slave... – le contestó, sin poder evitar que se le quebrase la voz por el miedo y respirando para calmarse. – Voy a hablar con Axl, él lo arreglará. Sigue así, no digas nada. No te preocupes... Te amo.

-Te amo…- susurró sonriendo levemente y pegándose a la pared más, cerrando los ojos para no tener que pensar en nada que no fuera su rostro. Bajó cabeza un poco contra la pared esperando a que volviese y sujetando el auricular.

-¿Qué pasa?- Axl lo miró sorprendiéndose al ver cómo entraba en el despacho nada más acabar de llegar él.

- Slave... – el rubio lo miró, a duras penas respirando bien. – Está en el teléfono, lo detuvieron. Dejó ... caer algo.... Puedes ayudarlo ¿verdad? No ha dicho nada.

-Sí… ¿Qué dejó caer? Que algo suyo esté en la escena de un crimen no lo hace culpable, necesitan pruebas más fuertes que esas. No dejes que crea que pueden culparlo de algo y sobre todo, no dejes que crea que pueden culparte a ti, habla con él y déjale bien claro que no pueden acusarnos de nada… ¿Por qué lo han detenido? ¿Por qué no lo interrogaron como a los demás? Seguro que por negarse a contestar… ahora se verá más sospechoso… Tendrá que explicar por qué no contestó… Que no diga la verdad. Si lo relacionan contigo si que será una cagada… Dile… Dile que les diga

- Sí claro, no pueden culparlo. – sonrió un poco, exhalando, agradecido. – Le diré... No pueden culparlo. – regresó al teléfono, alzándolo, más seguro. - ¿Slave? ¿Estás allí?

-Sí… - el moreno sonrió de nuevo al escuchar su voz, tocándose la cadena nervioso -¿Qué hago?

- Tranquilo.... No pueden culparte de nada. Y tampoco a mí. – añadió, asegurándose de que lo supiera. – No es suficiente prueba, ¿comprendes? Quiero que te mantengas tranquilo y les digas esto: que sabes cómo tratan a los chicos de la calle y que no quieres hablar sin un abogado. Todo va a salir bien.

-Sí… Ryo está aquí… - les avisó de todos modos sin fiarse –Ten cuidado…

-Se acabó el tiempo chico…- un hombre que estaba en la mesa lo avisó.

-Te quiero…

- Te amo, Slave. Vas a estar bien – se apresuró a asegurarle el rubio una vez más, deseando tenerlo de vuelta para abrazarlo.

-Mandaré un abogado… me aseguraré de que no diga nada de quien viene… desde luego. Bueno, el sabe hacer su trabajo…- se sentó en la mesa llamando al hombre con el gesto serio y le apretó la mano a Ren con la suya –Tranquilo, hoy mismo estará fuera.

El rubio miró su mano y luego su rostro, asintiendo, aunque sin poder relajarse. Todo lo que pensaba es que no podía perderlo, no podía perderlo y no podía dejarlo solo.

 
 

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