Capítulo 65- Infalible
Hattori encendió la luz, pateando una cajeta a un lado,
para pasar, aunque a parte de eso, no estaba tan mal el piso, con
lo poco que lo usaba, sólo algunas cosas en desorden sobre
la mesa, y los almohadones del sofá descolocados. –
Pasa... disculpa el enredo... – comentó de todas maneras
por si acaso.
-No te preocupes… no me fijo…- mintió, porque
en realidad no podía evitar fijarse en esas cosas. Se abrió
la cazadora pensando en fumar otro cigarro y replanteándoselo
por no tener que pedir un cenicero, miró el reloj notando
que eran las seis menos algo –No vamos a dormir nada…-
se rió un poco –De todos modos nunca lo hacemos ¿cierto?
- Cierto, pero por lo general estoy trabajando...- meditó,
yendo ala cocina a por un vaso de zumo de naranja. - ¿Quieres
algo?
-No… - lo siguió, apoyándose en el mármol
de la cocina y observándolo mientras se servía el
zumo en un vaso pensando en todo lo que le estaba ocultando y sintiéndose
un tanto culpable. Claro que no iba a decir una palabra, no estaba
por perderlo ahora y tampoco a Dragón –Bueno…
¿no tienes cerveza? Si no, agua…- dijo casi como saliendo
de sus pensamientos por la necesidad contagiada de beber un poco
–Prefiero esto a estar rodeado de papeles en mi sofá…
- ¿Seguro? – le sonrió, recordando cómo
lo había encontrado cuando fue a su piso. – Tengo cerveza,
pero ¿crees te hará bien a estas horas?
-Claro… la cerveza me hace más encantador a cualquier
hora…- lo rodeó por la espalda con un brazo, mirando
la nevera y cogiendo una lata de dentro, besándole después
la mejilla y abriéndola sobre el mármol sin soltarlo.
- No me culpes de la resaca. – protestó, pensando
que él se la hubiese dado. No escomo que fuera un niño
pequeño y se la fuera a prohibir. - ¿Puedo hacerte
una pregunta?
-Puedes pero no sé si la responderé sin mi abogado
presente…- bebió un trago esperando y soltándolo,
porque así no era muy cómodo conversar sin verle la
cara. Se sentó en el borde de la mesa, observándolo
y abriéndose un poco más la cazadora.
- Creí que serías tu propio abogado. Pareces el tipo
de persona que haría algo así....- se apoyó
contra la pared observándolo y pasando su mirada por su pecho,
enrojeciendo un poco y tratando de disimular. - ¿Por qué
el arma? Me preguntaba ... por qué me llevarías un
regalo luego de nuestra discusión.
-Sí, seguro lo haría… defenderme yo mismo –
sonrió, notando lo que había sucedido –Ya te
lo dije… quería disculparme y pensé que era
bonita… y lo es… ¿no?- se echó un poco
adelante, sujetándolo de la cintura del pantalón y
atrayéndolo, haciendo que su pierna pasase entre las del
moreno –Además… me encantaba hacerme fantasías
con polis… y me gustan los revólveres…
- Sí, lo es...-bajó la mirada, rojo de nuevo y tratando
de ignorar lo que le decía, aunque le era difícil.
– Es ligera también, algo que yo usaría....
Como.... – suspiró, rindiéndose.- Pero tú
también eres policía, técnicamente...
-Pero yo no soy mi tipo…- se rió con suavidad, sonriendo
ampliamente al ver cómo se cohibía -¿Qué
importa además? Ahora te tengo a ti… ¿no? Y
sin necesidad de fantasear…- le besó la frente mirándolo
a los ojos de nuevo –Sabía que te gustaría…
me había fijado en tu arma…- sonrió, torciendo
un poco la boca sin poder evitarlo.
- Te fijas en todo, ¿no? – le sonrió de vuelta,
sujetando los bordes de su cazadora, y mirándolo a los ojos.
– Pero no eres infalible.
-Demuéstralo…- lo miró a los ojos de vuelta,
dibujando una sonrisa en los labios poco a poco, y bajándose
la cremallera del todo.
- Eso no es justo.... Además... – le pasó las
manos por el pecho irremediablemente, bajando un poco la mirada.
-... me refería a que no lo captas todo.
-La vida no es justa…y yo tampoco soy ciego - se dejó
caer la cazadora por los brazos observándolo mirar su pecho
-¿Qué es lo que no capto?
- No ahora.... – murmuró enrojeciendo pero sin dejar
de acariciar su pecho, alzando la mirada luego, serio. – Quiero
decir, antes. No captaste que me gustabas ¿no es así?
-Por lo mucho que te esforzabas en rechazarme… pero lo sabía…-
subió las manos sujetándole las mandíbulas
y acariciándole las mejillas serio también -Tenías
miedo.
- Claro que tenía miedo. – contestó, apresurado,
suspirando. – Estaba... No me esforzaba por rechazarte, así
soy... Y debo confesar que me molestó el que no confiases
en mí.... – sonrió, mirando su pecho de nuevo.
– No soy bueno en controlar ese tipo de cosas cuando me involucro
sentimentalmente...
-Yo tampoco soy perfecto… también tengo mis miedos…-
lo acercó a su pecho besándole el pelo y acariciándole
la espalda a lo largo de esta.
Hattori cerró los ojos, sonriendo un poco más, ahora
que no lo veía. Lo cierto es que le hacían mucha falta
ese tipo de gestos. – No, no eres perfecto nada. Pero es una
de las razones por las que me gustas. ¿De qué....
tienes miedo tú?
Ryo dejó escapar la risa pensando en lo mucho que debía
temer en su situación, tal vez lo inconsciente que era en
ciertos aspectos era lo que lo libraba de sentirse peor –Tenía
miedo de no conseguirte… ahora de perderte…- lo rodeó
más, pensando en lo serio que había sonado aquello
y meditando que eso también le daba miedo.
- No me perderás... Estoy en la comisaría todos los
días... – se rió, apretándose contra
él, y besándole el pecho con suavidad, susurrando
más serio. – No me perderás...
-No… - le pasó las manos por las nalgas, levantándolo
sobre él para cogerlo a horcajadas. Sonrió, pensando
en la diferencia entre coger a Dragon y al detective, lo besó
profundamente, dejando que se sujetase con las piernas y acariciándole
la espalda con las manos antes de sujetarle las nalgas de nuevo
-¿Me lo juras?...
- Pues... – lo miró pensando que nada era cien por
ciento seguro, pero no le importaba por el momento. Deseaba creer
en eso. – Lo juro. Y tenías razón, eres un niño...
– bromeó, sonriendo nuevamente.
- Ya lo sé… - se rió entre dientes dejándolo
bajar al suelo –pero a ti te agrada que sea así…
quiero… ir a la cama…
- Sígueme entonces, y recuerda lo que prometiste –
echó a caminar sin preocuparse de dejar el vaso sobre la
mesa y pensando que de malas descansarían por tres horas
si acaso.
Ryo lo siguió por el pasillo con una sonrisa en los labios
-¿Qué te prometí?- se rió apoyándole
las manos en las nalgas a verlo caminar delante de él.
- Ya lo sabes... lo de... – carraspeó rojo, maldiciendo
el tener que recordárselo. ¿Para qué hacía
promesas si luego no las iba ni a recordar? - .....abrazarme...
No me digas que no recuerdas – añadió inmediatamente
como protegiéndose.
-Sí… ya sé…. No es como que pueda evitarlo
de cualquier modo…- lo rodeó por la espalda abrazándolo
y girándolo hacia él sin dejar de hacerlo, besándole
los labios, sentándose en la cama con el moreno sobre él
y recostándose, sin dejar de besarlo ni para respirar, desnudándolo
con cuidado aunque sentía deseos de quitarle la ropa de encima
como fuera. Sujetó los bordes de la camisa abierta, atrayéndolo
más hacia sus labios y le sujetó la cintura bajo la
ropa pegándolo a él por completo. Se giró de
lado en el colchón por fin rompiendo el beso y observándolo
frente a él.
- Así no vamos a dormir ni lo poco que nos queda... –
le advirtió, sujetando su mano, y atrayéndola contra
su pecho. – Buenas noches, Ryo.
-No me mandes a dormir… - le acarició el pecho subiendo
la mano a su cuello y observándolo -¿Qué importa
si no dormimos? Estaba pensando que te quiero… mientras te
besaba, por fin me aceptas y debería preocuparme dormir o
no… como si fuera poder dormirme…
- Mira que eres convincente... – le besó la mano,
enternecido y cerrando los ojos. – Te quiero...
-¿Ves? soy infalible…- se rió, besándole
la frente y cogiéndolo para recostarlo sobre él, abrazándolo
y acariciándolo tal y como le había dicho que haría.
Lo cierto es que había estado necesitando alguien que lo
quisiera así… por más que se lo hubiera negado
en su mente.
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