Capítulo 43- The Boy with the
World in His Hands
El albino se quedó observando al hombre mayor de cabello
negro envetado en canas a los lados, observando su perfecto traje
italiano. Parado frente a un lujoso coche negro en la puerta del
instituto. Aceleró el paso y sonrió, no porque le
alegrase si no porque era lo mejor en este caso –Padre
El hombre de gesto serio, le pasó la mano por el pelo casi
por ceremonia –Tu madre me ha dicho que eres el mejor de la
clase...
-Es cierto, lo soy…- se echó el flequillo atrás
con una mano, serio de nuevo, mirando de soslayo a uno de los chicos
que pasaban observándolos
-Hacía mucho que no nos veíamos, he pensado que querrías
comer con tu madre y conmigo- no comentó nada acerca del
fallecimiento de su prometida, ambos sabían perfectamente
que no le afectaba. A su padre podía agradecerle unas cuantas
cosas, entre ellas, el haberle enseñado a conseguir lo que
quería sin preocuparse mucho por los medios.
-Claro, nada me gustaría más…- bajó
los escalones que restaban al lado de su padre mirándolo
de soslayo y pensando que era mucho más alto y grande que
él, seguro de que él también sería así
a su edad. Claro, que él a quien se parecía era a
su madre, también albina, de piel pálida y ojos rojizos.
La mujer de gesto lánguido se bajó del coche cuando
hubo llegado allí y le pasó la mano por la cara.
-No tenías que salir del coche mamá…
–No importa…
-Está bien…- sonrió besándole las mejillas
con delicadeza y ayudándola a subir de nuevo cerrándole
después la puerta y subiéndose atrás, observándolos
y mirando por los cristales como todos miraban su perfecta familia
con algo de envidia y admiración. Sonrió un poco sólo
por seguir aquella ilusión y se quedó más serio
en cuanto los perdieron de vista.
-¿Cómo estás mama?
-Bien…- la mujer sonrió levemente de nuevo, pero de
hecho, nunca estaba bien, siempre se sentía enferma. Su marido
la miró de soslayo. Axl perdió la mirada en el paisaje.
Siempre había creído que su padre se había
enamorado de ella por su aspecto angelical, porque no era inteligente
y mucho menos rica.
-¿Puedes poner las noticias papá?- el hombre encendió
la radio, Axl aliviado de sentir aquel silencio desaparecer con
la voz de fondo de la locutora.
-¿Te estás fijando en la bolsa y el comercio hijo?
¿Estás haciendo todo lo que te he dicho?- el hombre
lo miró en el retrovisor.
-Sí, saco las mejores notas, soy delegado, nunca falto a
clase, vivo independiente, practico deporte, esgrima, música,
estudio idiomas, presto atención en las clases prácticas
de la empresa y dirijo el departamento de recursos humanos. Todo
tal y como me dijiste…- enumeró con hastío disimulado.
Con lo bien que se lo había pasado ayer por la noche con
Dragon, lo cual no podía decirse del resto del día…
ahora encontraba todo aquello un poco molesto y tenía ganas
de vivir lo que aquel chico pudiera mostrarle.
-No frunzas el ceño…- le amonestó su madre
sonriendo en lo que al albino le pareció una mueca muy boba
aunque en realidad se veía perfectamente angelical. Pero
no lo veía así cuando se molestaba. Se pasó
la mano por la frente y desvió la vista a la ventana de nuevo.
-¿Estás molesto por algo?- el hombre miró
atrás observándolo. De todos modos nunca hablaban
ellos tres, lo trataba como si fuera uno de sus empleados, dándole
normas y pautas para convertirlo en su perfecto descendiente. Y
eso sí… consintiéndole todo lo que pedía
a cambio de esto.
-No, pero quiero dejar algunas clases… no tengo tiempo para
socializar…
-Está bien… si es por eso… ¿y que quieres
dejar?
-El inglés y el alemán ya los domino y el tenis no
me agrada lo suficiente… prefiero practicar alguna lucha…
-Haces esgrima… no quiero que vuelvas a clases de boxeo…
de donde sea… ese que ibas, a veces tenías morados
y estabas golpeado- replicó la mujer mirando el perrito entre
sus piernas descontenta.
-Papá…- el albino la ignoró mirando al moreno
que sabía era quien mandaba, haciendo cara de fastidio –Soy
un hombre… quiero poder defenderme por mí mismo…
-¿Te han pegado?!- preguntó la albina mirándolo
-¿Se meten contigo en clase?
-No es eso… por Dios…papá!
-Está bien, haz alguna lucha pero no disgustes a tu madre,
que no te golpeen la cara…
-Vale…- sonrió sentándose hacia atrás
de nuevo sonriendo por haberse salido con la suya.
-¿Quieres impresionar a una chica, hijo?- la albina se giró
un poco, sonriendo y Axl frunció el ceño enrojeciendo
-No digas bobadas… déjame escuchar las noticias…-en
ese momento lo escuchó. Cómo hablaban de su asesinato.
Contuvo la sonrisa, pero su rostro relajó la tensión,
feliz, observando el rostro de su padre en el reflejo. Este se vio
variar entre la sorpresa y una posterior sonrisa. La albina sin
parecer enterarse de nada –Papá… ¿has
escuchado? ¿Crees que te pueda ocasionar problemas?
-No… lo dudo mucho… ese hombre estaba lleno de negocios
sucios, seguro fue un ajuste de cuentas tal y como dicen las noticias,
sea como sea para nosotros es bueno, debes aprovechar este tipo
de ocasiones que da la vida… Axl
-Claro, papá… ¿ahora la empresa será
en herencia sólo mía?
El hombre se rió, además de por lo feliz que estaba
de estar libre de aquel hombre, también por lo ambicioso
de su hijo –Sí… por supuesto que sí…
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