Capítulo 32- Protection
El chico de cabello rosa, corrió hacia el borde mismo de
las olas, sacándose los zapatos y tirándolos donde
mejor le parecía, riéndose casi de manera infantil.
– Apúrate Slave! – le gritó, girándose
y saludándolo desde allí aunque era él quien
había salido corriendo sin previo aviso.
Slave se quitó todo menos la ropa interior al margen de
las olas y dejó las botas al lado mirando un poco atrás
por fijarse en que no hubiera nadie que le pudiera robar. Corrió
hacia Dragon y lo cogió por detrás en brazos -¿Quieres
un baño? - Se rió, pasando al agua y alzándolo
justo encima.
- Oye! Pero quítame la ropa primero! – se rió,
aunque no le importaba tanto, y pataleó, aún golpeando
un poco el agua con sus pies y salpicando.
El moreno lo alzó sobre el hombro y le bajó los pantalones,
lanzándolos a la arena. Lo miró, observando esa camiseta
de red que llevaba, pensando que eso, aunque se mojase igual se
secaba seguro que casi al instante y lo apartó de él
lanzándolo al agua algo más lejos. Se rió al
ver la cantidad de agua que salpicaba y se lamió lo que salpicaba
sus labios por reflejo, lavándose un poco con las manos aunque
igual pensando que más le valía luego meterse en las
duchas de la playa.
Dragon se puso de pie, chorreando agua, el cabello aplastándose
un poco. – Mira... y tanto que me costó... –
protestó, corriendo hacia él y sujetándolo
por la cintura intentando tumbarlo en una especie de juego salvaje.
Slave se rió en realidad dejándose caer atrás
contra el agua y se arrastró a la orilla tirándose
en la arena donde aún lo mojaban las ondas –No me gusta
mucho el agua… - susurró igualmente dejando que lo
mojase porque hacía calor. Cogió un trozo de arena
mojada con la mano como si jugase y se lo tiró a Dragon en
el pecho con mala saña.
- Malo! – le gritó el chico, tomando un puñado
y lanzándoselo de vuelta, riéndose, y acercándose
luego, dejándose caer a su lado. – A mí sí
me gusta, me gustaría tener una piscina, ¿sabes? Una
piscina con un bar al lado. – se rió de nuevo, pensando
que estar ebrio y en el agua no era buena idea.
-Para ahogarte en coma etílico…- se rió echándose
agua en el pecho para quitarse la arena de encima –Tendrás
que buscarte un novio rico que te mantenga… yo estuve con
uno con dinero… con el amigo de mi hermano…- se giró
de lado observándolo –pero sólo dos meses.
- ¿El que hizo que te echaran de casa? – se rió
recordando aquella anécdota, y acostándose del todo,
sintiendo las ondas rodearlo suavemente y alejarse de nuevo. –
Y ¿qué sucedió?
-Ese… pero a mí me gustó eso…- se giró
hacia la arena hundiendo los dedos en ella –Nada, que se cansó…
- Pues no valía la pena entonces. – lo miró,
pasándole un dedo por la espalda. – No has tenido mucha
suerte con las relaciones ¿no?
-Pues cuando eres como yo, no sueles tenerla…- apoyó
la cara en una mano sintiendo un escalofrío al tacto del
dedo por su espalda y se rió –La mayoría piensan
que es un juego o que voy a ser de otra manera después…Bueno,
de hecho es un juego… pero necesito alguien que no se canse
de jugar conmigo… que no me diga que podría haber sido
más “agresivo”, porque no es mi culpa si no lo
fui… es suya, por no saber tratarme… la culpa es mía…
- Acabas de decir que no lo es... – Y no sé, conmigo
fuiste perfecto. Claro que no es lo mismo... – se rió,
bajando el dedo hasta el borde del calzoncillo y retirándolo,
tirándose totalmente de espaldas de nuevo. - ¿Sabes
lo que creo? Que debes dejar de buscar, deja que ellos te busquen
a ti. Pero ahora estás con Ren... –sonrió, pensando
que era mala influencia.
-Estoy con Ren y … yo no le pedí que me cogiera, él
me escogió a mí…- se giró acostándose
sobre él y besándole la espalda, apoyando las manos
sobre las suyas delante de su cara –¿Contigo fui perfecto?
Pero no era yo realmente… ¿alguna vez has follado de
tal manera que ni siquiera sabes lo que haces?… sólo
entonces eres tú…
- ¿No eras tú? Pues sí que me engañó
ese.... – se rió, dejándose aplastar, pensativo.
– No, supongo que no, pero siempre soy yo. Tal vez.... tal
vez aquella vez en las saunas. Ahí no sabía lo que
estaba pasando.
-Y te sentías mejor que nunca… más excitado
y más liberado… que nunca… ¿eso?- se echó
a su lado de nuevo porque se le estaba levantando tanto hablar de
sexo y con el calentón sin remediar de ayer en la noche y
se rió mirándolo.
- Pues sí, pero.... también disfruto las otras ocasiones.
– se rió, respirando ahora que recuperaba el aire.
– Ahora me da pena no haberte hecho disfrutar más.
-Es igual, tú no sabías- lo miró a los ojos
y le pasó la mano por la espalda acariciándosela.
-¿Te aplastaba?
- Algo, pero no me iba a morir... –volvió a reírse,
cerrando los ojos y moviendo los pies como si le dieran un masaje.
– No sé, yo creía que la pasabas bien al menos.
¿Tú crees que soy bueno? ¿En la cama? Dejando
de lado tus preferencias y eso, claro...
-Sí, mucho, lo pasé muy bien. No se trata de eso
si no, no lo hubiera hecho varias veces contigo, es sólo
que me gusta sentirme dominado por la otra persona… y también
me gusta que sea alguien delicado quien me ordena…- lo miró
sonriendo y acostumbrándose a hablar con él como si
nada de su personalidad –Y no me gusta que me traten mal…
¿y a ti? En el sexo… ¿Qué te gusta?-
se acercó un poco más para verlo mejor.
- Me gusta divertirme. Me gustan los juegos, claramente. –
se rió, abriendo los ojos para observarlo un momento y cerrándolos
de nuevo. – No lo sé, alguien que me sorprenda supongo.
Y no, tampoco soy muy fanático del dolor, pero lo probaría
todo una vez al menos.
-Yo no….- se rió abiertamente –Bueno, si es
con una persona que confíes, que sepas que si le dices que
algo te incomoda se detendrá, no hay ningún problema…-
le pasó los dedos por los hombros –y yo creo que tú
eres un poco como yo Dragon…- se acercó un poco más
besándole los labios.
- ¿Qué? ¿Crees que quiero que me dominen?
– lo besó de vuelta con suavidad, abriendo los ojos
luego para observarlo. – Ya te dije que no soy sumiso.
-No, eso no… se nota mucho- sonrió y sacó la
lengua para lamerle la quijada, notando la sal en su piel –Creo
que te gusta sentirte abandonado a los deseos de otro… eso
pensé cuando lo hicimos por primera vez y luego cuando me
pediste eso…
- ¿Será? – sonrió, acariciándolo
contra sí. – Tal vez tienes razón, tal vez es
porque me siento perdido, y tal vez.... porque no puedo soportar
que todo sea... seguro, ¿me comprendes?
-Perfectamente… pero a mí a la vez me gusta sentirme
protegido por alguien y que esa persona se sienta protegida por
mí…
- Imagino que eso es agradable, pero me pregunto si yo podría
proteger a alguien – se rió, pensando que era más
apto para meterse en líos que para ayudar.
-Hay muchas maneras de proteger a alguien, a veces es dándole
una seguridad de que estas ahí para él… Yo me
siento protegido por ti, porque sé que no me juzgarás,
sé que puedo hablar contigo de lo que sea y sé que
me quieres como soy…
- Lo mismo digo de ti.... Aunque no me importa mucho quien me juzgue.
Pero me siento muy bien contigo... – susurró, como
ensueñado. – Tal vez deberías enseñarme
a luchar, sería divertido ¿no?
-Me importa que tú y Ren me juzguen…- le pasó
la mano por el pelo –Si quieres te enseño, pero te
dolerá… - sonrió mirándolo a los ojos.
- Eso no importa... ya lo dejamos si no lo aguanto.... –
se rió, pensando que probablemente se rindiese. – De
todos modos, no sería tan idiota de luchar contra alguien
como tú. Eres increíble.
-No sé, siempre hay alguien mejor e inevitablemente algún
día me matarán en el ring… Tendrás que
pasártela haciendo el mismo movimiento muchas veces…-
lo miró a los ojos porque no le parecía que pudiera
ser una persona muy constante.
- Ojalá sea con la pelvis pues. – bromeó, casi
tirándosele encima. – No digas cosas como esa, no voy
a dejar que te maten.
-Entonces tendré que entrenarte muy bien por si tienes que
matar a alguien para ayudarme…- sonrió de medio lado
observando sus ojos –Tal vez deberías probar algo que
haga falta menos peso corporal como usar armas blancas… como
los sais
- ¿Y puedes enseñarme eso? De todos modos, necesito
defenderme... – se rió, entusiasmado con la idea ahora.
-Sí, puedo… sé usarlos, pero me gusta el contacto.
Tengo unos, te los daré… puedes usarlos para defenderte,
para atacar o como si fueran dagas arrojadizas… - lo abrazó
ya que se le había puesto encima –Se puede atravesar
una armadura lanzando un sai… - comentó, con algo de
malicia como diciéndole que no era para tomarlo a broma.
- Pues eso es mejor aún! – exclamó, casi saltándole
encima a pesar del abrazo. – Yo sólo tengo una navaja
y me defiendo.... como pueda – se rió, aunque lo cierto
es que no la usaba sólo para defenderse.
-Y para el costo…- se rió el moreno echándole
el pelo hacia atrás con las dos manos y despeinándolo
para reacomodarle el cabello a como estaba acostumbrado a verlo
–Me voy a duchar ahí…- echó un poco la
cabeza atrás mirando las duchas frente a la pared de la playa.
- Hazlo..... ¿crees que dure mucho, esta investigación?
– preguntó, más bien pensando en la ducha de
Ren que en otra cosa.
-Hasta que cierren el caso…-se giró sobre él,
besándolo antes de levantarse y desnudarse bajo la ducha,
preguntándose si Ren se hubiera enfadado de saber que estaba
ahí desnudo. No lo creía, de todos modos, como no
se lo había prohibido…- Los crímenes de asesinato…
como todos prescriben al cabo de unos años y ya no se pueden
condenar a los culpables ¿sabías eso?
- No.... pero no quería esperar años... – murmuró
sentado, observando cómo se duchaba, como siempre admirando
su cuerpo. – Le tendría que decir a Ryo que me deje
usar su ducha siempre... – se rió, cruzándose
de piernas.
-Díselo, lo peor que puede pasar es que te diga que no…-
se rió bajando la cara y escupiendo un poco de agua, y salió
sacudiendo la cabeza y echándose el pelo atrás y hacia
arriba como siempre. Se puso los pantalones a pesar de que estaba
chorreando, dificultosamente por lo que se le pegaban y giró
la ropa interior en un dedo varias veces antes de lanzarla y dejarla
allí sólo porque no la quería cargar -¿Vamos?
Me calzo arriba…
- Vamos... Voy a preguntarle – asintió agachándose
para coger sus propios pantalones, poniéndoselos por fin,
y caminando con los zapatos en la mano. – De todos modos,
siempre me deja solo cuando voy a casa con él. Se levanta
temprano – hizo un gesto de asco con el rostro como si levantarse
temprano fuera lo peor.
-¿Para qué?- el moreno lo miró como si le
pareciese de lo más incomprensible y aún más
por dejar solo a un extraño en su casa -¿Sabes que
está en casa ahora?
- No lo sé, nunca está cuando me levanto. La primera
vez sólo me dijo que me podía duchar y comer lo que
quisiera pero que no le robase – se rió, pasándose
la mano por la nuca. – No sé cómo puede bailar
hasta esas horas y luego levantarse temprano, ¿cuándo
duerme?
-No sé… ¿por la tarde? A lo mejor tiene algún
negocio sucio… pero entonces no sé por qué tiene
que molestarse en bailar para Kevin con la basura que paga…
- Tal vez lo divierte. Definitivamente me divierte a mí
- se rió, recordándolo con las esposas y la cara que
tenía. - ¿Quieres ir a ver si está?
-¿Quieres que vaya?... paso… que igual os ponéis
a eso…- se rió empujándolo con un brazo y le
golpeó las nalgas con una mano para adelantarlo a él
–Si quieres te acompaño hasta allí… y
si no está, te vuelves conmigo.
- Y ¿si está? ¿Te dejo solo y te aburres hasta
que llegue Ren? Voy a tener que esperar a verlo luego. – se
rió, retrasándose sólo para empujarlo también.
-No me importa estarme solo un rato… Ren me va a comprar
una cadena…- hiló como si tuviera una cosa que ver
con la otra –Y no me la quitaré nunca… como el
collar.
- ¿De veras? Así te podré sacar a pasear sin
que te escapes... – se rió, aunque por él, no
se controlaba nadie. – Y dime, ese collar- le señaló
el cuello, ahora curioso. - ¿Es especial? ¿Te lo dio
alguien? ¿Por qué nunca te lo quitas?
-No, me lo compré yo y no me lo quito porque me recuerda
lo que soy… y que no puedo ser otra cosa, sólo sufro…
- lo rozó con los dedos tocando los pinchos metálicos
y luego la plaquita que ponía “DOG” –y
sí, de veras…- se rió pensando que a él
le hacía feliz y le importaba lo bizarro o kinky que pudiese
resultar para la gente.
- Pues a mí me gusta. Tras que me gustan los perros... –
comentó como si su conversación fuese muy lógica
y normal.
-Me pregunto si a Ren le dará vergüenza en realidad…-
lo miró de soslayo realmente intrigado –Ren no me parece
como nosotros…
- ¿No? ¿A qué te refieres? – preguntó
observándolo de soslayo también. – Es por lo
serio que es ¿cierto?
-No… es porque parece… lo miro y me parece que no debería
estar a mi lado, si no al lado de alguien más… ¿todo?-
se rió lamiéndose el labio inferior –Por lo
callado que es también…pero a mí me excita que
apenas hable salvo para decirme lo que quiere que haga… me
hace desear escucharlo…
- Entonces.... me mareas – se rió, echando la cabeza
hacia atrás y de pronto metiéndole un puñetazo
en el hombro. – Tienes que dejar eso, te gusta y está
contigo ¿no? ¿Qué quiere decir eso de más
“todo”? Tú eres bastante “todo” si
me preguntas a mí.
-Pero yo soy más todo otras cosas…- se rió
sobándose el brazo y pegándole de vuelta aunque flojo
–Yo no quiero que sea como yo… me gusta cómo
se siente su presencia así… vamos al almacén
donde vivía… Tengo los sai escondidos allí y
podemos practicar un poco… espera… ¿alguna vez
has saltado de un edificio a otro?
- No.... ¿vamos a hacerlo? – se giró de lado,
aún caminando mirándolo entusiasmado.
-Sí… unos que no estén lejos, pero la impresión…
ya verás…- sonrió sujetándolo contra
su pecho con una mano sobre su cabello.
- Eres estupendo, Slave – Dragon exclamó, contento.
No se había divertido así nunca en su vida.
-Verás… tú puedes moverte mejor que yo con
ese cuerpo…- llamó a todos los timbres de un piso hasta
que alguien les abrió, y subió corriendo por las escaleras,
saltando varias, amarrándose a los pasamanos para impulsarse.
En realidad lo hacía porque le divertía, pero también
porque quería ver si Dragon podía.
El chico lo siguió, riéndose, tratando de imitarlo,
aunque saltaba menos escalone que él claro. – Idiotas!!!!!
– les gritó a las voces que dejaban atrás protestando
por la tocadera de timbres.
-Deja, que se jodan…- se rió abriendo la puerta del
tejado y la cerró, después de que Dragon pasase al
interior. Se acercó a la cornisa observando la altura hasta
la acera y luego el espacio hasta el edificio de enfrente -¿Seguro?
Te puedes matar…
- Y ¿sería divertido si no? – lo miró
con una sonrisa burlona. – Si me mato, ya sabes donde enterrarme.
-En el cuarto oscuro…- lo miró a los ojos pasándose
la lengua por los colmillos entre nervioso y excitado, echándose
a caminar hacia atrás sin mirar más que a Dragon –Como
el otro edificio está más bajo es más fácil…
saltamos desde la cornisa… ¿quieres verlo primero?
- Claro, quiero saber a donde apuntar.. – se rió,
siguiéndolo emocionado. - ¿Es ese?
-Sí…- estiró el cuello a un lado haciéndolo
estallar como siempre que se tensaba –Si tienes miedo, no
saltes, porque te matarás…- le pasó la mano
por el pelo y echó a correr subiéndose por un lado
de la cornisa sin detenerse, saltando y dejando un pie apoyado,
antes de despegarse totalmente del cemento, encogiendo las rodillas
casi a la altura del pecho por el aire, notando el vértigo
terrible y sonriendo al llegar al otro lado sobradamente con los
pies juntos, rodando por el suelo y levantándose de un salto,
corriendo adelante por la inercia y girándose para mirar
hacia arriba aunque apenas lo veía al estar hacia dentro
y más arriba.
- Y ¿quién tiene miedo, eh? – sonrió
el chico, echando a correr tan rápido como podía y
saltando, sintiéndose caer, por un momento, olvidándose
de lo que estaba haciendo hasta que finalmente cayó justo
en el borde, casi resbalando para atrás por el impacto e
inclinándose hacia delante, gracias a ala adrenalina, empujándose
con la mano para caer casi de cara sobre el cemento, aún
así, riéndose como loco, una vez estuvo en el piso.
Slave se rió y corrió hacia él, comprobando
que estaba bien salvo por una rozadura en el brazo, al menos que
él pudiera ver. Lo levantó, tirándole de las
manos -¿Te has cagado?
- No..... pero sí creí que iba a morir – contestó,
sin poder dejar de reírse ahora, poniéndose de pie
a la vez que el moreno lo ayudaba. – Eso... fue fantástico!
-Puedes hacerlo en todas partes… no tienes por qué
hacer las cosas como los demás… como bajar los escalones-
entró en el otro edificio y corrió escaleras abajo
saltando en el pasamanos y desequilibrándose un poco, corriendo
por él y lanzándose por el hueco de la escalera, al
notar que no se aguantaría más, sujetándose
a las barandillas y saltando la altura que restaba. Le echó
la lengua desde abajo mostrándole un corte de mangas –Hazlo!
- Vale! Ahí voy! – le advirtió, sonriendo,
y subiéndose al pasamanos, saltando como si tuviera toda
la intención de caerle encima, sin siquiera fijarse en si
podía aterrizar bien o no.
Slave lo cogió, porque estaba viendo que se iba a partir
algo y se rió por el golpe que se habían llevado los
dos ahora –Bueno… ya entrenaremos cómo caer …
antes de que te rompas algo…
- Te pasa por echarme cortes de mangas – se rió el
chico, abrazándolo.
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