Capítulo 26- The Art of Flying
Without Wings
Slave se sentó en lo alto del centro comercial con las piernas
colgando del borde del piso bajo, mirando al suelo y luego a Dragon.
Acababan de venir de hacer de las suyas, se lamió el nudillo
porque se había hecho sangre con la cara de uno, pero ahora
tenían más dinero y cuanto más mejor. Quería
ayudar a Ren mientras no encontraba un trabajo aunque tampoco le
importaría seguir ayudándolo para siempre –A
mí también me gustabas… pero sabía que
no funcionaría… y al final dejaríamos de ser
amigos…- se recostó a un lado dejando caer la cara
contra sus piernas –¿Te sientes solo por mi culpa ahora?
- No, claro que no. – le acarició el cabello, sonriendo.
– No me has dejado solo, así que deja de pensar en
eso. Me agrada verte feliz.
El moreno sonrió cerrando los ojos –Ren me preguntó
si me gustaban las cadenas… - se rió, entreabriendo
los ojos y mirándolo, bebiendo de la botella de cava que
habían robado en el supermercado sólo porque parecía
de lo más difícil de agenciarse sin ser descubiertos,
además aún no había tomado nada y podía
permitírselo.
- ¿Y? ¿Te gustan? – se rió el chico,
remeciéndolo un poco a pesar de que bebía. –
Van bien las cosas ¿no?
-Sí, claro que me gustan… y las cosas van bien, yo
sentía que él podía hacerlo… - se pasó
la mano por los labios porque se le había escurrido por fuera
con el meneo y se levantó poniéndose de pie el borde
de la cornisa, de espaldas con los pies a los lados de los muslos
de Dragon, riéndose porque se acordaba de la noche anterior,
aunque claro que cayendo de ahí como mucho te rompías
algo. Se apoyó la botella entre las piernas tapando la boquilla
con la mano -¿Quieres?- se rió acercándolo
a la botella y quitando la mano.
- ¿Cómo no? – el chico se acercó travieso,
lamiendo su mano y haciendo que separase los dedos para beber de
lo que escurría entre ellos, imaginando cómo se veía
eso desde el punto de vista de algún transeúnte, y
riéndose un poco.
Slave sujetó el cuello de la botella riéndose y lo
apartó de él, bebiendo y devolviéndole la botella,
abriendo los brazos en cruz y cerrando los ojos mientras se inclinaba
hacia atrás haciendo fuerza con los pies para no caerse.
Se sentó a horcajadas sobre él abrazándolo
con fuerza.
- Te quiero, Slave. – sonrió, abrazándolo y
bromeando. – Así que no te caigas.... – Bebió
más de la botella aún con el moreno abrazado encima,
mirando al cielo.
-No puedo… mi vida pertenece a Ren ahora…- se apartó,
sentándose a su lado para no martirizarle las piernas y miró
al cielo también sólo porque se preguntaba qué
estaba mirando –Me pregunto si funcionará… y
si me comprenderá totalmente… y si no… me mataré…
- No digas eso... dijiste que no me ibas a dejar solo, no puedes
matarte – negó el chico, un poco afectado, pero sin
apartar la mirada del cielo. – Yo creo que va a funcionar
de todas maneras. Ren parece quererte mucho... Me pregunto si me
voy a enamorar alguna vez.
-Querer no llega… es la verdad… - el moreno lo miró
de soslayo –Seguro que sí. ¿Qué es lo
que quieres?
- No lo sé, nunca he querido nada. Te decía la verdad
esa noche. Supongo que quiero alguien que me divierta- se rió,
cerrando los ojos, y recostándose hacia atrás, dejando
las piernas guindando de aquella manera. – Alguien que me
deje ser absolutamente libre y a la vez.... que me haga sentir suyo.
Es contradictorio supongo, no soy sumiso para nada.
-Eso ya se nota… a mí no me gusta ser libre…
sólo quiero libertad para negarme a hacer cosas que odio
o para estar contigo… no me interesa nada más…-
Slave se rió acostándose a su lado y poniéndole
su brazo bajo la cabeza, pegándolo a su pecho y acariciándole
el pelo, aplastándoselo porque le gustaba la sensación
en la palma de la mano –Ren me hace sentir suyo… pero
aún no lo suficiente…- se rió cerrando los ojos
y los entreabrió de nuevo mirando a Dragon –Una relación
seria siempre te roba libertad…
- Supongo que sí, pero es distinto porque es algo que quieres
hacer. Ya sabes, no me gustaría que me estuvieran diciendo
cómo hacer las cosas ni si puedo o no hacer tal... –
se rió, dejándose acariciar. – Ya sé
que a ti sí....
-Sí…me da morbo…no sé ser de otro modo,
aunque lo fui alguna vez- giró la cara apoyando los labios
contra su frente y se rió un poco –No podrás
tener nada serio con el educador pues.
- Eso es distinto, es sólo un juego.... – lo miró,
preguntándose si estaba celoso, porque se la pasaba hablándole
en su contra cada vez que discutían aquello. – Sólo
me estoy divirtiendo por ahora.... De todos modos, no creo que nadie
quiera tener nada serio conmigo. Es que la palabra “serio”
y yo....
-Tú tienes tus momentos serios… y puede haber alguien
serio… que quiera algo serio contigo tal y como eres…
y tú entonces tendrás que preguntarte si te merece
la pena poner algo serio en tu vida… Es especial… saber
que existe alguien que te quiere más que a nadie… o
que le gustas más que nada… es igual…
Dragon sonrió, cerrando los ojos, y sintiendo el poco de
brisa que le llegaba bajo el abrazo del moreno. – Está
bien, estoy bien con cómo están las cosas ahora mismo.
Y prefiero no tener muchos momentos serios, no son tan divertidos....
Lo que me recuerda que tengo que comprar más pastillas...
– se rió con suavidad, suspirando luego.
Slave se rió pensando en cómo evadía la situación
y se giró soltándolo y mirando al cielo. -¿Cuándo?
Esta noche salimos… ¿estará allí?
- Supongo que sí... Si lo llamo, estará. No me va
a decir que no, si pienso pagarle- se rió, sentándose
de nuevo. – Slave, eres feliz ¿verdad? A pesar de las
dudas que tienes...
-Sí… supongo… a ratos… - lo miró
sin levantarse del suelo, cruzando los brazos tras la cabeza.
- Porque quiero que seas feliz – suspiró el chico
de cabello rosa., mirándolo de soslayo. – Slave, sé
feliz – le ordenó de broma, riéndose luego.
-No sé- se rió rascándose una pierna con el
tacón de la bota militar y se sentó abrazándolo
por detrás y apoyándose en su hombro con la quijada
–Sé feliz tú si te atreves a intentarlo…
- Yo ya soy feliz, sólo me deprimo por momentos. –
se rió, meciéndose un poco para moverlo con él.
- ¿Quieres ir a ver si ya encontraron a la tía?
-Claro… dicen que los asesinos siempre regresan a la escena
del crimen… - se levantó pasándole por encima
y descolgándose por la cornisa hasta la ventana de abajo
saltando desde allí –Tírate… a ver si
no te matas…
- Si me mato, quiero que me entierres en..... el baño del
CatKill – se rió, imitándolo en sus movimientos,
aunque de manera mucho más descuidada y saltando sin mucho
control.
El moreno se rió por su forma de aterrizar en el suelo,
apoyando las manos en el pavimento y lo cogió por detrás
alzándolo para subirlo contra su pecho –Pensaba hacerlo
bajo el cuarto oscuro…
- Me gusta más tu elección, como siempre... –
sonrió el chico, quedándose quieto.
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