Capítulo 25- Comparing Notes
(Childish Behaviour)
Ryo pasó por la comisaría y dejó el abrigo
en el colgador pasando por la maquina de hacer café y echándose
en un vasito plástico como si llevara toda su vida allí.
Atravesó las mesas por el pasillo directamente hasta la oficina
del detective aunque no sabía siquiera si estaba allí,
se le había pasado llamar antes. Le dio dos golpes a la puerta
y esperó.
-Está en el baño…- le indicó un chico
que pasaba por allí.
-¿Y lleva mucho rato?…- se sentó sobre la mesa
del chico en cuestión y le cogió un cigarro prendiéndolo
y esperando con una sonrisa.
-¿Cómo?- el chico lo miró sonriendo y tratando
de confirmar que había oído bien, pero Ryo sólo
lo miró de soslayo sonriendo y mirando sus notas después.
El moreno regresó, aún perdido en sus pensamientos,
tratando de encajar lo que había sacado de los interrogatorios
hasta ahora con lo que había visto en la escena del crimen,
pero lo único que le parecía claro, es que su prometido
pensaba que la habían asesinado. Al menos, esa era la conclusión
que había sacado, claro, que también parecía
confiar en ella plenamente. Parpadeó al ver al criminólogo
sentado allí frente a su oficina y aceleró el paso,
curioso de qué le diría. – Sanada-san, ¿tiene
alguna noticia?
-¿Podemos hablar en privado? Es que la mesa está dura…-
lo miró sonriendo amablemente a pesar de la cara de agobio
del moreno, como siempre tomándose las cosas con toda la
tranquilidad del mundo.
- Por supuesto, pase a mi oficina. – le pidió, guardándose
el pensamiento de que no había por qué sentarse en
las mesas en primer lugar.
El chico de pelo castaño pasó detrás del moreno
a la oficina y se sentó en la silla que estaba al otro lado
de la mesa dejando la carpeta sobre esta. Todo separado con varios
papeles de colores y notitas pegadas por todas partes, de forma
totalmente metódica aunque seguramente incomprensible para
cualquiera que no fuese él –A ver… al menos eran
dos… encontramos otro tipo de pisadas por la calle…
El detective tomó la carpeta, abriéndola y revisándola
aunque sin querer admitir que le estaba dando dolor de cabeza, y
alzó la mirada de nuevo. – ¿Dos? La vieron abandonar
el local sola, de manera que no iban con ella, o al menos no salieron
juntos. ¿Había algún indicio de que fuese llevada
allí a la fuerza?
-No… pero sí de que corría… se paraba…
se giraba…o sea, huía y estaba asustada… tampoco
se conservaban muchas huellas salvo por zonas con barro…-
explicó notando cómo miraba su carpeta y sonriendo
más –Te voy a presentar lo que imagino hasta ahora…
un chico fuerte y alto… y otro más bajo, ligero, seguramente
más joven porque usaba deportivas… Además, este
creo que iba drogado o bebido, los pasos eran muy enérgicos
pero sin sentido… - se apoyó en la mesa tocándose
el pelo con la mano –Ella los vio, se asustó, y comenzó
a huir… en vez de salir a la derecha para buscar su coche
siguió corriendo hacia el final, tal vez desorientada…
ellos la siguieron tal vez por divertirse… creo que no fue
premeditado.
- Entonces crees que fue un ataque al azar. Tal vez le bloquearon
el escape, las personas suelen intentar huir hacia los sitios que
les son familiares... – meditó, mirando de nuevo su
carpeta, y pensando que mejor era preguntarle directamente. –
Aún no sale el examen toxicológico, pero su novio
me dio a entender que podría ser alcohólica, o tal
vez adicta a algo... También asumió inmediatamente
que buscaba al culpable de un asesinato. ¿Encontraste alguna
huella digital, sangre de otra persona?
-No, pero sí fibra de cuero en uno de los botes… con
lo cual deduzco que usaban guantes. Claro que eso es normal, ya
sabes… la moda y esas cosas…-miró a su alrededor
buscando algo para echar la ceniza y finalmente la dejó caer
dentro del vaso plástico. De todos modos, el café
estaba demasiado horrible –Le quitaron las bragas a la fuerza…
metieron esos botes en su cuerpo… y se fueron… eso es
lo que me imagino cuando pienso en ello… Escucha… no
creo que fuera nadie relacionado con ella pero le arrancaron algún
mechón de cabello así que supongo que uno la aguantaba
mientras el otro la forzaba… Ahora… no sé por
qué se cayó… ¿o se tiró ella tal
vez y luego se agarró por instinto de supervivencia? Normalmente
los suicidas se tiran mirando al vacío y no de espaldas…Parece
como si hubiera retrocedido hasta caerse… como inconsciente
del peligro… o tal vez tenía mucho miedo sin poder
dejar de mirar aquello que tanto la estaba asustando…
- Así que la posibilidad de lo que la esperaba ¿era
más aterradora que el vacío? – suspiró,
considerando la situación. – Tal vez no se dio cuenta
de que había retrocedido demasiado... Ellos aún estaban
allí, o hubiese podido escapar. O tal vez sí estaba
bajo los efectos de algo. Su prometido me dijo que una vez lo llamó
porque había visto un fantasma.... – le explicó,
a sabiendas de que no leía su mente. – No parece del
tipo que se suicida....
-¿Fantasmas? Tal vez eso era lo que tanto le aterraba…
tendremos que obtener primero el examen toxicológico…
¿pero qué opinas de que le pintasen los labios así?-sonrió
entusiasmado mirando la foto que había tomado en el lugar
de los hechos.
El chico de cabello azulado se le quedó mirando, alzando
una ceja ante su sonrisa, y bajando la mirada de nuevo, antes de
que lo notase. – Parece como si quisieran humillarla, es un
poco personal. Aún si no era alguien conocido por la chica,
tal vez sea alguien que le tiene odio a las mujeres como ella...
-No irás a culpar a los gays de esto ¿no? No…
yo creo que se burlaba sólo de ella…- observó
la foto fijamente y cogió una tiza de la mesa del moreno
pasándola por un folio y describiendo el dibujo –Le
pintó los labios como a un payaso… y luego aplastó
la barra contra ellos… -la tiza se hizo papilla contar el
folio y Sanada se quedó mirándolo –Se estaba
divirtiendo… le parecía gracioso.
- No estaba culpando a los gays... – lo miró con el
ceño algo fruncido, pasando la mirada a la tiza aplastada.
– Pero no te diviertes humillando a otra persona, a menos
que hay algún sentimiento hostil hacia ella. Claro, como
dijiste antes, estaba drogado o alcoholizado....
-Sí…- sonrió mirándolo a los ojos –Eso
es lo que creo, o bien loco…- se rió rascándose
la mandíbula con una mano y se quitó las gafas frotándose
los ojos porque apenas dormía una hora después de
comer y en las madrugadas, pero hoy se había saltado lo poco
que dormía tras la comida –Bueno…- se puso las
gafas de nuevo –Claro que es divertido humillar a la gente…
¿es que nunca te humillaron en el colegio? Si lo hicieron,
seguro que se veían muy divertidos con ello.
- Y estoy bastante seguro de que no sentían precisamente
cariño por mí. – le contestó cortante
y enrojeciendo un poco al notar que se exaltaba, carraspeando para
quitar atención sobre el asunto. – De todas maneras,
creo que podemos eliminar el que ella pudiese estarlo disfrutando.
Y hasta ahora no he encontrado nada en su carácter que me
indique que podría vivir una doble vida.
-Pero eso no suele notarse fácilmente. Tal vez por las noches,
yo haga de drag queen… y tú nunca lo sabrás…
a no ser que vayas a esa clase de eventos…- se rió
pensando que era divertido, y moviendo el vasito con la colilla
dentro –No te odiaban, sólo se reafirmaban en ti…
Tú eras humillado, ellos más fuertes, pero no te enfades
que ya no eres un niño…- se rió levantándose
–Te dejo mi carpeta para que le eches un vistazo… ¿quieres?
- Claro, gracias... - - cerró la carpeta, imaginando que
no iba a dormir descifrándola y tratando de retener el contestarle
lo otro, aunque sucumbiendo finalmente. – No me enfadaba.
-Sí… sí lo hacías…- tiró
la colilla en el vaso y sonrió, mientras salía cerrando
la puerta a su espalda y dejándoselo en la mesa al chico
de antes –Toma… un obsequio…
El moreno frunció el ceño, dejándose caer
en su silla de nuevo y abriendo la carpeta, resoplando, tentado
a seguirlo y repetirle.”No, no lo hacía” pero
eso sí que sería infantil.
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