Capítulo 23- The Scene of The
Crime
-Sanada-san… - una mujer llamó al hombre que se acercaba
a paso tranquilo con las manos dentro de los pantalones y el abrigo
sin abrochar, como si no notase que a esas horas de la mañana
hacía frío. Le señaló al fondo de la
calle y el moreno le hizo una seña para que se adelantase.
Ya veía perfectamente dónde era, le bastaba con notar
que la calle estaba cerrada y como muestra más evidente….
Estaba plagado de policías allí y estaban cortando
la zona con un cordón policial.
Se rió, sacudiendo la cabeza y se quitó las gafas
limpiándose los cristales en el jersey que llevaba.
-Venga… el Detective Nakayama se estará ocupando del
caso, Nakayama-san este es Sanada de criminalistica.
- Gracias.- el moreno se giró, extendiendo la mano. -Mucho
gusto, Sanada-san. El cadáver fue encontrado esta mañana,
supongo que ya lo sabe. El nombre de la vícitma es Abe Akane.
Aún no sabemos si se trata de un accidente o de algo más....
– le explicó, pensando en que aún así
le parecía extraño que estuviese allí, en aquella
zona, una chica como esa.
-Encantado…- sonrió un poco pensando que siempre tenía
que decir esa frase en el peor lugar y echó atrás
el abrigo mientras se agachaba y se ponía los guantes que
llevaba en el bolsillo. Pasó un poco el dedo por la marca
de pintalabios en la cara de la chica y se levantó, mirando
hacia el edificio ocultando que en realidad estaba entusiasmado
con el caso y no sólo por eso, también por la zona
donde se había llevado a cabo el asesinato –Bueno…
deberíamos subir…
- Por supuesto– Hattori pasó adelante, retirando la
mirada de la chica, en esa posición tan terrible y se pasó
la mano por la frente. – Todo está exactamente como
lo encontramos. – le aclaró por si acaso.
-Vale…- lo miró subir delante de él pensando
que tenía que relajarse un poco –Posiblemente se cayó…
- le adelantó la información mientras llegaban a la
puerta de arriba. Pasó tras él al interior, observando
un poco a su alrededor y lo que se veía desde allí.
- Eso es lo que pensamos, aunque no sabremos nada con seguridad
hasta que se haya examinado el cuerpo. – se apartó
un poco, dejándole espacio. – No sé qué
haría esa chica en este lugar, aún así... –
comentó pensativo.
Ryo le señaló la zona de Pubs –Por cómo
iba vestida y teniendo en cuenta que allí es por donde salen
casi todos los jóvenes- “tú deberías
saberlo, si salieras” se comentó mentalmente –Lo
más probable es que viniera de allí… si la trajeron
hasta aquí, si vino porque pensó que era un lugar
genial para montárselo con su novio o… a saber…
nos costará más saberlo ¿Ya están comprobando
si le dijo a alguien que haría esa noche? ¿Si tiene
coche y está aparcado por aquí? ¿Tarjeta de
bus urbano? – se acercó a ver una huella en la tierra,
de la que probablemente ya se habrían ocupado de llevar la
prueba.
- Por supuesto, y sí tiene un auto aparcado precisamente
en esa zona. Están trabajando en localizar a sus allegados,
pero es un poco difícil con el cadáver aquí
fuera aún. Necesitamos que la identifiquen... – se
detuvo, un poco incómodo con que lo cuestionara acerca de
su trabajo. – Lo que me preguntaba es por qué subiría
a un edificio abandonado, y si subió con su novio... De todas
maneras... – señaló la cartera con los efectos
regados a su alrededor, desistiendo de dar tantas explicaciones.
-¿Robaron algo?- se levantó observando las cosas
y fijándose en el pintalabios –Lo del novio era una
broma, no creo que si fuera su novio le hiciera eso en los labios…
un poco macabro ¿no? La pisada es una bota militar…
seguramente por el tamaño alguien muy alto y fuerte…
- se levantó acercándose al borde del edificio desde
donde se veía a la chica de cara al cielo y algún
hombre tomando pruebas. Se quedó mirando los botes que se
veían algo cubiertos de arenilla y se acercó a verlos,
tenían sangre, heces… uno de ellos pintalabios y estaban
en un charco claramente de orines -¿Qué piensas de
esto?
- Que no fue un accidente. – contestó frunciendo el
ceño. Alguien claramente se había ensañado
con la chica. – Y no hay dinero, nada. – suspiró,
pensando que en realidad había visto bastantes casos de novios
macabros ya.
-Pero yo creo que se cayó… entonces puede que fuera
un accidente que se muriese o que se muriese así… no
sé… de todos modos… no le robó simplemente,
la humilló… y la torturó antes de que muriese
¿Por qué le parecía divertido? ¿Estaba
drogado o borracho? ¿La odiaba? Tal vez no se fijaba en él…
¿ya sabemos si tiene pareja?- preguntó acercándose
un poco al detective con las manos en los bolsillos y como siempre,
sin poder evitar hacerse sus teorías e historias.
- Estaba comprometida para casarse. Su nombre es Ray Axl. E incluso
si fue un accidente y no lo reportó, sigue siendo culpable
de todo esto... – hizo un gesto con la mano, señalando
las cosas regadas por el piso, así como los botes con sangre
y orina. – La persona que lo hizo quiero decir. – aclaró,
porque no pensara que acusase descuidadamente.
-Claro… siempre y cuando a ella no le gustase… ¿no?
A lo mejor le gustaba que la humillasen y torturasen… a lo
mejor estaban jugando… una chica con dinero… aburrida
tal vez… - se pasó la mano por el pelo revolviéndoselo
un poco –Tal vez habían bebido o tomado drogas…
ella se cayó…él se asustó y se fue…-
sonrió de nuevo y miró a otro lado mientras se guardaba
las manos en los bolsillos observando de nuevo al detective –Creo
que me queda mucho trabajo por delante… a ti también…
es un caso interesante ¿no?
- Sí, interesante... – lo miró, pensando que
era extraño. O tal vez, simplemente dedicado. – En
ese caso, habría tomado el dinero para disimular, a menos
que no fuese alguien de su mismo status....A decir verdad, espero
que sea más simple que eso. – sonrió un poco,
alejándose. – Le dejo para que trabaje en paz. Como
imaginará, tengo todo un día de interrogaciones por
delante, por lo menos.
-Sí… que le sea leve pero… ¿y si el dinero
lo robó una segunda persona que se encontró casualmente
con la escena? Piénselo…- sonrió agachándose
para observar la huella de nuevo y tomándole medida.
- Entonces estoy seguro de que usted encontrará la evidencia
de que alguien más estuvo aquí – lo miró
de nuevo, ahora pensando que no era su trabajo especular, aunque
lo cierto es que sí solía hacerlo, sólo que
no lo decía en voz alta. Eso lo había metido en problemas
en el pasado. – Me pondré en camino entonces. Por favor,
avíseme si descubre algo.
-Claro- el moreno le sonrió sin moverse del sitio donde
estaba agachado, observándolo marcharse.
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