.Novela homoerótica para mayores de edad.
 
Capítulo 21- Freedom and Doubts

Dragon se cayó de lado sobre la cama, riendo sin poder detenerse, y cubriéndose los ojos. - ¿Cómo era? ¿Cómo era? “Te seguiré a todos lados” o algo así.... – se rió, imitando a Ren, claro que poniendo una voz tétrica que el chico jamás había utilizado.

El rubio sonrió, bebiendo un poco de su botella, recostado contra Slave. – Sí, algo así... – le cedió, aunque no había dicho eso, ni mucho menos de esa manera.

Slave se quedó callado pensando que no era eso lo que había dicho pero desde luego sin contradecirlo porque estaba seguro de que Ren sabía muy bien cuales habían sido sus palabras. Le acarició el pelo a Ren con la mano mirando las hebras platino entre sus dedos -¿Cómo te sientes ahora? Simplemente ha dejado de existir…

- Me siento... – el rubio lo miró a los ojos, sonriendo, y acariciando su rostro, como le gustaba hacer. – Me siento liberado. Gracias a los dos. Gracias... – murmuró, bajando el rostro contra el cuerpo de Slave y dejando que algunas lágrimas resbalasen por su rostro.

- No gracias, que ya me hacía falta algo así – se rió Dragon, un poco incómodo con aquello y tirándose boca abajo en la cama para empujar otra cerveza hacia los chicos.

El moreno la abrió con la mano y le dio un trago alzando el rostro de Ren dolido al verlo llorar. Le besó los labios tratando de hacerse pasar entre ellos y le dejó beber de ellos, apartándose con suavidad y observando las lágrimas. Se las limpió con la mano y bajó la cara lamiéndole las mejillas borrando el rastro de ellas.

- Hum.... – el chico de cabello rosa los miró, preguntándose si debía irse, pero igual no sabía cómo comportarse.

El rubio le sonrió al moreno, besándolo de nuevo, y pegándolo luego a su cuello, mirando a Dragon.- Tranquilo, estoy bien. Vamos a seguir celebrando, ¿no? – le sonrió, acariciando a Slave contra él. El mayor se quedó quieto y pegado a él dejándose acariciar y rodeándolo por completo. Lo levantó en brazos para acostarse en la cama con Dragon, sujetando a Ren sobre él. Giró la cara observando al chico de pelo rosa y estirando un brazo sobre él para alcanzar algo de comida. En teoría, un bizcocho pero parecía que alguien se había sentado encima.

-Me pregunto si tenía pareja… o amigos… y si querrían matarnos…

- ¿No me escuchaste? Seguro tenía un novio con un lápiz en la entrepierna... - lo empujó Dragon, riéndose y luego frunciendo un poco el ceño. - ¿Por qué piensas en eso ahora? A ella no le importó si Ren tenía a alguien, ¿o sí?

- Slave tiene razón, tal vez deseen venganza. – suspiró el rubio, acariciando su pecho. - ¿Te sientes mal, Slave? ¿Te arrepientes?

-No… es sólo que siempre me siento extraño por un rato cuando mato a alguien… pero no pueden vengarse de nosotros, no es como que cualquiera pueda cometer un asesinato y en su círculo… Además jamás sabrán que fuimos nosotros… -bebió un poco de cerveza él mismo y bajó la mano con la botella sujetando la cintura de Ren con la otra –Me quedaré aquí un tiempo mientras pasa el peligro con la policía, para que no nos relacionen- le explicó a Dragon mirando sus ojos verdes –y luego podríamos irnos los tres juntos a casa de Ren …

- ¿De veras? – el chico se sentó de golpe, entusiasmado por el prospecto de vivir con agua corriente. – Pero... Ryo, el bailarín nuevo, también me invitó, ¿saben? – comentó, sólo por si acaso.

- Pero Ryo, el bailarín nuevo, no es tu amigo. Y además, Slave quiere que vengas con nosotros. – le insistió Ren, tomando su mano. – Y yo también. De todos modos, no tienes que decidir aún.

Dragon suspiró como si fuera una decisión muy difícil, echándose a reír luego. – Claro que acepto, pero quería hacerme el difícil. Además, yo creo que ese tío se cansa rápido de mí.

-Yo no me voy a cansar de ti nunca…- el moreno apoyó la mano sobre la de los otros chicos, sujetándolas dentro de la suya y sonrió pensando que aún seguía en aquel sueño extraño, que un día se iba a despertar y nada de aquello habría pasado, seguiría en el colchón ajado del almacén, totalmente solo –El tío ese… fóllatelo si quieres pero yo no haría mucho más que eso…

- Tú no harías ni eso, no es tu tipo – se rió, mirándolo. - ¿Por qué lo dices?

-No… no lo es para nada…- susurró riéndose luego un poco horripilado por la sola idea metiendo la mano por dentro de la camiseta de Ren para tocar su espalda mirando a los desconchones del techo –Ya te lo he dicho… es muy mayor para ti… te aburrirías…

- Uff, no sé, me divierte jugar al niño un poco. – Dragon se recostó de nuevo, mirando al techo también. – Tal vez tengas razón, ni siquiera toma nada. – meditó, como si eso fuera indicativo de algo.

-Tampoco Ren…- susurró el moreno pasando los dedos por la espalda del rubio y silenciándose de pronto pensando que no era su intención defender a Ryo, si no al revés. Lo cierto es que tenía algo de miedo de que apartase a Dragón de él y sabía que era egoísta porque él tenía a Ren, pero no era lo mismo. Lo que no quería era que lo relevase como su amigo.

- Y también estoy viejo, aunque me vea así – se rió el rubio, girándose sobre Slave para mirarlo.

- No seas tonto, pero no tienes complejo de educador. – Dragon lo empujó un poco, pegándose al lado de Slave. – No sé.... es divertido molestarlo.

Slave lo cogió con un brazo acercándolo a él porque no se sintiese solo -¿Cuántos años tienes, Ren?-preguntó de pronto recordando que había estudiado en la universidad, trabajado e incluso estado en la cárcel, demasiadas cosas para tener la edad que aparentaba.

- Veintidós – le respondió, observándolo. - ¿Decepcionado?

-No…¿Quién dijo que a mí me gustaban más jóvenes? Pero yo tengo veinticinco… - sonrió levemente porque ahí ya parecía que te jubilaban a partir de los veinte y él era el más mayor de los tres.

- Muy bien entonces... – el chico sonrió, besándolo profundamente, Dragon observándolos.

Slave lo apretó contra él con la mano como siempre excitándose a la mínima muestra de atención del rubio por él. Cerró los ojos, apoyando la mano en el pelo de Dragon preguntándose si Ren se molestaría, pero inevitablemente no podía evitar cuidarlo y el hecho de que se pudiera sentir apartado le preocupaba. Aun así no podía dejar de satisfacer al rubio por nada. Entreabrió los ojos observando cómo se iba separando de él rompiendo el beso -¿Alguna vez te has enamorado Dragon?...- lo miró de soslayo esperando a la respuesta y acariciando las nalga de Ren.

El chico negó con la cabeza, sonriendo. – La verdad, creí que tal vez estaba enamorado de ti, pero no era eso. – confesó. – Me pregunto cómo se siente. Aunque no quiero que me dañe el estilo....

- No, se siente, muy, muy bien... – susurró Ren, sentándose sobre el moreno y acariciando su sexo, observando su rostro. – Slave, ¿por qué no besas a Dragon? Creo que se está sintiendo solo... – le sugirió, adivinando por la expresión del moreno.

El moreno lo miró a los ojos dudando un poco, una, porque no estaba muy seguro de que Ren no fuera a sentirse celoso después, y otra, porque si Dragon no estaba seguro de lo que sentía por él, no quería confundirlo ni hacerle daño. Frunció el ceño un poco por el placer, jadeando y mirando a Dragon a los ojos como esperando que él decidiese que hacer o que Ren se lo ordenase de nuevo, pero el chico de cabello rosa, no esperó un segundo más, alzándose un poco para besarlo, moviendo la lengua con suavidad entre sus labios, para separarse luego riendo.

- Qué va! Estoy bien, pero nunca se rechaza algo así.

El rubio se rió también, besando a Slave, aprovechando que aún tenía los labios entreabiertos, y recostándose de nuevo aunque manteniendo la cabeza alzada aún. - ¿Qué sucede? Si te dije que podías besar a Dragon, ¿recuerdas? Además, no me obedeciste, muy mal....

Slave lo miró a los ojos bajando la vista segundos después. Tampoco quería decir en alto que no quería dañar a Dragon porque se sentía engreído, así que se limitó a girarse hacia él y sujetarle la nuca besándolo profundamente mirando al rubio de soslayo y entrecerrando los ojos.

Ren sonrió, sin quitarle la mirada de encima, sin recalcar que no le había pedido que lo besara de nuevo, sólo porque sabía que lo hacía para redimirse- En vez de eso, se agachó, lamiéndole el cuello, aún acariciando un poco su sexo, mientras Dragon le devolvía el beso reído.

-Hm…- el moreno cerró los ojos estirando el cuello para dejarle espacio y arqueó un poco la espalda para alzar las caderas al tacto de la mano de Ren sin saber qué demonios pasaba ahí, pero limitándose a obedecerlo. Tampoco quería saber nada, sólo hacer lo que el quisiese. Devolviéndole el beso a Dragon.

Dragon lo apartó un poco, muriéndose de la risa. – Ya vale, vale, me empiezo a sentir como un juguetito... ¿No será que para eso quieren que me mude?

- Sólo celebramos, además, a mí no me molesta. – le giró el rostro a Slave con la otra mano, observando sus ojos, sin decir lo que estaba pensando porque al igual que el moreno, tampoco quería lastimar a Dragon. Pero estaba más que seguro de que no tenía que tener celos. – Bésame a mí ahora....

Slave entreabrió los labios contra los suyos ansioso, besándolo profundamente y respirando con fuerza, temblando un poco al tacto de su mano en el sexo –Te quiero…- susurró mirando sus ojos azules un momento y relajando el cuerpo un poco por no verse tan ansioso. Miró a Dragon de soslayo –No es… para eso… y hay dos dormitorios…

- Lo sé.... estaba bromeando. – el chico hizo un gesto con la mano de que no le importaba, y se puso de pie para ir a por la botella que habían dejado en el suelo.

- También te quiero... – le susurró Ren al oído, deteniendo las caricias y subiendo la mano por su pecho.

El moreno se quedó quieto enrojeciendo un poco y se giró sobre él aunque nadie se lo hubiera pedido, besándolo profundamente y sonriendo mientras se abrazaba a él, acostándose a su lado después y mirándolo. Le hubiera gustado ver su rostro cuando le decía eso.

Ren le acarició la mejilla, echándole el cabello hacia atrás, y colocándolo tras una oreja, sonriendo un poco., mientras Dragon se limitaba a beberse todo el contenido de la botella aún de pie.

-Dragon… ¿todavía quieres incendiar algo?- preguntó el moreno mirándolo y acercando más a Ren contra él

El chico lo miró de soslayo, bajando la botella y sonriendo.

 
 

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