.Novela homoerótica para mayores de edad.
 
Capítulo 13 - Simple Steps


- Ahhhhhhhhh! Mucho mejor... – anunció Dragon, estirándose, de veras sintiéndose energizado luego de haberse tragado una de sus pastillas y alzando la mirada para observar al resto dela gente que ya llenaba el local. - ¿Seguro que no quieres, Ren?

- No gracias, creo que con uno basta – sonrió un poco notando que Dragon no había comprendido. – Te invito una cerveza. ¿Slave? ¿Quieres una también?

-Y no bebo cuando estoy colocado…- el moreno lo miró a los ojos y se sentó en una de las banquetas con las piernas abiertas para sujetarse con la mano al cuero entre ellas. Reposando la cabeza sobre la barra y mirando al techo cómo giraban las luces, pensando que quería luchar. Se llevó el frasquito a la nariz aspirando y apretándosela un poco con el dedo descolgando la mano sobre la pierna de Dragon ofreciéndosela.

No reparó en el moreno que acababa de saltar a la mesa desde el otro lado hasta que le pasó por encima tan cerca que sintió que le rozaban los pinchos que llevaba en las tobilleras. Ryo miró hacia abajo asegurándose de que no le había hecho nada y pasó de largo hablando con el chico al que tenía que relevar y aún estaba allí subido mientras lo ayudaba a bajar.

Slave giró la cara observándolo y notando que era nuevo, preguntándose si podría convencerlo para que luchase contra él

Ren pidió las dos cervezas, mientras Dragon esnifaba del frasquito, completamente ajeno a todo. Se recostó contra Slave devolviéndoselo, y preguntando. - ¿Hoy no peleas?

-No tengo con quien… estaba pensando en ese tío… pero seguro que no se atreve… Claro, que como es nuevo… no me conoce… por eso…- murmuró observándolo y rodeando a Dragon con un brazo de todos modos –Pero estos tíos… están así de hacer pesas… no de luchar… - Ryo lo miró mientras bailaba y le sonrió consciente de que hablaba de él por lo mucho que lo estaba mirando. De todos modos y aunque lo estuviera llamando hijo de puta, no hubiera escuchado nada desde allí.

- Y tal vez el dueño no lo deje luchar ¿o sí? No querrán ver un bailarín golpeado.- comentó Ren entregándole su cerveza a Dragon.

- Aún así se ve bien. – el chico de cabello rosa lo siguió con la mirada, bebiendo un poco, y llamándolo de pronto. – Ey! Ey!!!! – a ver si lo escuchaba.

El moreno alzó un poco la cara aún sonriendo y preguntándole sólo con ese gesto sin moverse de donde estaba. No tenía muchos deseos de estar al borde de arañarle la cara a aquel tío de nuevo con ese aspecto que tenía.

-¿Qué haces?- Slave lo miró sonriendo sin levantarse de donde estaba estirado y miró a Ren –No creo que les gusten los bailarines magullados… y además casi va desnudo… así que menos…

- No, seguro que no.... Dragon.... Dragon! – el rubio exclamó sorprendido de la rapidez con la que se había movido, acercándose al bailarín y por poco subiéndose a donde estaba, haciéndole señas para que se acercase.

-A ver, dime… - el moreno se inclinó riéndose un poco por la insistencia del chico preguntándose qué demonios querría con esa urgencia, Slave pasándose la mano por el pecho riéndose a más no poder por cómo hacía todo.

-Está loco…- susurró a Ren mirándolo.

- Sí, pero es muy libre, ¿no? – le susurró de vuelta el rubio sonriendo y observando a su vez.

- ¿Quieres pelear? No conmigo! – se rió Dragon, por cómo lo había dicho.- Con él. Es el campeón....

-Sí lo es…- Slave sonrió un poco –pero eso no tiene nada de divertido para mí claro…- se rió levemente bebiendo un poco de agua de un botellín que tenía en la mano.

-No… creo que no… ¿sabes? Me pagan por lucir bien y mover el culo… no por partir culos…- se rió enderezándose de nuevo, aún así pensando que era muy gracioso y se inclinó un poco de nuevo sonriéndole como si hablara con un crío –Para la próxima deberías decía algo como esto… “¿Te atreves a pelear contra ese de ahí? No es muy bueno pero si ganas te dan…” lo que sea… y de ese modo, tal vez cuele…- se rió y continuó bailando, ante la cara de desánimo que le puso el chico, aún así, subiéndose tras él.

- Y entonces, ¿te atreves? Ganas de las apuestas, y puedes mover el culo durante la pelea si quieres. – insistió, aunque en realidad, ya lo hacía un poco por molestar.

- ¿No te gusta? Creí que ambos lo eran. – Ren se quedó observando al moreno por unos momentos. – Dime, ¿por qué no es divertido para ti?

-¿Crees que mi madre me puso Slave y luego me echaron agua encima de una pila bautismal?...- el moreno cerró los ojos serio pensando que de veras no lo comprendía aunque por la noche anterior había pensando que al menos lo hacía un poco. Claro que nadie que no fuera como él comprendería su necesidad –Claro que soy libre… pero eso no quiere decir que me agrade… hay cosas que me harían mucho más feliz…

Ryo se rió en vez de contestarle, sujetándole las manos y se las apoyó en el pecho pegándolo contra su espalda abrazándolo a él y bajándoselas por las abdominales bailando reído y consciente de que era un chiquillo y no lo dejaría en paz así como así.

-Mira… se está ligando al dancer…- se rió tapándose los ojos con la mano.

- No me voy hasta que me contestes... – se rió el chico, sin soltarse, al contrario, pegándose más a él, dejando que lo llevara a su ritmo.

- Creí que hablabas de Dragon antes. – Ren le sonrió, desviando su mirada de la pareja bailarina, y volviendo a mirar al moreno.

-Dijiste… ¿no te gusta? Te referías a si me gusta Dragon… ¿eso?- preguntó mirando al rubio más confundido aún y dejándose la mano en el pecho de nuevo, un poco rojo ahora por haber hablado de sí mismo cuando encima ni siquiera le habían preguntado.

Ryo se rió suspirando –Pues a ver… siempre es más divertido bailar con alguien que solo…- le sujetó las manos usándolas para ceñirse más el látex al cuerpo y se bajó un poco la goma negra por las caderas haciendo que varias miradas se dirigiesen hacia allí y subiéndolas de nuevo. Apoyándoselas otra vez en su pecho inclinando la cabeza a un lado y sonriendo sin dejar de bailar como si nada.

- Bien, pero al final del baile, o peleas, o me consigues otra cerveza... – le advirtió el chico, moviendo las manos por su pecho, reído. – Y voy a seguir preguntándote.

- No exactamente, me refería a si no te gusta que Dragon sea libre. Pero supongo que es lo mismo que preguntarte si te gusta. – el rubio bebió de su botella, apoyándose un poco en la mesa.

-Me gusta y me gusta que sea libre pero no me gusta… para mí… si te refieres a eso, porque lo quiero, pero él no puede hacerme feliz y yo a él tampoco… Claro que de todos modos… lo quiero más de lo que he querido a nadie… y no sé ni cómo se llama…- sonrió cerrando los ojos de nuevo y se volteó hacia la barra apoyando los codos en ella y mirando el vaso de cerveza de Ren.

Ryo se volteó alzándolo por debajo de las axilas y se inclinó tratando de dejarlo abajo –Ahora mismo como ves… no llevo mi cartera encima…- se rió dejándolo por fin en el suelo -¿Por qué no vas y le preguntas al jefe si me deja pelearme y ves tú mismo que no?

- Ya veo.... pero te pierdes de algo bueno, ¿ne? – le guiñó un ojo, sin aclarar más de allí y dirigiéndose de vuelta a su puesto.

- Y yo tampoco sé el tuyo. – Ren movió el vaso, ocasionando ligeros círculos en el líquido. – Eres quien quieres ser, ¿no?

- Nada, creo que no pelea. – anunció el chico, mirando a su alrededor por si veía al dueño, preguntarle, e igual dejándose caer en uno de los asientos.

Slave miró al rubio susurrando un poco alterado -Koji, pero ese nombre no significa nada ya… soy quien soy, quien puedo ser… pero necesito un dueño que me necesite a mí, porque así no soy feliz… no le encuentro sentido a nada y sólo estoy vagando… soy como un perro callejero… puedo correr y jugar con los extraños pero ninguno es mi dueño y sigo igual de perdido…- lo miró a los ojos serio y sonrió, aunque no felizmente, molestándose un poco pero sólo porque no lo comprendía y comenzaba a desesperarse de que nadie lo hiciera. Incluso a violentarse un poco. Miró al chico de cabello rosa y lo abrazó con fuerza -Ya lo imaginaba… ¿sabes? Los dancers… tienen esos músculos de ir al gimnasio, que alguien esté cachas no significa que pueda pelear… ¿Qué buscas?- preguntó intrigado y ansioso por dejar de sentirse alterado.

- Al dueño, me dijo que le preguntara si lo dejaba pelear. ¿Sucede algo? – lo miró a los ojos y luego al rubio, con cara de sospecha, pero Ren sólo permaneció serio, como pensativo, mirando su cerveza.

-Estará al fondo detrás del ring y no, no sucede nada malo – apoyó los labios contra su frente mirando hacia la gente por si lo veía –Pero es igual… no creo que le deje.

- Me dio de lado... – se quejó, acariciándose contra él, como pidiéndole consuelo, ya pasada la preocupación y echándose a reír luego. – A lo mejor si tú se lo pides sí le deje, eres el campeón...

-Bueno, a ver… iré…- el moreno se levantó de la barra por fin, dirigiéndose entre la gente sólo porque parecía que él también quería que luchara, aunque seguía dudándolo mucho que le dejara. Se pasó por el lado del ring hasta los asientos donde estaba casi siempre Kevin con su novio

-Slave… ¿pasa algo?- golpeó el sillón a su lado y el moreno se sentó apoyando la cara sobre sus piernas a pesar de su novio. El rubio le pasó la mano por el pelo un poco reído y Slave lo miró de soslayo

-El nuevo… ¿le dejas que luche conmigo?- preguntó sin estar dispuesto a insistirle de obtener un no por respuesta.

-Bueno… estaría bien meterlo en algo sucio ¿no? Por si acaso- le preguntó a su novio que estaba más pendiente de la mano que acariciaba el pelo de Slave que de nada.

-Sí, la verdad… pero no te pases… y desde luego no lo mates… no sé como se le ocurre aceptar…

Dragon se quedó mirando al rubio, mientras esperaba, poniéndose de pie por fin para acercarse más. - ¿Qué sucedió? ¿Qué le dijiste? – le preguntó aún desconfiado.

- Nada. Más bien fue él quien me dijo... - le contestó, sonriendo un poco. – Deja de mirarme así, no hice nada.

- Y ¿de qué hablaban entonces? No me mientas, Slave me lo dirá de todos modos. – el chico lo observó más atento, a pesar de que estaba fingiendo. Seguro y Slave no le decía nada.

- De lo que quiere. Ya lo sabes, ¿no?

- Ajá.... – asintió, recordando lo de la noche anterior, confundido ahora con el por qué de esas caras entonces y mirando a ver si ya regresaba. - ¿Vas a apostar a él, si lo dejan luchar?

- Claro.

Slave se acercó a Ryo parándose en la barra en frente de él –Te deja luchar conmigo…- susurró simplemente aunque mirándolo a los ojos, no muy feliz de todos modos por hablar con un extraño –Así que ahora… ¿te rajas?

El moreno suspiró, acuclillándose en la barra y lo miró a los ojos pensando en la que se había metido él solito, claro que… ¿Qué esperaba en un lugar así? Al menos parecía una buena forma de integrarse un poco -¿Cuáles son las reglas?

-No hay reglas… cuando uno tumbe al otro, se acaba la pelea y punto…

“Genial” pensó el moreno tratando de no verse preocupado y saltando de la barra pensando que le sacaba algo de altura y aunque no era tan grande como él, luchaba todos los días. Se encogió de hombros haciéndole una seña para que pasase delante.

Slave se detuvo delante de Dragon y Ren -¿Por qué no venís al otro lado? Donde está Kevin, podéis ir, estáis conmigo… - Ryo lo miró como quien no quiere la cosa apuntándose mentalmente el nombre del chico de pelo rosa pensando que se había salido con la suya.

- Sí! – Dragon saltó, olvidándose de su preocupación anterior por el momento. –Ven, Ren, tienes que apostar. – haló al rubio, haciéndolo seguirlos y guiñándole un ojo de paso al contendiente.

Ren solamente le sonrió a Slave, murmurando. – Gana, entonces.

Slave se sentó en la mesa como siempre y el entrenador que siempre estaba allí, claro que no precisamente haciendo algo bueno, empezó a atarle los cordones en los pies mientras el moreno se los colocaba en las manos, asegurándose de colocar bien en los nudillos los nudos que había en las cuerdas –Tienes que quitarle las cosas con pinchos…

-OK- Ryo se sacó las muñequeras y las piezas de cuero de los tobillos cogiendo unos guantes sin dedos y las tobilleras que le dejaban, aunque un poco reticente al pensar que a saber de quien eran. De todos modos se las puso, preguntándose si tenía que luchar sólo con lo que llevaba puesto y ya adivinando que sí cuando vio al moreno quitarse el pantalón como si tal cosa. Se pasó una mano por el pelo revolviéndose reído y esperó a que Kevin subiera al ring.

El moreno saltó, sujetándose a las cadenas como siempre y Ryo hizo lo mismo sonriéndole con algo de chulería arriba al ver que Slave lo miraba como sorprendido.

- Arriba, Slave! – le gritó Dragon desde abajo, alzando una mano en señal de apoyo, como siempre, entusiasmado.

Slave se rió, bajando la cabeza mientras Kevin soltaba su rollo como siempre -… así que si ahora veis a mi nueva adquisición amoratado ya sabéis por que…- se rió sujetando a Ryo por la cintura que se rió también, aunque pensando en que si pudiera, hubiera pasado de llegar a eso –Pero lo siento chicos me costó mucho encontrarlo así que, yo diré cuando se detiene la pelea…

Se escucharon algunos abucheos, de todos modos, Ryo agradeciéndoselo al cielo y a todos los santos. Kevin se retiró, tras dar la señal de que podían empezar y Ryo se empezó a mover por el ring haciendo que Slave se mantuviera quieto observándolo y maldiciendo de paso que usase ese estilo de lucha porque lo odiaba. Se acercó al moreno y Slave levantó la pierna para pegarle en la cara, en realidad para ponerlo quieto de una vez, más que nada, pero Ryo se echó contra el suelo apoyando las manos y barriéndole el tobillo haciéndolo caerse atrás.

Slave se levantó, apoyándose en las manos para dar una vuelta sobre sí mismo y Ryo dio una vuelta sobre él mismo también apoyándose en las manos para golpearle la cara consiguiéndolo de nuevo. El chico de pelo negro se rió, pensando que le estaba dando bien e iba a seguir así como no empezase a pensar con claridad.

- Devuélvesela, Slave! – le gritó Dragon, un poco preocupado, quisiera que no, aunque tratando de no demostrarlo, Ren limitándose a observar, en silencio.

Ryo lo miró sin comprender muy bien por qué no hacía nada realmente, ni siquiera le había dado tiempo a saber qué estilo de lucha tenía. El moreno se echó un poco sobre él y le sujetó el cuello con las muñecas, levantando la rodilla contra su mandíbula y dejándolo caerse hacia atrás. Ryo escupió sangre a un lado y Slave respiró con fuerza apartándose de la patada que le venía encima, cubriéndose con el brazo y la pierna.

-Así, Slave! Piensa un poco, joder!- el entrenador que hacía siglos no prestaba atención a los combates, se pegó a las cadenas gritándole. Aunque el único que pensaba ya ahí arriba era Ryo, Slave se limitaba a estar eufórico y actuar por instinto por el contrario de las otras peleas anteriores.

Ryo levantó la pierna para pegarle en la cara de nuevo, y Slave le agarró el tobillo saltando por encima de él y tirándolo al suelo. Le sujetó la pierna entre los tobillos y Kevin le grito –No!!- porque ya lo había visto antes. El chico en el suelo le pegó una patada en la espalda sacándoselo de encima sólo gracias a que el rubio lo había distraído, seguro de que pensaba partirle la pierna entre las suyas.

Cogió carrerilla y saltó golpeándole el pecho con la rodilla con todas sus fuerzas haciendo que Slave se encogiera sobre sí mismo, aún así bajando los codos juntos sobre su cabeza golpeándole con fuerza. Ambos cayeron al suelo y Slave tosió apretándose el pecho y levantándose para ver a Ryo que estaba sangrando.

- Slave! Slave! Eres el campeón! – le gritó Dragon, de nuevo, ahora casi subido a la mesa, animándolo. – Di algo, Ren! Slave!

- Creo que se está divirtiendo... – murmuró el rubio, sin alzar la voz, confundiendo un poco al otro chico, ya que no era ese el tipo de comentario que le había pedido.

- Eso ya lo sé! –le gritó, descontrolado. – Slave!

Slave se acercó reído y pasó entre las cadenas bajando a Dragon de la mesa con las manos para besarlo, porque aún estaba bastante eufórico y hundió la lengua en su boca con fuerza, respirando contra su piel con los ojos cerrados. Se sentó él en la mesa quitándose los cordones aún sonriendo a pesar de estar más que sudado además de magullado.

Ryo se levantó, hablando con Kevin insistiendo en que estaba bien a pesar de que tenía sangre por la frente –No es nada de veras…- se bajó entre las cadenas a la mesa.

-Pero puedes tomarte el resto de la noche libre…

-Gracias… porque creo que si no, me caeré de la barra… ¿la ropa de hoy la dejo por aquí?- el moreno sonrió pese a todo y Kevin hizo una seña para que le trajesen unos hielos.

-Sí, mañana te damos otra cosa… toma- el moreno aceptó los hielos, apoyándoselos sobre el pelo un tanto mareado.

- ¿Te divertiste? – le preguntó el chico, respirando más aliviado al verlo en sus cabales, y acariciando su cabello, mirando de soslayo al otro chico. – Parece que no los tiene así de ir al gimnasio... – se rió, dejando salir toda su tensión.

-Mucho y no… seguro que no…-se acercó a él susurrándole al oído –Tiene una cicatriz de bala en la espalda…- lo miró de soslayo contento de que no le hubieran dejado romperle la pierna después de todo, porque se hubiera arrepentido si no hubiera podido luchar más. Se acercó a él mirándolo y Ryo lo miró como si nada –Odio la capoeira…

-Bien… pues ahora yo odiare el muay thai…- el moreno se rió como si no tuviese la cabeza como un bombo y aún nada convencido de estar bien si se levantaba, observando cómo Slave se ponía los pantalones de nuevo y le acercaba las botas –Gracias.

Dragon lo siguió, mirando atrás, y halando al rubio de nuevo. - ¿Qué tanto haces? Ya ven – casi lo riñó, haciéndolo sonreír, y soltándolo cuando llegó junto a los otros. – Te dije que te ibas a perder de algo bueno. ¿Bebes con nosotros? – le preguntó a Ryo directamente como si se conocieran de hace mucho.

-Cierto… no puedo decir que una noche fue buena si no me abren la cabeza…- Ryo lo miró sonriendo y alzando una ceja –y sí… pero deja que me vista… - miró a Ren fijándose en él y cómo iba vestido, pensando que parecía mucho más “normal” que el resto de la gente que había allí. Se levantó, dejando los hielos a un lado y caminando entre la gente para ir a cambiarse.

-Prefiero cuando invitamos a alguien como Ren…- Slave lo miró marcharse con aire de seguridad pese a todo.

- ¿Por qué? No me cayó mal, a pesar de todo.... – se rió Dragon. – Ni que lo invitásemos a vivir con nosotros. Hablando de eso, ¿vienes esta noche, Ren?

- ¿No es muy temprano para esos planes? – el rubio se rió un poco sin poder evitarlo, pasándose una mano por la cabeza.

Slave se rió mirándolo –Yo me fui a vivir con Dragon el día que lo conocí… y por qué no… pues… por nada en especial…- sonrió levemente mirando al chico que venía de nuevo con unos jeans hechos trizas y una camiseta blanca ahora. Además de que se notaba que se había lavado.

-Listo…- se llevó una mano a la frente aún adolorida desde luego, esperando a que se dirigiesen a la barra y camino al lado de Slave -¿Ibas a romperme la pierna?

-Sí- el moreno lo miró a los ojos y apartó la vista de sus ojos azul verdoso, un poco incómodo a pesar de que le sonreía.

- Slave es el campeón, ya te lo dije, tienes suerte.

- A Dragon le agrada cuando mata a su oponente- añadió Ren, sonriendo.

-Qué bien… no sabes cuanto me alegra que te acercases a mí con tan buenas intenciones…- el moreno suspiró un poco sonriendo y pensando que de veras no importaba cuanto se preparase uno, el choque con la realidad era inmenso

-Pero no te iba a matar… y no te rompí la pierna…- Slave se sentó en una banqueta bebiendo el agua que le ponía el camarero mientras esperaba a que los demás pidieran algo.

-¿Y normalmente sí matas a tus oponentes?- preguntó pidiendo una cerveza y mirando al chico tatuado.

-Sí… si me lo pide alguien que me interese, ellos aceptan luchar a muerte… yo también podría morir…

- Pero no lo harás. – lo riñó Dragon como si estuviese bajo su control. – Y no te conozco, de todos modos, tú me diste de lado cuando bailabas. De todos modos, no creo que Slave te quisiera matar.

-No… porque peleas bien…- aclaró el moreno de todos modos, mirando a Ren y pensando que como siempre, estaba callado.

-Estaba trabajando, ahora no ¿quieres bailar conmigo ahora?- Ryo le sonrió a Dragon apoyándose en la barra y bebiendo un poco de la jarra de cerveza.

El chico se le quedó mirando porque estaba seguro de que creía que no aceptaría, y se acercó bastante, sonriendo. – Te prefería con la otra ropa, pero acepto. – le quitó la jarra, bebiendo de la misma y halándolo como era su costumbre.

Ryo se dejó llevar reído y le apoyó las manos en la cintura acariciándole la espalda mientras bailaban -¿Cuántos años tienes? Tú no eres mayor de edad ¿a que no?

- Te ofrecería un poco, pero no bebes cuando estás colgado. Y estás colgado ¿verdad? – le preguntó el rubio, notando que lo miraba.

-Estoy colocado sí…- el moreno desvió la mirada y se sentó en una de las banquetas –Siempre estás callado ¿Por qué? ¿Te aburres?

- No, creí que te lo había dicho anoche. Creo que me acostumbré a estar callado, es más fácil cuando bebo. – lo miró más directamente. – Pero en realidad estaba pensando esta noche.

- 18. Y ¿eso qué? – Dragon se le guindó del cuello, pegándose y moviendo las caderas.

-No sé, sólo tenía curiosidad… pensé que tendrías como dieciocho… o algo así…- sonrió por cómo se pegaba contra él, pensando que allí no parecía importar nada, ni siquiera si los que iban eran mayores de edad o no. Lo apartó sólo un poco riéndose -¿Vienes aquí desde hace mucho?

Slave se quedó mirando a Ren de soslayo mientras bebía –Pues entonces bebe más…- miró la barra del bar de nuevo, pasando un dedo por la ceniza de un cigarro -¿Qué piensas? ¿Te preocupa algo?

- Preocupar, preocupar, no - sonrió más ampliamente ante su consejo, pero igual pidiendo otra cerveza. – Pensaba en lo que me dijiste antes, acerca de ti.

- No, no hace mucho, pero más que tú – Dragon se acercó de nuevo, curioso por ver si lo volvía a apartar. - ¿Me veo tan pequeño?

-Sí y definitivamente muy pequeño para estar colocado… - sonrió mirándolo y notando que lo estaba probando, decidiendo no apartarlo esta vez porque le entraba la risa. Se quitó la camiseta colgándosela de la cintura de los jeans y cruzó las manos detrás de su nuca mirándolo y aún sonriendo. Sí quería jugar, él también sabía.

Slave desvió la vista de ellos y miró a Ren apoyando la cara sobre su propio brazo que estaba extendido en la barra -¿Por qué? ¿Por qué no comprendes?

El rubio negó con la cabeza. – No.... porque estaba pensando que tal vez sí lo comprendo. Pero quería hacerte unas preguntas. ¿Por qué no Dragon? Si lo quieres más que a nadie, ¿por qué no crees que te pueda hacer feliz? ¿No crees que sea capaz de darte lo que quieres, se lo has dicho?

- Nunca se es demasiado pequeño para eso – el chico de cabello rosa, casi saltó, acercando más su rostro al del moreno. – Qué responsable.... ¿quieres ser mi papi?

Ryo se rió, mirándolo a los ojos y esperándose una respuesta como esa después de todo. Claro que no era su intención enfadarlo ni mucho menos, al revés, le interesaba agradarle. –Podría serlo con los años que te llevo- le soltó la indirecta de todos modos sin apartarse.

El moreno en la barra lo miró, por una parte pensando en que intentaba hacer algo que ya conocía de sobra, aunque no dijo nada al respecto –Dragon no me comprende, no se lo he dicho… pero a él le gusta que lo posean por completo, lo sé… lo he sentido y me lo ha dicho con sus palabras y sus acciones ¿crees que se le puede enseñar a una persona a ser dominante? ¿A desear un esclavo? No se puede… yo lo sé… y aunque lo quiera, al final acabaríamos lastimándonos, él me dejaría ser libre y yo no tengo ningún interés ni en serlo, ni en que él lo sea si va a estar conmigo…- se acarició la cara contra el brazo entrecerrando los ojos –Lo quiero, pero también quiero ser feliz.

- Es comprensible. – se giró en el banquillo, mirándolo directamente. – Sé mío, Slave. ¿Quieres alguien que te necesite? Yo te necesito, siempre te necesité... - le sonrió un poco, acercándose más y mirándolo a los ojos. – Si no funciona, si no te gusta la manera en la que te trato, tienes mi permiso para matarme, ¿qué tal?

- Y eso significa que también debes llevarme años de experiencia. – se rió Dragon, aún mirándolo. – ¿Puedes darme clases? – bromeó, sin ceder terreno.

-¿De baile?- el moreno se rió, tentado a cometer su segundo delito y los dos en un sólo día “qué productivo me siento…” pensó para sus adentros aún así reticente -¿Qué haces después? ¿Te vas a la camita a que te arropen? ¿O trasnochas?

Slave sintió que el corazón le daba un vuelco y miró a Ren a los ojos, agachándose en el suelo sin decir nada y apoyando la cara en sus piernas -¿Seguro que te quieres quedar conmigo? No me ayudas en nada si no lo deseas realmente…

- No te preguntaría si no lo deseara. Ya tuve bastante de hacer cosas que no deseaba. – le acarició el cabello con suavidad, observándolo. – Realmente me sentí bien anoche. Sé mío, Slave... – le volvió a repetir, esta vez en un susurro.

- Nunca duermo temprano. Además Slave se está quedando conmigo, así que trasnochamos. No sé si Ren vendrá esta noche.... – el chico de cabello rosa, le sonrió de medio lado. - ¿Por qué quieres saber lo que hago luego? ¿Te pone imaginarme en mi camita? Tal vez tocándome, pensando en el bailarín nuevo, y sus calzoncillos de látex.... Y las cosas que podría enseñarme....

Ryo se rió a más no poder, aunque igual sí se había excitado un poco con la descripción –Si por eso preguntaba justamente… para poder imaginarte con un pijama de foquitas blancas… sobre las sábanas de Hamtaro que seguro usas…- lo vaciló un poco mirando a Slave de soslayo y recordando que se habían abrazado y besado. Claro, que eso seguro no tenía ninguna importancia, no tenía ganas de que le rompiese algo de veras. Sus ojos se dirigieron de nuevo a los ojos verdes del chico y apoyó la frente contra la suya –Preguntaba porque me he mudado a la ciudad hace poco y aún no hice amiguitos…

-Soy tuyo… haré lo que me digas - el moreno arrastró la cara contra su pierna y deslizó la lengua sobre la ropa entre sus piernas cerrando los ojos, excitado y feliz, tal vez incluso incrédulo. De todos modos, jamás tenía fe a que lo supieran tratar de veras como deseaba. Aún así apoyó la cara contra él cerrando los ojos y sonriendo.

- Bien, eso está muy bien, Slave. – el rubio sonrió, acariciándolo y bajando los dedos por su quijada, como dibujándola. – Bésame.

- Oh, qué lástima. ¿Quieres jugar conmigo? Te presto mis peluches. – Dragon se abrazó a él, rozando su entrepierna con la del moreno, con todo el atrevimiento. – No le hubiera pedido a Slave que te matara, me agradas.

-Claro… ¿no estábamos jugando ya?- el moreno sonrió aún más, sujetándole las nalgas una con cada mano y apretándolo contra él fuertemente –Estás muy delgado ¿comes bien? Tengo caramelos en mi casa… alguien me dijo que esa frase servía para llevarte niños inocentes al piso…- lo miró a los ojos bajando un poco la cara, aunque sin besarlo aún, por más que estuviera pensando en ello y seguramente se notaba en sus ojos, planteándose si debía seguir adelante con aquello o no, y evaluando las consecuencias. “Sí” decidió casi tajantemente su cerebro. Lo que sea. Lo besó directamente, empujándose en su boca y arrastrando la lengua contra la suya mientras inclinaba la cara. Casi al tiempo que Slave se levantaba con gesto de estar excitado, besando a Ren, muy profundamente aunque de forma suave.

El rubio le sujetó el rostro, acariciándolo y abrazándolo por la espalda, pegándolo a su cuerpo.

Dragon devolvió el beso, jugando con la lengua del moreno, incluso alzando un apierna un poco, para sentirlo más, separándose sólo para susurrar. - ¿Sabes una cosa? Me encantan los caramelos, esos laaaargos, con la punta redondeada, y centro líquido. – se rozó contra él de nuevo, introduciendo su lengua en su boca, sin dejarlo contestar aún.

Ryo le pasó una mano por el pelo sujetándole la cara con ella y echándole la cabeza atrás para verle mejor a la cara y separarlo un poco aunque fuera un momento, en parte por crearle ansia –Yo tengo uno de esos… no sé si te llegará de largo…- le sujetó la mano porque estaba ya bastante duro y se la pasó a lo largo de su sexo que sobresalía aún por encima la cintura de los jeans –Aunque aún puede ser más grande si me ayudas… pero tápalo… que es sólo para ti por hoy…- le apoyó la mano en la parte que sobresalía ya que no llevaba camiseta.

Slave jadeó contra sus labios sin dejar de besarlo hasta que el rubio decidiese que era suficiente y se separase de él, agradecido porque hubiera decidido darle una oportunidad, tocándole el pelo con una mano y oliendo su piel mientras lo besaba ahora más profundamente, porque sentía que el cuerpo de Ren se lo pedía.

El rubio lo siguió besando por unos segundos más, mirándolo a los ojos luego y separándolo un poco. – Vamos a casa. Creo que necesitamos una ducha. – le sonrió, bebiéndose lo que quedaba de su cerveza y esperando a que se pusiera de pie.

- Me gusta ver cómo crecen las cosas y tengo donde esconderlo para que nadie más lo vea. – Dragon se echó a reír, cubriéndolo con su propio cuerpo, claro, y pasándole la lengua por los labios, mientras acariciaba la parte que sobresalía de su sexo, con la mano entre ambos cuerpos.

-Avisaré a Dragon…- el moreno se separó de Ren, caminando perdido en sus pensamientos y mirando atrás un momento como si el rubio fuera a dejarlo plantado.

-¿Seguro? Habrá que ver… tal vez necesites comer un poco primero antes de poder hacerle sitio…- apretó un poco las mandíbulas y le metió la mano dentro del pantalón bajando un dedo entre sus nalgas, apoyándolo sobre su entrada y masajeándola –Vamos a mi casa….- lo besó de nuevo y se apartó al sentir que Slave estaba parado frente a ellos.

-Ren es mi amo… - anunció de pronto sonriendo –Vamos a ir a su casa ¿quieres venir?- preguntó, aunque sabía que no tenía derecho sin pedir permiso, pero hacía mucho tiempo que nadie le decía cómo portarse, además de que no pensaba dejar a Dragon solo.

El chico lo miró reído, aunque notando que se le veía contento, y estiró una mano hacia él, acercándolo para besarlo con suavidad en los labios, a pesar de seguir acariciando el sexo de Ryo. – No te preocupes, tengo compañía esta noche. Ryo me va a enseñar a bailar... – se rió, soltándolo y guiñándole un ojo. – Ve con tu amo, y luego me dices si te trató bien.

-Vale…- sonrió apartándose y mirando a Ryo de soslayo mientras lo hacía, pensando que de igual manera, más le valía tratar bien a Dragon o lo mataría. Se paró al lado de Ren sujetándole la mano y lamiéndole el cuello mientras salían.

 
 

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