.Novela homoerótica para mayores de edad.
 
Capítulo 9- The Ghost in the Attic

Slave se levantó algo enrojecido por la excitación, la erección más que obvia bajo sus pantalones de cuero negro y se acabó lo que le quedaba en el botellín de agua tirándolo al otro lado de la barra, pensando que se hubiera corrido de esperar un poco más. Salió al exterior agradecido por el fresco de la noche afuera –Yo no sé dónde paran los buses...

- Creo que no muy lejos hay una parada. Sí.... tuve que utilizarla hace unos días. – meditó el rubio, caminando, mientras Dragon se ponía de puntillas para susurrarle a Slave.

- Te ves guapo así.... – riéndose luego, y casi saltando hacia delante.

El moreno lo miró de soslayo sonriendo y guardándose las manos en los bolsillos mientras caminaban hacia donde les decía el chico. Lo cierto es que se veía desde allí ya pero jamás se había fijado antes en su existencia -¿Tiene seguratas...perros y esas cosas?

- Sí, creo que sí, por lo menos tiene un guardia de seguridad, o solía tenerlo. No sé si tenga más, o perros.

- Soy bueno con los perros. – sonrió Dragon, metiéndose las manos en los bolsillos ahora.

- Sí.... ya veo – bromeó Ren, pensando en el collar que llevaba Slave al cuello.

-Guau...- susurró el moreno inclinándose hacia Dragon y pegándole una mordidita en el cuello, adelantándolos para detener al autobús que parecía querer irse sin ellos y más por la parsimonia que llevaban los otros. Le pagó al conductor y atravesó la barrera caminando hasta la puerta en la mitad del pasillo aunque estaba completamente vacío.

Ambos chicos le siguieron, cada uno sentándose a un lado, como si de una escolta se tratase, de pronto Dragon decidiendo continuar con su labor del bar, aunque ahora acariciando el sexo de Slave por encima de los pantalones.

Slave jadeó suavemente, mirando al conductor del bus que los acababa de observar por el retrovisor, aún así sin poner reparo para nada, separando un poco las piernas y girando el rostro hacia él, mirándolo excitado y cruzando su brazo por encima del suyo acariciando su sexo por encima de los jeans.
Dragon gimió, sin habérselo esperado, apretando más el sexo de Slave con su mano, sintiéndolo erguido contra la tela y excitándose aún más.

- ¿No van a estar cansados luego? – preguntó el rubio, un poco rojo de nuevo, y mirándoos por un momento, antes de desviar la mirada hacia fuera.

-No me importa...- el moreno se inclinó, lamiéndole el hombro a Dragón jadeando contra su piel y oliéndola con fuerza cerrando los ojos y rozando la mano por el sexo y los testículos del chico, dispuesto a dejarse hacer lo que él quisiese -¿Falta mucho... para llegar?

- Unas calles más. – contestó el rubio como si no estuviera pasando nada, y sin voltearse al escuchar el ruido de los asientos, cuando Dragon haló a Slave hacia el suyo, besándolo y recostándose hacia atrás.

Slave se subió sobre él cómo podía, besándolo profundamente, entrando y saliendo de su boca excitado, apretando su sexo contra el muslo del chico y subiéndole la camiseta con una mano, lamiéndole el pecho y el abdomen. Bajando, hasta abrirle el pantalón con los dientes apartándole la ropa interior y succionando su sexo de pronto mientras se arrodillaba en el suelo, aún así acariciando sus pezones.

El chico gimió con fuerza, levantándose un poco contra la ventana, y Ren los miró, girando el rostro de nuevo inmediatamente hacia la ventana al ver lo que sucedía, y mirando hacia el frente, al notar que el bus se detenía.

-Les tengo que pedir que se bajen! Esto no es un motel... – el hombre les alzó la voz acercándose aunque no demasiado, seguramente por no ver aquello –Caballeros...- abrió las puertas señalando afuera

El moreno siguió lamiéndolo a pesar de todo, sujetándole las piernas y separándoselas más. Mirando al hombre aquel de soslayo y apoyando los labios en el abdomen de Dragon, alzando la vista para observarlo y ver qué quería hacer.

El chico de cabello rosa, miró al conductor del bus y luego a Slave de nuevo sonriendo y recordando lo que le había contado, jadeando. – No te detengas....

Slave jadeó con más fuerza entonces, continuando con las lamidas como si nada, succionándolo profundamente y sintiendo cómo se empapaba con su saliva. Aún así, mirando de soslayo a veces a aquel hombre cuidándose de que no se le ocurriera hacerles nada.

-Si no se bajan, llamaré a la policía, ahora mismo! Deténganse!- les insistió demasiado asustado por su aspecto y comportamiento como para hacer otra cosa. Miró al moreno que siguió como si nada, succionándolo dentro de su boca y acariciándolo con su lengua de forma incesante, Dragon gimiendo abandonadamente y acariciando su cabello, riendo un poco entre jadeos.

- No, usted no va a llamar a la policía. Se va a sentar en su asiento y va a seguir conduciendo, nos bajamos en la próxima parada. – comentó de pronto Ren, aún mirando por la ventana. – Eventualmente, dejarán de hacer lo que hacen y se podrá ir tranquilo.

Slave miró a Ren de soslayo, agradecido de que evitara que los molestase más y aún preguntándose si realmente era lo que parecía, suponiendo que realmente no. Cerró los ojos al notar que el hombre, tras dudar un poco, se volvía a su asiento protestando alguna cosa sobre los malditos maricones y demás. La cuestión es que no le importaba nada lo que decía, sólo el tacto suave y casi metálico sabor del sexo de Dragon, tan inflamado como estaba.

-Mhmmm... – Dragon sonrió, acariciando su cabello y alzándose un poco. – Ya puedes detenerte.... Me voy a morir pero ya puedes detenerte – se rió, más que nada porque quería esperar un poco, y porque lo había hecho en parte para molestar al conductor. – Así estamos a mano... – jadeó sonriendo.

El moreno se apartó de su sexo obediente, a pesar de que no hubiera querido hacerlo de haber elegido él y se levantó sujetándose con las manos a la barra vertical del autobús pegando su sexo a un lado de esta, dejando la mejilla contra una de sus manos, mirando a Ren y pensando en lo de antes –Lo acojonaste....

El rubio giró el rostro, ahora que era seguro mirar, aunque aún Dragon se acomodaba la ropa interior tratando de tranquilizarse un poco. – Sólo le dije lo que debía hacer. No deseaba que llamara a la policía.

- Dios... – murmuró el chico de cabello rosa, más por el calentón que aún sentía, sentándose bien ahora. - ¿Le viste la cara? Cuando me la comías, y luego... luego...

-No… se la vi más o menos- Slave se rió mirando a Dragon y luego miró a Ren –Pero lo acojonaste… por la manera en que lo dijiste…- el bus se detuvo frente a aquella parada y el hombre les gritó que se bajaran de una vez. El moreno sonrió ampliamente saltando afuera del bus sujetándose a las barras antes.

- Vamos a bajarnos. – Dragon frunció el ceño, haciéndose el serio por meterse con Ren y corriendo tras Slave, el rubio siguiéndolos, menos apresurado.

Slave se metió las manos en los bolsillos saltando un poco y empujándose contra Dragon porque sí -¿Y ahora qué? ¿Dónde vive esa tía?

- Al final de esa calle- señaló, la calle de enfrente. – Es una calle sin salida, y lo cierto es que.... bueno, no se pueden confundir de casa.

- Vamos, vamos, vamos! – exclamó el chico de cabello rosa, como sobrecargado por lo que había sucedido en el bus.

El moreno sonrió, sujetándole la camiseta y tirando de él un poco, besándolo profundamente y caminando hacia atrás unos pasos, soltándolo de nuevo antes de salir corriendo en la dirección que había dicho el rubio, más que nada porque tenía ganas de correr.

- Espera! – Dragon se rió, correteándolo con la mano extendida como queriendo alcanzarlo.

Ren los miró un momento, serio, pensando que con tanto escándalo no iban a llegar a hacer nada. Ese barrio era muy silencioso. – Oigan! – los llamó de todos modos, echando a correr tras ellos.

Slave se giró, sujetando la mano de Dragon y pegándolo contra él, rodeándolo con los brazos mientras miraba a Ren -¿Qué?- miró de soslayo a una de las casas que había al lado -¿Es esta? – preguntó, notando que era enorme realmente.

- Sí... – jadeó un poco por la carrera, mirándolos a ambos. – Si hacen tanto ruido, nos van a detener antes de que hagamos nada. ¿No lo notan? Por aquí no pasa nada a estas horas....

Dragon se quedó escuchando, prestando atención ahora y estremeciéndose de pronto. – Es creepy, parece un cementerio.

-Yo no hice nada, ni siquiera hablé…- murmuró el moreno, mirando a Dragon extrañado de que le pareciese inquietante el silencio –Una casa así debe tener alarma ¿no?

- Asumo que sí, pero las alarmas.... se disparan fácilmente ¿no? Por cualquier cosa. – sonrió el rubio, mirando por un momento hacia la casa.

-Si supieras cual es su cuarto…- el moreno miró hacia la casa fijándose en si había cámaras, pero no, a tanto no llegaban con la pijería.

- Eso no lo sé, pero vive sola, a excepción de los sirvientes. Lo que sí es seguro es que debe estar en la parte de atrás. No creo que durmiera viendo a la calle.

- Pues ¿qué hacemos? – Dragon saltó un poco impaciente, mirando alrededor.

- Yo digo que hagamos sonar la alarma, de manera que parezca un accidente. Y mientras están ocupados revisando un sitio, nos metemos por el otro.

Slave se subió por la puerta y saltó a la muralla. Caminó por el borde de esta mirando abajo y pensando que si se caía, seguro se rompía algo. Se descolgó por la parte interior y miró la puerta, pero tenía un panel con números y nunca antes había visto eso –Hay un panel con números aquí…- explicó desde dentro, pensando qué hacer. De todos modos, él estaba dentro sin problema, pero seguro que ellos se hacían daño saltando esa distancia.

- Es la alarma, debe tener un código para desactivarla. Una cosa, ¿ves algún papel o algo pegado con números? O tal vez....Ya sé, podemos intentar con su fecha de nacimiento. Era la clave de su ordenador y de la alarma de su oficina.... – sonrió, pensando que de veras era estúpido usar la misma clave luego de decírselo a medio mundo.

Dragon mientras, estaba saltando, tratando de ver dentro de la casa, y en realidad, de ver si podía subir al muro también. Entonces tal vez no necesitasen nada de eso.

-¿Cuál es la fecha? Si la meto mal, seguro que salta… entonces salid corriendo…

El rubio se apresuró a decirle la fecha, a sabiendas de que saltaría de todos modos, si no intentaban algo pronto.

- ¿Es esa? Funciona? – preguntó Dragon entusiasmado.

La puerta se abrió lentamente, y Slave se quedó en el interior, sonriendo y mirándolos afuera, esperando a que pasasen y caminando por el borde, pegado a la pared para dar la vuelta a la casa hacia la parte trasera –“Realmente es muy corta”- susurró.

- “Más de lo que imaginas” – le susurró el rubio de vuelta, reído.

- “Me gustaría vivir en un lugar así, lo convertiría en un club gigantesco” – susurró por su parte Dragon que se aguantaba la risa, sólo porque ahora estaban dentro.

Slave miró adentro pensando que a él no le hubiera gustado nada estar en un lugar así tan acostumbrado como estaba a vivir en casas y lugares abandonados, incluso le resultaban interesantes. Se quedó parado, mirando a la parte trasera de la casa notando que estaban las cortinas cerradas sólo en uno de los cuartos –“Debe ser ahí… cierra las cortinas para dormir…”

- “Para privar al mundo de sustos” – susurró el chico de cabello rosa, riendo en bajito de nuevo.

- “Vayamos entonces” – Ren echó a correr hacia la casa, con rapidez, por un momento olvidando su cautela.

El moreno corrió hacia la casa también siguiendo a Ren -¿Qué vas a hacer? ¿Entrar por la puerta sin más?

El chico se detuvo, girándose y entrando en razón. – No, no puedo hacer eso, tal vez haya alguna ventana sin asegurar. – Lo miró a los ojos como agradeciéndole silenciosamente, observando a Dragon que se acercaba más silenciosamente para variar.

-Seguro que sí… Quién aseguraría las ventanas del segundo piso … más cuando eres así de corta… seguro que además se cree muy segura… saltó al tejadillo que había encima de la puerta y de ahí sujetó las manos a una de las ventanas fijándose en algo entonces sin llegar a treparse –Hay una ventana abierta ahí arriba del todo… ¿será una buhardilla?

- Ha de ser.... Igual servirá. – el rubio alzó el rostro pensando en trepar tras él, y siendo adelantado por Dragon, que se sujetó del tejadillo, apoyando el pie contra la pared y por poco cayéndose. – Ten cuidado...

-Sí…- se giró a mirar a Dragon y por poco se ríe, sonriendo y alzándose por fin con las manos, por el marco de la otra ventana. Apoyándose ahí y mirando adentro, pero todo se veía totalmente tranquilo. Le extendió la mano a Dragon –“Vamos, sube… te alzo luego hasta la de la buhardilla… “

- “Voy subiendo...” – le susurró, reído, y alzando la mano para que lo ayudase, Ren subiendo de igual manera tan sólo un poco después, aunque sorprendentemente, él no lo encontró tan difícil.

Slave lo sujetó por la cintura, levantándolo y lo alzó por las nalgas para que se prendiese de la buhardilla, y ayudó al rubio a subir después esperando a que Dragon entrase para subir a Ren.

El chico de cabello rosado, miró a su alrededor, mientras el rubio subía, ayudado por Slave. Estaba oscuro y se notaba que allí no entraba ni un alma desde hacía años. Se le iluminó el rostro, pensando que habían encontrado el escondite ideal.

El moreno saltó después de ellos, entrando luego lentamente en la buhardilla, mirando alrededor también y examinando un poco las cosas, cubiertas de polvo y telas de araña algunas. Sonrió, pensando que era divertido aquello, pasara lo que pasara después. Abrió un baúl mirando adentro, algunas fotos, cartas, cogió un reloj de cadena y lo abrió notando que no funcionaba. Aún así se lo guardó en el bolsillo porque le parecía bonito.

Dragon se acercó, rebuscando también, incitado, sacando una caja de música y dándole cuerda sólo porque sí. No podía evitar hacer esas cosas. La música surgió, resonando en el silencio de la noche, y Dragon cerró la caja, riéndose. – Ups....

- No, déjala.... Tengo una idea. – Ren se rió también, tocando la caja en las manos del otro chico.
-
-¿Qué haréis?- el moreno sonrió preguntándose si pensaban acojonarla haciendo algo extraño. Aun sentado en el suelo y mirándolos desde allí –No creo que ella suba por nada ¿no? Seguramente le diría a sus sirvientes o algo… ¿o no?

- No, ella no va a subir. Pero se va a preguntar ¿qué hace esta caja de música junto a su puerta, y sonando nada menos?

- Podemos dejarle una nota con ella. – se rió Dragon imaginándose lo acojonada que estaría.

-Vale… podemos insinuar que Ren se murió en la cárcel, que lo mataron… por su culpa… pero que no la escriba él, podrían reconocer su caligrafía… - se acostó en el suelo mirando un poco más las cosas que había por ahí –No tenemos para escribir…- alzó la vista mirándole a Ren desde abajo.

- Yo sí, genio.... – se rió el chico, sacando un bolígrafo y entregándoselo a Dragon. - ¿Quieres hacer los honores? Sería mejor con sangre pero eso sería decirles “vengan a buscarme”

- Bueno, y ¿qué escribo? Hum.... “ “Te estoy esperando....” “Por tu culpa” “Tú me mataste?” – se rió más aún, sentándose en el suelo.

-Sí, eso…- Slave se rió girándose en el suelo y apoyando la cara sobre una de las piernas del chico mirando cómo escribía –La próxima vez podemos usar sangre de animal… De todos modos, ella no lo va a notar así que…

- No..... escríbelo como si te costase trabajo- le indicó el rubio, mirando luego su escritura y pensando que ni tenía que advertirle. Pon atrás.... “Quería devolverlo.... “

Dragon se rió escribiendo, y entregándole el papel luego.

Slave lo miró, pensando que no sabía escribir muy bien. Claro que era lógico, él no venía de una familia normal como la suya. Se levantó y miró a Ren –¿Quién la lleva?- la limpió de huellas cogiéndola con un trozo de trapo que había por ahí –Piedra, papel o tijera…- se rió pasando la mano tras la espalda.

Los otros dos chicos hicieron lo mismo, sacando los tres, la mano a la vez. – Ah! - exclamó Dragon al ver que ambos sacaban tijera, y él papel. – Vale, de todos modos, me tocaba el paseo- se rió, aunque lo cierto es que le entusiasmaba.

- Trata de no hacer ruido, ¿quieres? Y regresa apenas dejes la caja. – le aconsejó Ren, sin fiarse mucho.

- ¿Un beso de buena suerte? – el chico se acercó a Slave, como esperando.

El moreno sonrió, cogiéndolo por las nalgas y subiéndolo sobre él a horcajadas, besándolo profundamente de forma un tanto violenta, en parte porque sabía que así le gustaba. Dejándolo bajar después, aún besándolo y enredando los dedos en su cabello. Le besó el cuello, rozando su sexo con la mano –Buena suerte…- le susurró reído al oído

Dragon suspiró exageradamente tocándole luego la mejilla a Ren, haciéndolo sonrojarse un poco. – Me voy a ser tu fantasma – se rió, saliendo silenciosamente, y bajando por las escalerillas, tanteando en la oscuridad.

Slave se sentó encima de una mesa, mirando los cajones, realmente poco preocupado porque confiaba en Dragon por más loco que estuviese. Abrió una cajita, observando algunas joyas antiguas y cogió un anillo, oliéndolo y arrugando la nariz porque hacía hedor a plata vieja. Aún así, se lo puso en el dedo del medio revisando las otras cosas que había allí –Mira…- le mostró un broche con forma de unicornio –icono gay… - se rió.

Ren le sonrió tomando el broche, y observándolo. – Icono gay lujoso. No creo que se enteren si nos llevamos todo esto, ¿sabes?

Dragon se deslizó por el pasillo, notando que no había ni un movimiento. Era obvio que no se habían dado cuenta de su intrusión. Trató de recordar el número de ventanas desde fuera, abriendo una puerta con sumo cuidado, y asomando la cabeza en la oscuridad, sonriendo al ver que definitivamente la pija estaba durmiendo allí. Se agachó en el suelo, dejando la cajita que llevaba sujeta con su camiseta para no dejar huellas, con la nota dentro, y dándole cuerda para que sonase, cerrando la puerta tras de sí y subiendo tan rápido como podía, sólo en caso de que despertase antes.

Slave le cogió el broche de vuelta y se lo colocó en el jersey, pensando que era bonito después de todo –Si están aquí, será porque no le gustan… a ti te queda bien- se giró al abrirse la puerta y sonrió al ver a Dragon con cara de haber corrido –Vamos…- salió por la ventana, bajando a toda prisa a la ventana y saltando al tejadillo. De ahí a la hierba, y corriendo por el borde de la muralla amparado en las sombras, esperándolos y viendo que se encendía la luz del cuarto, notándolo aún a través de las cortinas.

La chica se había sentado de golpe en la cama y había prendido la luz que estaba en la pared, con el corazón en vilo. Observando la caja de madera sonando y la nota desde allí. Empezó a gritar llamando a una sirvienta por su nombre y tapándose un poco con la sábana.

Tanto Ren como Dragon siguieron al moreno, aunque el primero se quedó sólo un momento, guindado de la ventana, para escuchar a la chica gritar, antes de saltar y echar a correr por el jardín.

Slave los esperó allí y ayudó a Dragon a trepar por la muralla –Cuidado al saltar… Si está muy alto, espera que te ayude…- le pidió, subiendo luego a Ren y saltando seguidamente ayudándose de los pies para treparse más rápido y descolgándose por el otro lado para reducir la caída. Cayendo de cuclillas en la acera y por poco, acabando contra el suelo.

- Allá voy.... – anunció Dragon como si nada, saltando de igual manera y cayendo , con un golpe seco, quejándose un poco.

Ren, por su parte se descolgó, quedando guindado con los brazos lo más extendidos posibles, para acortar distancia entre sus pies y el cemento. Aun así, Slave ayudándolo a bajar para que no le pasase como a Dragon, riéndose por el palo que se había pegado contra el suelo –No hagas eso… que como te rompas algo, te morirás del tedio después…- lo ayudó a levantarse, demasiado reído sin poder evitarlo.

- No me voy a romper nada. – se rió aunque le dolía y seguro le saldría algún morado.

- Mejor no, tenemos que irnos, ahora. No tardarán en encender las luces y todo eso.... – les recordó el chico, preguntándose si no sería muy tarde para tomar el bus. Y a la vez pensando en que no quería que los atrapasen esperando el bus como tontos.

-Vale…- el moreno echó a correr al lado contrario por el que habían venido más que nada por despistar y los miró, corriendo hacia atrás esperándolos un poco al disminuir la marcha –Aún son las doce…- mintió, mirando el reloj reído porque en realidad eran antes de las cuatro de la mañana –Es pronto. ¿Dónde vamos? Ren… ven con nosotros… quiero que me cuentes cosas de la cárcel…

- Buen intento..... – le sonrió el rubio mostrándole su muñeca, y por ende, su reloj, que sí funcionaba. – Pero al menos hubieras dicho que era la una.

- Cierto, Slave! Pero igual nos vamos a algún lado. Esto es para celebrar. – se rió Dragon, aún corriendo. – Vamos..... vamos a mi casa, pero primero compramos algo de beber.

Slave se rió pensando que efectivamente a las doce era la hora en que se habían citado, pero de todos modos, no había tenido intención de que se creyesen su mentira –Vale, hace tiempo que no bebo… más que una cerveza… tendremos que comprar Champagne para poder celebrar…- se rió frotándose la nariz con la mano.

- Yo creo que sólo tenemos para algo de vino barato. Tal vez debimos saquear su cocina antes de salir. – Dragon comentó, sonriendo aunque levemente serio en su idea.


- No lo sé, se supone que tengo una entrevista mañana....

- No seas aburrido, apenas nos empezamos a divertir....

-Déjate de eso… a ellos no les importará si tienes resaca o no, sólo les importará que has estado en la cárcel… ¿Por qué no te quedas en el edificio que estamos nosotros y te ahorras el alquiler?- lo miró, caminando a su lado intrigado por su modo de vivir –Cuando lo demuelan, vamos a otro y ya está… y yo sí tengo dinero para comprar eso si quiero…pero luego me quedo sin…- se rió un poco pensando que por eso no se lo iba a gastar –Tampoco es tan caro…

- No te vas a quedar sin dinero, nos embriagamos con otra cosa. – lo empujó Dragon, riéndose.

- Pues.... tarde o temprano se me va a acabar el dinero pero... por ahora tengo agua corriente. – les aclaró el chico, haciéndoles saber por qué no se mudaba. – Puedo quedarme esta noche aún así.

- Bueno, pues ¿podemos bañarnos en tu piso? – el chico de cabello rosa, preguntó sin más tapujos, haciéndolo reír.

- Claro, cuando quieran.

Slave se quedó mirándolo –Donde yo vivía, también había agua, sólo que fría… pero había un muerto en la puerta…- se rió, pasándose la mano por el cabello negro, echándose hacia atrás –Entonces quédate a pasar la noche con nosotros, aunque no se ve una mierda…- sonrió, entrando en una tienda veinticuatro horas, mirando los licores bajo la mirada del chico que la atendía, seguramente preocupado de que le robase. Apoyó una botella de Wishkey delante de la caja y lo miró a los ojos pensando en pegarle un puñetazo sólo por ser tan cargante juzgando, aunque juzgase bien.

- Ey.... a mí me agrada mi vela... – protestó Dragon, riéndose luego porque era cierto. No se veía casi nada.

- Yo pago, ya que me invitan a su casa, debo llevar el licor. – se ofreció Ren. Mirando al moreno, mientras Dragon se paseaba un poco por la tienda, rebuscando entre las botellas de una manera no muy considerada con quien tuviese que ordenarlas.

-Lo pagamos entre los tres, ninguno tiene dinero, es lo justo- el moreno lo miró, pensando que siempre estaba siendo educado y dejó la botella en la caja caminando hasta Dragon y besándole el cuello desde atrás rodeándole el pecho y mirando a ver qué estaba buscando. -¿Tienes algo de comer allí aparte de esto?- le sujetó el paquete con una mano apretándoselo un poco y mirando al cajero que cada vez se ponía mas nervioso mirándolos- ¿O cogemos algo? “Mira al cajero”- susurró al final, bajando la vista él.

- “Ya lo vi..... y ya he cogido varias cosas” – se rió bajito mostrándole algunas bolsitas que tenía espachurradas por la cintura del pantalón y bajo los bordes de su camiseta, así como algunas botellitas pequeñas de regalo.

-Vale…- sonrió apartándose y esperando en la caja delante del hombre que seguía mirando a Dragon sin fiarse nada.

El chico por fin se reunió con los otros dos, guindándose del cuello de Slave, y entregándole su parte del pago. –Se me olvidaba... – se rió, usando eso como excusa `para estarlos esperando de lejos y para tanta demora.

Slave dejó su dinero también en la mesa metiendo las cosas en la bolsa conforme el hombre iba cobrándoselas y salió riéndose por fin en cuanto estuvieron en la calle, cargando con la bolsa y escondiéndose un poco más allá en la pared mostrando varias velas y guardándolas en la bolsa –Pensé que nos haría falta mas iluminación.

- Eres increíble, Slave! – lo celebró el chico de cabello rosa, riendo.

- No me di cuenta de cuando hiciste eso... – Ren sonrió, pensando que no se podían estar quietos.

- Mientras metía mano a Dragon…- el moreno caminó con ellos hacia la casa del chico pensando que estaba un poco molido de la caminata o más bien, de andar saltando muros y trepando paredes –Tengo hambre… ¿vosotros no?

- Algo.... igual tenemos lo de la tienda y...... algunas cosas que ya tenía de antes. Nada que necesite refrigeración, asi que no se preocupen.

- No me preocupaba, no como mucho tampoco. – le aseguró el rubio, aunque más bien estaba acostumbrado por su presupuesto y porque al menos hasta ahora, no solía reabastecerse robando.

-Yo sí como mucho…- el moreno los miró, pensando que estaban delgados y se frotó la nariz con la mano pensando que igual moría de hambre. Normalmente se gastaba todo su dinero en comida y drogas, nada más. Se paró en un café y salió al cabo de un rato con una hamburguesa porque no se fiaba nada de lo que Dragon pudiera tener para comer.

 
 

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