Capítulo 8 - Todo es Corrompible
Dragon se pasó la mano por el cabello, sacudiendo la cabeza,
bastante más relajado, luego de aquellas horas en el sauna.
– Ne, Slave, acabo de recordar que dijiste que venías
en coche. Pero igual no me importa caminar. Me siento bien. –
se rió, habiéndose tragado otra pastilla contra toda
indicación, pero no quería que se le pasase el efecto
aún.
-¿Eh? Yo no dije eso… ¿lo dije?- lo miró
pensando que no lo recordaba para nada además y se rió
–Aunque si quieres podemos coger uno…- se rió
y luego recordó al rubio –Pero no creo que el rubito
ese esté muy de acuerdo… no quiero que después
recuerde lo malo que fue durante sus oraciones y nos denuncie a
la policía…
- ¿El rubito? – se quedó mirándolo totalmente
perdido ahora él.- Oh, Ren... – recordó, echándose
a reír por su propia confusión. – Creo que estás
equivocado. Creo que sólo es un poco raro. Y no sé
para qué lo invitaste si no te agrada.
-Porque me dio un poco de pena que estuviera tan solo y precisamente
por eso… porque puedo estar equivocado y está bastante
bueno… Además… todo es corrompible… nadie
es bueno… ni responsable ni pollas… sólo tienen
miedo… o aburrimiento crónico…
- Me encantas, ¿sabías? Deberían darte un
premio por existir! – alzó un dedo al cielo como proclamándolo
número uno, y riendo de nuevo.
Slave se rió, mirándolo, pensando que estaba como
una cabra, y empujándolo con el hombro, mandándolo
contra una señora que pasaba y haciendo que se chocase con
la pared. Corrió un poco entre la gente, empujándolos
–Vamos! Intentaré buscar mi trofeo de la existencia…
- Allá voy! – le respondió el chico, corriendo
tras él y de paso empujándose también con la
gente ignorando sus protestas, hasta chocarse con Slave de nuevo,
riendo a carcajadas.
El moreno se golpeó contra una señal en el hombro
–Ay…- se rió sujetándolo por la cintura
y alzándolo, cargándoselo al hombro reído y
parándose frente al bar mirando adentro por ver si estaba
allí el chico ese -¿Cómo era que se llamaba?
De nuevo…- se rió metiéndose la mano en el bolsillo
y esnifando, pasándole luego a Dragon.
- Re-n – murmuró el chico, bromeando, y esnifando
sin preocuparse mucho de la dosis que llevaba encima. – Siempre
se sienta en la misma silla.
Slave entró y lo miró desde la puerta silbándole
para ver si se enteraba y salía con ellos de una , notando
que seguía vestido de aquella manera.
El rubio se levantó al notarlo, sonriendo al ver cómo
llevaba a Dragon. – Hola. Creí que había llegado
tarde.
- No, no llevamos reloj.- se rió Dragon, muy cómodo
por su parte.
-No… ¿tú sí?- el moreno le miró
la muñeca notando que sí llevaba –Ven…
vamos a Catkill… a ver si ha habido suerte con lo de la pelea…
¿al menos bebes?
- Claro que bebo. – asintió, pensando que se había
bebido una cerveza frente a él. – Aunque no creo que
pueda apostar, no tengo mucho dinero ahora.
- No importa. Es que Slave piensa que eres un santo... –
se rió el chico. – Pero Slave es un ángel, realiza
fantasías....
-Sí…- Slave se rió un poco porque ahora estaba
colocado aunque seguramente le hubiera dado algo de reparo que se
lo dijera así de estar sereno –Porque eres tan responsable…
ya veremos… si lo eres… - bajó a Dragon de su
hombro y echó a caminar con ellos hacia allí.
- ¿Es malo ser responsable?
- Sólo si no te sabes divertir – respondió
el chico de cabello rosa, que ya estaba hiperactivo como siempre.
– De veras, amo ese lugar.
-Yo también… es mi casa…- susurró el moreno
mirando al recién conocido -¿Cuántos años
tienes? ¿Veinte?
- Veintidós. – contestó el chico, mirándolo
de vuelta.
- ¿De veras? Te ves más joven. – Dragon continuó,
como siempre hablando más de lo necesario. – Me pregunto
si me hubieran dejado entrar al Catkill si fuera menor de edad.
No me veo menor de edad ¿ o sí?
-Uf…no sé… sí te ves menor de edad…
- el moreno se rió –pero te hubieran dejado entrar
igual, mientras vayas con alguien de fiar… les importa media
mierda. De todos modos, si la poli hiciera una redada, lo más
flojo que verían allí sería un menor…
Pensé que eras menor además… y por eso me dio
más morbo follarte pensando que estaba corrompiéndote…-
susurró su oído sonriendo luego –Mentira…
Dragon se rió, tocándole el brazo. – Puedo
ser menor si eso quieres, pero acabo de cumplir los 18. Pero seré
menor por ti...
-Hasta los veintiuno eres menor…- se rió inclinándose
hacia él y mordiéndole el cuello un poco, cerrando
los ojos y oliendo su piel un momento. Metiéndose entre las
calles después, delante de ellos caminando hacia el local
–Viene conmigo el rubio…- aclaró al portero,
atravesando aquella tenue oscuridad plagada de luces y humo de colores.
Se giró un momento mirándolos y como siempre se hizo
paso a base de apartar a todo el que se le metía delante.
- Yo no creo.... ya debería ser mayor a esta edad. –
se quejó el chico de cabello rosa que ni se enteraba de las
leyes, siguiendo a Slave por entre la gente como si ya fuese su
hogar también. – No vienes? Ren! – lo llamó,
al ver que se quedaba atrás un poco.
El rubio se hizo paso entre la gente, alcanzándolo. –
Lo siento, es que me distraje por un momento.
-Se distrajo pensando ¿Seguro que quiero entrar aquí?
Mami… quiero irme a casa…- Slave le susurró a
Dragon al oído y se rió maldito. Pasando a buscar
a Ren y cogiéndolo de la mano para ayudarlo a apartar a la
gente que parecía no notar que alguien quería pasar
si no los sacaban de un empujón.
El rubio dueño del Catkill se acercó a Slave y el
moreno lo miró sonriendo levemente agachándose como
siempre para que lo acariciase. El chico le pasó la mano
por el pelo en la nuca y le dio la bolsa con las pastillas, recogiendo
el dinero que le daba el moreno y repitiendo el ritual de la noche
anterior para suministrarle una –Se te ve contento…
qué extraño…- le susurró antes de separarse
y gritarle –Tienes a uno! Media hora, no lo mates!- se rió
arrastrado por su novio.
Dragon sonrió de medio lado, murmurando. - Ya veremos...
– aunque igual y no le decía nada. – Ne, Ren,
¿te gusta el lugar? No quieres irte ¿o sí?
– le preguntó siguiéndole un poco la maldad
a Slave.
- No, es sólo que no salgo así desde hace mucho.
– lo miró a los ojos. – Estoy algo desacostumbrado.
-¿Y cuando salías, qué hacías?- lo
miró estirándose el cuello un poco y preguntándose
si no estaba demasiado colocado para pelear, no quería perder.
Sacudió la cabeza bebiendo agua del botellín que le
había traído el dueño -Deberías relajarte
un poco…
- Supongo. – suspiró, mirando el techo y luego bajando
la cabeza de nuevo. – Salir, bailar, tal vez beber algunos
tragos. Tampoco salía mucho.
- ¿Sabes lo que necesitas? Una cerveza! Yo necesito una
cerveza, Slave.... no, Slave no – se rió Dragon, notando
la cantidad de agua que estaba bebiendo y a sabiendas de que se
la iba a rechazar de todos modos.
-Dios… te vas a morir sin haber hecho nada…- suspiró
el moreno pensando que era peor que un contable –… baila
conmigo…- lo sujetó de las manos tirando de él,
llevándolo hacia la gente e internándose entre ellos,
sujetándolo por la cintura y pegándose a él
seguramente más de lo necesario, pero además estaba
demasiado colocado para pensar ni medianamente bien.
- De veras... - El rubio le pasó un brazo por el cuello,
bailando con él sin ningún problema, y mirándolo
al rostro, sonriendo un poco, mientras Dragon se alejaba hacia la
barra a por la cerveza.
-¿Hace cuanto saliste de la cárcel?- preguntó
mirándolo a los ojos y bajando a su sonrisa pensando que
era un poco extraño.
- Dos meses. – le respondió, devolviéndole
la mirada. – Es extraño estar fuera de nuevo. Te acostumbras...
-Pero yo me desesperaría… parece un coñazo…-
se rió pensando que seguramente eso a él no le importaba
porque también parecía un poco coñazo. Bajó
la frente contra su hombro riéndose con algo de dificultad
para detenerse -¿Vives en la calle?- preguntó por
fin consiguiendo detenerse.
- No, te dan algo de dinero cuando sales, así que renté
un piso. Por eso no puedo apostar, significa menos días de
alojamiento. – subió el otro brazo, rodeando su cuello
con ambos ahora. – Y sé que te estás riendo
de mí.
Slave lo miró a los ojos riéndose de nuevo –Sí…
porque eres tan serio en todo….- se rió sin poder controlarse
–y además estoy tan colocado… - le sujetó
los brazos con las manos acariciándoselos hasta sujetarlo
por la cintura de nuevo rozando la cara contra la suya -¿Seguro
que no quieres probar a colocarte? No pasará nada…
y todo es más intenso así…
- No estoy seguro de querer que todo sea más intenso...
– sonrió, aunque sin separarse. – Y estar en
la cárcel no te hace el alma de la fiesta. Tampoco sé
si te agradaría más relajado.
-¿Por qué no? Yo creo que sí me agradarías
mas… ¿lo pasaste mal allí?- lo miró a
los ojos igualmente sin acrecentar la distancia.
- No, fue una fiesta.- se rió, aún mirándolo.
– Por supuesto que lo pasé mal. Tú no tendrías
problemas supongo.
-No sé… a todos nos pueden dar por la espalda…-
se rió por lo que había dicho el rubio imaginando
una escena hilarante en la que te recibían con cava y comida
al entrar en la cárcel y lo miró a los ojos aún
reído –Eres muy guapo… seguro que las pasaste
putas…- sintió que bajaban la música un poco
y miró al ring –Tengo que ir…
- Gracias, supongo. Vas a ganar ¿cierto? – se apartó,
dirigiéndole lo más cercano que podía decir
a un “buena suerte” y observando como Dragon se acercaba
casi corriendo y empujando a todo el mundo con una botella a medio
terminar y otra en la otra mano.
-Sí…- sonrió pensando de nuevo que estaba muy
colocado y miró a Dragon apartando a uno de un manotazo,
para hacerle sitio y acercándose para lamerle el cuello y
la mandíbula –Deséame suerte… - se rió
acercándose al ring y saltando por entre las cadenas mientras
presentaban al otro. Quitándose los pantalones de cuero sin
vendarse las manos. Poniéndose unos guantes sin dedos que
le estaba poniendo su entrenador y un refuerzo en los tobillos.
Escuchó de nuevo los gritos de la gente al quitarse la ropa
y sonrió con la vista un poco perdida -¿Seguro que
puedes luchar Slave?-le preguntó el dueño -¿Slave?
-Sí puedo… - se frotó la nariz estallándose
el cuello y frotándose la cara con fuerza -Vamos…
- Sí! Arriba Slave! – gritó el chico de cabello
rosa, alzando un puño en el aire. – ven, ven, es asombroso.
– llamó al rubio como si fuera el presentador de un
circo o algo y entregándole la botella de cerveza para desocupar
la mano.
Ren se rió con suavidad, mirando al ring de todos modos,
interesado.
El chico al otro lado sonrió de medio lado viendo lo colocado
que estaba –Te voy a partir la cara…- le susurró
aún sin acercarse. El moreno asintió con la cabeza
como si le diera la razón, esperando a que se acercara, pero
no se movió, haciendo que el moreno se preguntase por qué
no se acercaba de una vez entonces. Pero seguramente sabía
que si lo hacía, le pegaría una patada en la cara,
de hecho, lo estaba esperando. Se acercó él entonces,
agachándose al ver que le iba a pegar un puñetazo
y haciéndole un barrido con la pierna, apoyando las manos
en el suelo y tirándolo, aunque aún así el
chico al levantarse le pegó un puñetazo en la boca.
Se fue hacia atrás y escupió sangre al suelo, rozándose
la mandíbula con la lengua notando que se había clavado
un piercing que tenía bajo el labio. Pensando que no debía
haberse tomado esa otra pastilla. Saltó al suelo, apoyando
las manos y le golpeó con la rodilla en la cara, gritando
al descargar el golpe y pegándole una patada en el estómago
cuando estaba en el suelo, levantándolo un poco del golpe.
- Eso! Destrózalo Slave! – le gritó el chico,
con el ceño fruncido. No le había agradado nada que
lo consiguiera golpear, pero claro, era una pelea. Seguro a Slave
le agradaba más así. Sonrió, alzando la voz
aún más. – Devuélvesela!!!!
Slave sonrió jadeando al escuchar la voz de Dragon y lo
levantó por el cabello, alzando la otra mano cerrando el
puño y tensándolo con fuerza, para después
descargarlo sobre la cabeza del otro que cayó contra el suelo
con un sonido de golpe seco.
Dejó caer los cabellos que había arrancado sobre
él y se quedó quieto, escuchando los gritos de que
lo acabase, de nuevo pasando de todo porque se lo había prometido
al dueño del local que se acercó a él, levantándole
la mano como siempre -¿Es que no quedan hombres? Todos soys
unos maricas!!- les gritó riendo y besándole la mejilla
a Slave que estaba mirando como su sangre goteaba en el suelo desde
los labios y dentro de la boca.
- Eso! Todos maricas menos Slave! – gritó el chico
riendo, nuevamente.
Ren se rió también, aplaudiendo y bebiendo luego
de lo que quedaba en la botella, empezando a disiparse un poco sus
dudas.
El moreno se rió al escucharlo, cogiendo el dinero que le
daba el dueño, parte de lo que se sacaba con las apuestas
a su favor, y bajó entre las cadenas, poniéndose los
pantalones y las botas de nuevo.
-No vuelvas a luchar sin las cuerdas!- le gritó el entrenador.
-Podrías hacerte daño en la mano y lo sabes…después
a ver cómo te ganas la vida- Slave asintió con la
cabeza poniéndose las botas y sin hacer nada cuando el hombre
le empujó la frente con un dedo antes de retirarse con otros
que estaban por allí. Sabía que tenía razón,
pero casi nunca usaba los puños, las piernas llegaban más
lejos, eran mas rápidas y más fuertes.
Dejó que uno que no conocía de nada, le limpiase
el sudor y la sangre del pecho con la camiseta que luego se puso
de nuevo como si fuera un tesoro y Slave apartó la cara frunciendo
el ceño cuando fue a tocársela con un pañuelo.
Levantándose de donde estaba apoyado, y caminando entre la
gente sin hacerles caso aunque le dijeran lo que fuera. Se detuvo
y cogió el chupito de tekila que le extendían. Se
lo metió en la boca de golpe moviendo el líquido dentro
y escupiéndolo a un lado solo por lavarse la herida.
Acercándose por fin a los chicos con los que había
venido, mirando al suelo y tocándose el labio partido aunque
le dolía más la boca por dentro de haberse clavado
el pincho –Les gusta más cuando sangro… sólo
me dio porque me he pasado…- sacudió la cabeza un poco
de nuevo.
- Era cierto, realmente eres bueno. – le comentó el
rubio, pensando ahora que debió haber apostado, aunque no
le interesaba tanto.
- ¿Bueno?! Es asombroso! Pero me puse nervioso cuando te
dio. – se rió Dragon como si fuera algo vergonzoso
ponerse nervioso.- ¿Te duele? ¿Necesitas hacer algo?
-No sé qué hacer… - se tiró del labio
lamiéndose la mandíbula de nuevo –Me clavé
el piercing, eso es lo que me duele, no el puñetazo…
Fue mi culpa por haberme tomado otra pastilla después de
la de la tarde…- tocándose el labio de nuevo y mirando
a Dragon de pronto –Me duele…- le repitió acercando
los labios a los suyos.
Dragon le sujetó el cuello, besándolo con suavidad,
y lamiendo un poco su mandíbula, como tratando de consolarlo
un poco.
- Creo que.... no deberías lamerlo, se le puede infectar.
– le aconsejó Ren, sintiendo que interrumpía
un poco. – Si te pones un poco de mercurio cromo debería
estar bien.
-No, prefiero esto…- el moreno entrecerró los ojos
dejándose besar bajando un poco más la cabeza y apoyó
la frente contra el hombro de Dragon mirando al rubio de soslayo
-¿Apostaste por mí?
Ren negó con la cabeza. – Te dije que no podía,
pero me arrepiento. No sé para qué me pongo así.
– suspiró, mostrando un poco su hastío a causa
de la cerveza.
- Yo apostaría por él todas las noches si pudiera.
¿Quieres que apueste por ti, Slave? Voy a apostar por ti.
– Dragon lo besó de nuevo, bajando el rostro y lamiéndole
el cuello ahora.
-Ganarías pasta... yo no puedo apostar por mí…-
entrecerró los ojos estirando el cuello para dejarle más
espacio –Te daré la mitad de mi dinero, tú haz
lo mismo y lo apostaremos por mí… ¿te atreves?-
sonrió mirándolo a los ojos y besándolo de
vuelta rodeándolo por la cintura, agradecido de que confiara
en él de ese modo. Miró al rubio de nuevo sin comprender
qué le pasaba -¿Qué te pones como? ¿Qué
te pasa?
- Tan... cuidadoso, no solía ser así. – lo
miró, dejando la botella que aún llevaba en la mano,
sobre una mesa cercana. – Supe que ibas a ganar, y aún
así,..... pensé que no debía.
-¿Por qué no apuestas con nosotros dos la próxima
vez? Hace... un año que no pierdo... nunca... ni siquiera
siento miedo... ni dudo... – se sentó en una de las
banquetas mirando al barman que le ponía un hielo cerca del
labio. El moreno se lo sujetó ahí sintiendo que se
le derretía por la cara y la mano aunque sin que le importase
nada –No volverás a la cárcel...
- Eso espero. – se apoyó en la barra, sonriendo, pensativo.
– Lo apostaré todo, la próxima vez.
- Eso. – Dragon lo animó, sentándose al lado
de Slave y pidiendo otra cerveza, empezando a beber apenas se la
pusieron delante.
-Hazlo... si intentan meterte en la cárcel... no estás
solo, podemos huir... Ayer, Dragon y yo huimos de dos coches patrulla...
con un coche robado- se rió mirando al chico de pelo rosa
un momento –Fue ... un subidón genial...pensé
que podría morir feliz ayer... era el momento para morir...
pero pasó...
Y ahora es el momento para vivir... y robar más coches.
– el chico se sujetó de su cuello, pasándole
la botella a Ren. – Bebe, anda...
El rubio se echó a reír aceptando y bebiendo un trago
largo. – No importa, ¿verdad? No puedo conseguir trabajo,
y ni siquiera lo quiero de veras. Todo lo que hago es perder el
tiempo, me estoy cansando....
Slave se rió bebiendo un poco de agua –Pues si te
estás cansando, para con esa mierda ya... – se pasó
la mano por la nariz dejándose caer sobre Dragon, para apoyarla
espalda en su pecho y ver mejor al otro -¿Qué te gustaría
hacer? Hagámoslo...
- No lo sé aún... algo arriesgado, algo... –
sonrió de manera algo extraña, pasándose la
mano por el cabello. – Venganza, me gustaría vengarme.
- ¿De quien? – Dragon lo miró, interesado,
acariciando al moreno, y sujetándolo contra sí.
- De la tía que me envió a prisión. Me gustaría
hacerla pagar.
Slave se rió mirándolo y sujetando una de las manos
de Dragon llevándola a sus labios, lamiéndole los
dedos y mordiéndoselos un poco aún sonriendo como
pensativo -¿Quieres que le hagamos una putada? ¿Una
muy gorda? ¿Sabes qué le jode?
- No estoy seguro, pero a la reina no le agradaba mucho hablar
con nosotros los plebeyos, si me entienden. No creo que me considerase
siquiera alguien digno de su atención. – contestó,
frunciendo el ceño por un segundo y continuando luego. –
Creo.... creo que le molestaría que alguien así la
sobrepasara. Que alguien a quien ni siquiera miraría dos
veces, tuviera control sobre su vida.
-¿El control?...- Slave lo miró a los ojos fijamente
riéndose un poco -¿Qué podemos hacer?-echó
la cabeza atrás un poco mirando a Dragón –Yo
no hago grandes planes... me gusta improvisar...
- Sí, yo digo que le demos una paliza – se rió
el chico, tan fino como siempre.
- No estaría mal, pero eso tal vez la ayudaría. –
se rió un poco malditamente el rubio, mucho más relajado
luego de terminarse la segunda botella. – Podemos asustarla
simplemente, hacerla sentir que no está segura en ningún
lado. No tiene que ser nada grande, sólo... sugestionarla.
Lo demás lo hará sola, seguro.
- Parece divertido... Sabes donde vive ¿verdad? Podríamos
acojonarla a base de bien...- el moreno lo miró interesándose
cada vez más, bajando la mano de Dragon y metiéndola
por dentro de sus pantalones, riéndose y alzando la cara
de nuevo, lamiéndole la quijada estirando la lengua –No
llega con asustarla... mejor traumatizarla...
- Bueno, no estaba especificando el nivel de miedo. – se
rió observándolos, y sin poder evitar que sus ojos
bajasen a la mano de Dragon que ahora se movía sobre el sexo
del moreno, traviesamente. Enrojeció un poco, alzando la
mirada de nuevo. - ¿Están seguros de que quieren hacer
esto?
- Más que seguro... me gusta ver a la gente gritar –
murmuró el chico de cabello rosa, aunque tenía los
ojos un poco nublados, y parecía muy concentrado en lo que
hacía.
Slave jadeó, apoyando la mano sobre el brazo de Dragon para
acariciarlo y alzó un poco las caderas bajándolas
de nuevo, moviéndose con suavidad bajo su mano y entrecerrando
los ojos lamiendo aún más intensamente su cuello –Estoy
seguro... no se me ocurriría nada mejor para poner... el
broche al día... ¿lo hacemos ahora?- entreabrió
los labios mirándolo y apretando las mandíbulas -¿Sabes...
si esta en casa?
- Sí, si aún vive allí. Pero tendremos que
tomar el bus, está en uno de los mejores barrios.
- Siempre he querido ir allí.... – susurró
Dragon, acariciando el sexo del moreno con más energía
ahora, apretándolo un poco, excitado, tanto por eso, como
por el prospecto de hacer algo divertido.
-Ahhh...- al moreno le tembló un poco la voz y sujetó
los muslos de Dragon dejándose hacer aunque empezando a excitarse
de más y deslizando la lengua por el borde de los dientes
como arañándose –Vamos...podemos robarle...-
jadeó de todos modos sin moverse porque prefería esperar
a que el chico de pelo rosa decidiera cuando parar.
- Cierto! No quiero que se me acaben los suplementos – se
rió Dragon, como iluminándose y continuando con las
caricias, de manera más fuerte, hasta que se detuvo, por
fin, sacando la mano de su pantalón. Y lamiéndose
los dedos frente a los ojos del moreno.
- Bueno.... como quieran, eso no me molestaría para nada
– el rubio de puso de pie, aún algo rojo, y girándose.
– Espero que aún viva allí.
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