Capítulo 5- Someday, I'm Going to Fly
Slave subió dos bolsas de arena al quinto piso, una en cada
brazo por segunda vez, ya estaba harto. Miró al chico que
aún parecía K.O. sobre el colchón y se paró
frente a él, mirando la hora en un reloj de pared que ni
siquiera estaba muy seguro de que funcionase correctamente. Se preguntaba
si debía despertarlo o dejarlo dormir, y se sentó
en el colchón a su lado empujándole un poco el hombro
con la mano. Eran más de las seis de la tarde.
- Ah... – el chico gimió, en tono de protesta más
que de placer, y abrió los ojos, observándolo por
unos momentos, desubicado. – Eh.... Slave.... eso.... –
se sentó, con cara de zombie, mirando el reloj. – Odio
despertarme.
-Son las seis…pasadas… ayer me dijiste que trabajabas
por la tarde ¿no?- se levantó de nuevo estirando los
brazos detrás de la espalda porque los tenía un poco
adoloridos de cargar con las bolsas, y cogió algo de una
bolsa de plástico sentándose a su lado de nuevo. -¿Quieres?-
preguntó mostrándole un merengue enorme.
- Oh, gracias. Mi tipo de desayuno. – se rió, más
despierto, tomando un trozo, y metiéndoselo a la boca. –
No importa, siempre llego tarde. ¿Vas a venir conmigo?
-Vale…- se lamió un dedo de todos modos, separando
un trozo y lamiendo el merengue abandonando el hojaldre sobre la
bandeja, sin ninguna intención de comérselo. Pensando
que de todos modos, no tenía nada que hacer y se daba por
entrenado tras ir a buscar arena a la playa y subir los cinco pisos
dos veces -¿No te dirán nada? ¿Qué tipo
de sitio es?
- Es un bar de mala muerte. Y no lo sé, puede que me digan
algo, puede que no. Depende de si está el dueño. –
aclaró, poniéndose de pie, para vestirse. –
No creo que me queden muchos días allí de todas maneras.
Pero siempre consigo algo.
-Bueno… si te dicen algo, me voy y punto…- lo miró
recostándose en el colchón sin dejar de comer aún
un poco de aquello –Entonces… no crees que deba usar
una camiseta para que no me echen… ¿o sí?
- ¿Eh? Puedes ir como quieras. No me van a decir nada por
llevarte, sólo te pongo una cerveza enfrente y creerán
que eres un cliente. Listo. – se rió, por su parte
poniéndose una camiseta que no tapaba demasiado. –
No te gusta la ropa mucho, ¿cierto?
-Cierto… me molesta mucho la ropa…- se dejó
caer en el colchón pensando, y se metió la mano en
el bolsillo girándose de frente y esnifando de nuevo, apretándose
la nariz después -¿Sabes?... dicen que esto es combustible
para aviones… keroseno…- le mostró el botecito
entre los dedos pensando que necesitaba hablar con el dueño
de Catkill para que le diera lo que le había prometido.
- No sabía... ¿Puedo? Así a lo mejor vuelo
algún día – se rió, mirándolo,
y sentándose de nuevo aunque ya debería de ir saliendo.
-Sí…- sonrió pasándoselo y se sentó
en la cama de golpe lamiéndose los dedos de nuevo aunque
aún así se le habían quedado un tanto pringosos
–Te sigo… de paso haré una llamada allí…
- Vale... – esnifó, devolviéndoselo y alzando
un poco el rostro, poniéndose de pie de nuevo, y dirigiéndose
a la puerta. – Andando....
El moreno se guardó las manos en los bolsillos mientras
caminaban, observando la cantidad de pulseras y demás que
llevaba el chico a su lado por los brazos o incluso algunos alfileres
en la camiseta, preguntándose si no le daba tedio ponerse
todo eso o si tal vez jamás se los quitaba –Iré
a bañarme después ¿quieres venir conmigo?
- Claro, no me quiero quedar sucio. Y es menos tedioso con compañía-
lo miró, caminando felizmente, como si no fuera a trabajar
para nada.
-No… podemos ir a una sauna… - se rió echando
la cabeza atrás y de nuevo mirando adelante -¿Alguna
vez vas?
- Nunca he ido, ¿tú sí? Me puedes dar el tour.
-Bueno… sí, alguna vez he ido, está bien si
quieres echarte uno seguro… aunque la mayoría de las
veces no hay nada demasiado… para tirar cohetes… bueno,
no sé… hay de todo…- se corrigió pensando
que él siempre estaba buscándoles pegas a todos.
- Pero no estaría mal la experiencia. Tengo una fantasía
¿sabes? Llevar los ojos vendados, y no saber realmente quien
te está tocando o haciendo qué. Claro.... hay un problema
con esa fantasía, en mi mente, todos se ven bien. No quieres
que te la meta el que se parece a tu abuelo. – se empezó
a reír, sin poder detenerse por un tiempo, hasta tranquilizarse.
– Por eso, es una fantasía. Pero siempre podemos hacerlo
nosotros de nuevo. A mí me agradó.
-A mí también…- lo miró sonriendo y
riéndose inevitablemente –Qué asco … pero
si quieres, podemos hacer realidad tu fantasía… y yo
me encargo de que no sea nadie que se vea mal…
- ¿De veras? No estaría mal. Ninguna de las dos cosas.
– sonrió, mirándolo. – Pero no vas a rentar
mi culo ¿o sí?
-¿A rentar o a reventar?- se rió mirándolo
de soslayo –No… sólo los invitaré a venir
con nosotros… ¿Qué quieres? ¿Cuántos?
- No lo sé, te lo dejo a ti. Lo divertido es no saber...
– se rió, empujándolo un poco.
El moreno lo empujó de vuelta sólo por jugar un poco,
riéndose por lo bajo –Vale… entonces yo escogeré.
¿Está cerca ese sitio?- preguntó impacientándose
un poco por realizar aquella llamada telefónica.
- Ya llegamos, en la próxima calle. – señaló
delante, bostezando. – Y si quieres algo, me lo pides, no
tienes que pagarlo. Tú sólo finge que sí lo
harás.
-Vale…- sonrió pasándose la mano por el cabello
negro, echándoselo atrás y estirándose un poco
–Quiero una cerveza, ya te lo digo ahora… finjo muy
bien.
- Te daré otro trofeo- se rió de nuevo, adelantándose
un poco.
-¿Un oscar a la interpretación? Tiene una forma bastante
aerodinámica, pero mejor guárdatelo tú, yo
no tengo dónde meterlo… - lo miró delante de
él observando el color de su pelo.
- No sé si me gustaría tener la cabeza de un tío
calvo y dorado allí, pero... lo hago como un favor –
se rió, ya casi llegando y preguntándose si lo irían
a reñir.
-Bueno… me separo un poco…- pasó al interior
detrás de Dragon, dejando un poco de espacio entre su entrada,
por evitar que fuesen a decirle algo así ya de buenas a primeras.
El aire olía a porros y a alcohol de garrafón. Pasó
hasta la barra y se sentó en la primera banqueta que encontró
pegada a una columna.
- Dragon, casi llegas un poco más temprano- lo molestó
otro de los meseros. Al verlo llegar.
- ¿Está el dueño? – preguntó
el chico, metiéndose detrás de la barra para revisar
un poco.
- No, y con suerte, creo que hoy era el día. Y deja de revisar
eso.
- Entonces llegué temprano hoy. – le contestó
con todo el morro del mundo y sin dejar de revisar todo lo que hubiese
detrás de la barra, tomando algo del cambio que guardaban
allí. – Y comparto algo de lo que haga contigo, luego.
- Eso si te dejas de robar mis propinas. Si no, no me vale.
- No es mi culpa que los clientes sean tacaños. –
mintió, sin inmutarse mucho, sonriendo y metiéndole
una colleja al chico que se quedó protestando, mientras Dragon
le llevaba una cerveza a Slave.
-Gracias- el moreno miró al otro chico sin mucho interés
en realidad, pensando que como no estaba el jefe, no importaba una
mierda si se notaba o no que venía con él –Voy
a hacer una llamada…- se levantó cogiendo el teléfono
y metiendo unas monedas hablando con el dueño de Catkill
–Hola…
-Slave… te fuiste sin esperar a que te diera eso
-Ya…
-¿Te fuiste con alguien?
-Sí, con un tío nuevo… ¿me consigues
alguien con quien pelearme? Aunque sea le dices que firmare algo
conforme no lo mataré…. Y ya sabes… dame eso
también…
-Que sí…- contestó con un tono un tanto afeminado
-¿Ya necesitas dinero de nuevo? ¿Para pelearte otra
vez?
-No… es sólo porque él me quiere ver pelear…
-¿Te gusta?
-Sólo somos amigos… está loco, me gusta eso
-Bueno, veré qué puedo hacer, tú ven a buscar
eso
-Vale…- colgó escuchando el beso al otro lado y sonriendo,
mientras Dragon conversaba en otra mesa, girándose de pronto
al ver que le insistía.
- Que ya voy, maldita sea! No se van a quedar secos! – les
gritó, dirigiéndose a la barra a por más bebidas.
|