| Capítulo 2
Visiones
-Jaken sensei…- murmuró el chico de cabello rojizo,
aquel rubio de cabello largo y piel pálida como el mármol,
sí, igual de fría que la mismísima piedra.
Era la primera vez que lo podía ver en una de sus visiones,
no sabía si pertenecía al presente, al pasado o a
un posible futuro, pero estaba asustado con su sola visión,
el doctor se paseaba con aire desesperado por el oscuro laboratorio,
completamente vacío.
…….
“-arrg!!- arrasó totalmente con todos los instrumentos
y líquidos que reposaban sobre las mesas, incluso con los
frascos de formol con valiosas muestras de cuerpos que se partieron
ruidosamente al llegar al suelo derramando el amarillento líquido,
se pasó las manos por la cara apartándose el pelo,
jamás lo había visto antes perder el temple, nunca
parecía poder alterarse por nada, pero ahora se veía
furioso y él… él estaba asustado.
El hombre se ajustó las gafas y se paso la mano por la larga
cabellera ya perfectamente serio y calmado, abrió uno de
los armarios cerrados con llave y tomó dos componentes mezclándolos
en una jeringuilla, se sentó en su sillón, completamente
sereno subiéndose la manga de la camisa e inyectándose
el líquido color carmesí.
-Lástima… no debería haber sido así…
debería haber sido perfecto…- susurró el rubio
que echó la cabeza hacia atrás en el sillón
de cuero negro mientras aquel líquido penetraba en sus venas,
su rostro parecía excitado, incluso vio como deslizaba la
lengua por sus labios.
Una potente luz iluminó completamente la visión cegándolo
por unos segundos, ya estaba acostumbrado, un salto en el tiempo.
–Ahhhg!!!- el doctor ya en su habitación se dejó
caer al suelo a cuatro patas y alzó la cara con la boca y
el mentón empapado en algo parecido a la sangre si es que
no lo era, no dejaba de vomitar aquella sustancia rojiza y negruzca.
Su rostro se giró hacia él y sus ojos de aquel pálido
amarillo se clavaron en los suyos, aunque no era posible que pudiera
verlo estaba asustado”
…………
-Ahh….ah….ah…- se pasó la mano por el pelo
y abrió sus ojos rojos tratando de tranquilizarse, solo había
sido una más de sus visiones. Podía ver la luz de
los fluorescentes, solo eso, estaba mareado, agotado –ah…
tranquilízate…- se dijo a sí mismo resoplando.
Sí, tenia que tranquilizarse.
¿Tranquilizarse? Miró hacia atrás para ver
como dos hombres, personal de aquella “clínica”
venían corriendo tras el, se levantó del suelo donde
estaba tirado a trompicones y sin saber por qué estaba allí.
Corrió por los pasillos amarillos agotado aunque sin detenerse,
sin saber porque escapaba ni hacia donde huía, volvió
la vista hacia delante de nuevo para encontrarse con Jaken frente
a él. Chocó contra sus brazos sin que le hubiera dado
tiempo ni a esquivarlo.
-¿Adónde vas tan deprisa? No ves que te cansarás…-
sonrió acariciándole el pelo suavemente y tomándolo
en brazos –Yo te llevaré…
Kan miró aquella sonrisa aún mareado dejándose
llevar sin resistencia alguna -…Dónde...- balbuceó
mientras aún era consciente.
-A conocer a un amigo… - susurró el doctor rubio sin
esconder aquella sonrisa.
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